- Definitivamente serás una reina excelente, pequeña...- besó su frente.
Ella sonrió.
Aquella noche, y no solo aquella noche, muchas noches durante casi una semana en la que se llevaba a cabo el conflicto entre los dos reinos, fueron especialmente intranquilas para ti, no pudiste conciliar el sueño hasta que tus párpados ya no podían más.
Las razones que te mantenían alerta eran, en cierta parte, la razón de que estabas presenciando una guerra con tus propios ojos... Definitivamente aquello podría dejarte traumas, no porque ibas a pelear, que no lo harías, sino porque no querías quedarte con crisis existenciales, no querías ver a nadie morir, gente inocente que seguramente no quería matar sino que estaban obligados a ello y no querías que nadie resultara herido.
Tal y como estaban las cosas en ambos reinos... Tal vez el reino del norte dejaría a los dos hermanos a salvo en el palacio, pero... el reino del noroeste... El Reino Atxa mandaría a William a la guerra para que muriera "patrioticamente" luchando por su reino cuando en realidad querían que muriera, pero manteniendo al primo recluido en el palacio.
Tal vez William ya hubiera peleado en alguna batalla y, en ese preciso momento... Este. . .
Aquello te retorcía las tripas.
Pero no podías hacer nada por impedir que muriera a manos de cualquier soldado o mago del reino del norte... Tus párpados empezaron a pesar, como cada noche desde hacía una semana y acabaste perdiendo la consciencia lentamente mientras te mecían en los brazos de morfeo, te acurrucaste entre las sábanas, sonreíste con tranquilidad al imaginar que el pelinegro estaba a salvo en el palacio, durmiendo cómodo en su cama igual que tú, después de comenzar a conciliar el sueño después de todas las preocupaciones que adornaban tu mente y no te dejaban en paz.
Un suspiro se dejó escapar de entre tus labios.
El frescor de una ventana abierta (que ya hacía una semana que la dejabas cada noche), con el objetivo de que corriera aire en la habitación y no se quedaran tus pensamientos negativos acumulados allí te hicieron bien. Te permitió dormir con tranquilidad, la brisa acariciaba tu rostro suavemente, era un frío templado relajante, no era una brisa molesta, al contrario, era sumamente agradable, aquello permitió que tu sueño, después de aquellas horas y aquellos días que te mantuvieron en vilo, te dejaran descansar en paz.
Aunque, había algo que no entendías, y es que en realidad, cuando empezaste a tomar consciencia después de un sueño reparador, sentiste un pesado y abrumador calor recorrer cada centímetro de tu piel estuviera o no cubierta por la tela del camisón que llevabas por pijama (típico de la época). Sentías cosquilleos por todo el cuerpo, de vez en cuando sentías las ganas de estornudar como si tuvieras una capa de polvo en tu nariz o hubieras olido pimienta molida. Arrugaste la nariz de forma desagradable para evitar estornudar, después entre abriste los ojos lentamente frunciendo el ceño ligeramente.
Finalmente el terror inundó tu ser por completo.
¿Dónde estabas? ¿Por qué había tantas arañas e insectos en ese sitio? Sentiste una gran repulsión recorrer tu cuerpo, te levantaste rápidamente y sacudirse tus brazos y piernas bruscamente para quitarte los insectos que recorrían tu cuerpo, tu piel empezaba a picar por alguna razón que no comprendidas, tus pies descalzos eran víctimas de mordidas, picadas y de cosquilleos de los insectos, esto hacía que no te quedarás en el mismo sitio, moverte todo el tiempo e intentando que los insectos se alejaran de ti.
Siendo sinceros, aquella era la sensación más asquerosa que habías vivido nunca.
- Hmph, la perra lame-nabos de los Ceniza despertó...
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17.- Forasterx (Unisex!Reader)
FantasíaAlguien que siempre ha amado los juegos de rol, obviamente desearía con toda su alma poder reencarnar como ese gran héroe o heroína protagonista de las aventuras en aquellos grandes juegos que siempre estaba jugando, disfrutando y elogiando... Pues...