Príncipes de los tres reinos (11)

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Aunque fuese un traje más orientado al campo de la masculinidad, al ver a Álex llevar un traje similar al tuyo te sentiste con mucha más calma.

Álex y Keenan llevaban trajes algo más coloridos que el tuyo que apenas tenía color en los detalles, ella llevaba un traje de chaqueta negra, puños blancos, pañuelo rojo pasión, camiseta blanca y un pantalón ajustado, pero no mucho, de color granate, con zapatos elegantes de charol negros. Keenan llevaba una chaqueta blanca con puños también blancos, un pantalón blanco y una camiseta naranja, un pañuelo de un tono anaranjado más oscuro, sus zapatos de charol blanco le hacían verse digno de ir a presentarse a una boda en vez de a una reunión.

Ambos se veían increíblemente hermosos. Ella te sonrió y tomó sus manos, ajustó los puños aunque estuvieran bien puestos, palpó tus mejillas, colocó bien el cuello de la camiseta y el pañuelo y sonrió al ver como te quedaba el traje.

- Magníficamente perfecto.

- Gracias... supongo...- musitaste con extrañeza en tu voz.

Ella dejó escapar una risilla mientras su hermano, tras ella y en silencio, amarraba sus hermosos y lisos cabellos en una trenza de espiga que dejaba varios mechones, además de su flequillo en la cara, dándole una visión mucho más elegante. Dejando que vieras unos pendientes de plumas que captaron tu atención por la belleza del oro de dichas plumas.

Tras el peinado, los tres caminasteis por el pasillo hacia la entrada principal. Los padres os miraron y sonrieron al ver la elegancia de vuestros trajes y la seriedad con la que os presentariais en la reunión con los herederos de los otros reinos.

Tomasteis un carruaje real para llegar a la ciudad en la que se haría la reunión.

- Sigo pensando que hubiera sido mejor llevar un vestido rojo en vez de este traje...- bufó ella mirando sus zapatos y jugando con sus pies.

- Acordamos que los tres iríamos con pantalón a la reunión para que hubiera cierto orden y no cumplir con los roles de vestimenta de los tiempos antiguos...

- ¿Estás justificando que el heredero del norte lleve vestido y yo no?

Te quedaste completamente en silencio. ¿Heredero y vestido en la misma oración? Ahora sentías una gran intriga en tu interior, no eras capaz de imaginar cómo podría ser esa persona, pero si llevaba vestidos sería bastante... gay... o no, porque podría ser masculino pero llevar otros tipos de traje a lo habitual... Querías llegar ya a la reunión para que el hype dejase de matarte.

- No estoy justificando nada. Solo esto. . .

- El heredero Solberg es un varón de nacimiento y es lo más parecido a una mujer después de mí que has visto en tu vida.

- Álex, no sé si recuerdas que hago paseos matutinos por el pueblo y he visto a todo tipo de gente en Ceniza. Sobre todo mujeres que intentan tirarse a mis brazos...- rodó los ojos.

- Cuando dirás qué te gu. . .

Keenan tapó la boca de la chica.

- No vayamos por ese camino.- dijo firme, pero suplicante al mismo tiempo.

Ella se rió con carcajadas burlonas pero sin maldad, simplemente molestando a su hermano pequeño.

- De acuerdo. Pero te gusta Ryan.

- ¡Álex!

- Ah, vamos, Kiki, no es un secreto para nadie. Lo saben hasta los mendigos sordos y pueden verlo hasta los ancianos ciegos.- comentó con sarcasmo.

- Álex, déjalo.

- De acuerdoooooo, ahora sí lo dejo.- sonrió volviendo a acomodarse en el asiento.

Te mantuviste en silencio.

No habías visto a Ryan cara a cara, pero sabías que era la correspondencia especial de Keenan a través de cartas que las lechuzas transportaban y que por eso la ventana de la habitación de Keenan siempre estaba abierta, pues en cualquier momento, la lechuza de blanco pelaje y penetrantes ojos negros podría aparecer con una carta en su pico o en sus patas. Álex te había explicado que Ryan vivía en una aldea del bosque que había al pasar el río que se veía a lo lejos desde las ventanas norte del palacio. Ryan pertenecía a una subespecie de elfos hermafroditas y que Keenan lo conoció por casualidad al escuchar como una criatura hostil y peligroso atacaba injustamente a unos elfos hasta el punto de matarlos, decidió salvarlos y a cambio de esto, la aldea de elfos deseó unirse en una alianza a favor de su reino.

Ryan y Keenan fueron entablando cierta amistad que creció hasta el punto de tener que mantener correspondencia cada pocos días, desembocando en sentimientos de amor del príncipe hacia el elfo, y seguramente se trataba de un caso que también se daba en viceversa, porque las contestaciones de Ryan siempre tenían toques dulces, acaramelados y enternecedores que saltaban a la vista la atracción mutua que había entre ellos.

Dejando ese tema de lado...

¿Por qué siempre acabas divagando entre cosas que no tenían importancia primordial?

Al llegar al lugar donde se celebraría la reunión pudisteis ver una carroza tirada por caballos blancos, cuyos sementales eran imponentes, de gran tamaño, con mucho pelaje. Bajasteis de la carroza, el chófer permaneció allí sentado en el asiento de dicha carroza, impasible, mirando los caballos de la carroza blanca y azul del reino del norte, se notaba perfectamente en el relieve y las decoraciones de la carroza que la especialidad del reino del norte estaba entre la nieve, el hielo y el agua, pues había todo tipo de detalles que indicaban esto mismo. Así como todo un lujo de detalles sobre una serpiente marina de dimensiones extraordinarias.

Descubriste en ese momento que cada pueblo tenía su leyenda. El reino del norte tenía una serpiente marina, el reino del este tenía al fénix como representación, y, justo de forma oportunista llegó el reino del noroeste, del cual te sorprendió la sobriedad de la carroza, casi como si acabase de ser construida o no se le diera importancia a la carroza, apenas podrías diferenciarla de una mera carroza de mercaderías, no había relieve, tenía el color caoba original de la madera, maltratada por el tiempo y los elementos... No parecían tener prioridades en esas cosas. Los caballos que tiraban de la carroza eran viejos y parecían estar más muertos que vivos, pues eran esqueléticos y enfermizos...

Sentiste tu corazón encogerse por esta razón. Las puertas de ambas carrozas se abrieron y, al fin, pudiste ver a los herederos y las personalidades de otros reinos además de Ceniza...

El heredero del Reino Atxa era un chico castaño, corto, por el cuello, piel pálida, amarillenta por algún posible problema de piel. Ojos castaños oscuros enrojecidos. Su traje era fundamentalmente de tonos marrones y crema, sus ropajes asimilaban a un traje típico hindú, sus pantalones anchos, hippies, sus pies cubiertos con zapatos ligeros de tela algo vieja y rota. Una camiseta que parecía más un pañuelo que impedía ver al completo su pecho pero que dejaba un gran escote enorme que dejaba ver hasta su barriga. Ese mismo pañuelo dejaba sus brazos visibles al completo, llevaba una especie de muñequeras con la textura de la piedra. Tras él salió otra persona.

¿El guardaespaldas que Silver mencionó?

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Vaya hombre, pues será en el siguiente capítulo la lluvia de comentarios sarcásticos y bromas hacia el heredero de Atxa ewe

O quizás no... quien sabe ewe

A lo mejor no hay ganas de comentarios sarcásticos xD

Nah, en fin...

Aquí las opiniones ----------------->

Me gusta mucho hacer descripciones de ropa de la realeza y trajes, idk...

Luego no me acuerdo de que hice las descripciones y tengo que volver a leerlo todo para acordarme JAJSDHADJAJA

Pero bueno <:

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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17.- Forasterx (Unisex!Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora