Despertar (46)

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Jadeaste como si fuese una pesadilla y te secaste el sudor de la frente, acabaste sentándote en la cama, miraste alrededor frenéticamente, tu cuello ardió y crujió dolorosamente, te quejaste audiblemente, te llevaste una mano al cuello; tu brazo también ardió, te quejaste audiblemente, miraste tu brazo, tu muñeca estaba vendada e inmovilizada, pero curada. Tragaste saliva.

¿Qué diablos?

¿Cómo es posible que siguieras con vida?

Parpadeaste de forma incrédula.

La puerta se abrió, giraste tu cabeza hacia la misma, escuchaste un jadeo y después se lanzaron a tus brazos, pudiste ver a los dos hermanos y al albino abrazándote desesperados. William estaba en la puerta mirándolos a los tres con una expresión de póker, después se acercó unos cuantos pasos. Su brazo también estaba vendado e inmovilizado como el tuyo.

- ¡Por fin despertaste!- exclamó ella tomando tus dos brazos cerca de los hombros, parpadeaste sin entenderla.

- Llevas casi tres meses inconsciente.- exclamó Keenan como si fuese un regaño.

Los miraste sin creértelo.

- Estábamos súper preocupados, William casi se pone a llorar como una niña al verte llegar casi sin vida.

- ¡Mentira!- apartó los ojos y sus mejillas se enrojecieron.

Era verdad.

- ¿Cómo te sientes?- preguntó Álex mirándote fijamente a los ojos.

- B-Bien...

Ella sonrió.

- ¿Te duele la mano? ¿El cuello? ¿La cabeza?- asentiste lentamente con la cabeza mirando tu brazo, después acariciaste tu cuello.- ¿Qué tal la cabeza? Estabas sangrando...- negaste con la cabeza, esto provocó una mueca dolorosa por mover el cuello, ella suspiró en cierta parte con alivio.- No volverás a formar parte de ningún enfrentamiento en el futuro, no quiero que vuelvas a quedarte en el estado en el que estuviste.

- Ya no habrá ningún enfrentamiento, el reino del suroeste está muerto y Göttin poco a poco se restablecerá aliándose con nosotros.- miraste al pelinegro, hablaba con seriedad y firmeza.

El de cabellos blancos lo miró y acarició sus cabellos. Algo brillante en su mano captó tu atención, y cuando viste un anillo abriste los ojos en shock, miraste a los dos hermanos, después volviste a mirar el anillo. Alexandra sonrió maliciosa por tu expresión, la miraste en busca de respuestas. Ella señaló la mano vendada e inmovilizada del pelinegro, entre las vendas pudiste ver otro anillo igual al del albino.

- ¿¡Os casasteis mientras estaba a punto de morir!?- exclamaste casi haciendo como que te ofendiste.

Los dos te miraron, carraspearon, apartaron sus miradas y se sonrojaron. Uno giró su vista hacia la ventana, el otro hacia el suelo.

- ¡Eso no se hace! ¡Pensaba que éramos amigos!- hiciste un puchero y un ligero berrinche.- Acabáis de traicionar nuestra amistad.

Después de aquello lo único que se escuchaban eran las carcajadas descontroladas de Álex que no dejaba de reírse por tu ofensa y por la vergüenza de los dos chicos en aquella situación. Keenan simplemente miraba la escena como un mero espectador pero con cara de póker.

- Es de compromiso... T-Todavía no estamos casados...- se justificó el albino negando con la cabeza y con las manos.- Cá-Cálmate...

Jadeaste y sonreíste de forma infantil.

- Yeeeeeeei.- todos te miraron con cara de póker.

Después de eso se rieron por tu forma tierna de sonreír y conformarte con la situación al ver que si ibas a poder asistir a la boda y verlos besarse después de un montón de oraciones religiosas de mierda, pero te daba igual, querías escuchar el "sí quiero" mutuo y ver el beso.

17.- Forasterx (Unisex!Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora