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Seguían abrazados, ninguno se quería alejar del otro, sin embargo fue Jungkook el primero en separarse para observar aquellos ojos del color del océano.

- ¿Te parece si esta vez comenzamos con ese retrato tuyo? -. Seguía acariciando con delicadeza el rostro del rubio, adormeciéndolo con su tacto. Jimin únicamente asintió embobado hacia el pelinegro, quién no tardó en jalarlo hacia el sofá en la sala de estar.- Espérame aquí, iré rápido a cambiarme y preparar las cosas, ¿de acuerdo?

Jimin nuevamente asintió, viendo cómo el otro se perdía escaleras arriba. Miró de nuevo hacia la pequeña mesa donde compartieron el almuerzo y el cansancio trepó por su cuerpo de sólo ver el desastre que habían dejado.

Nuevamente se levantó y comenzó a recoger todo, desde los platos sucios hasta los utensilios que usaron para preparar todo; con ello, se dispuso a lavar absolutamente todo mientras esperaba que el pelinegro bajara listo para comenzar con el retrato.

Mientras hacía su tarea, completamente enfocado en ello, comenzó a tararear la misma melodía de la otra noche al piano, sin percatarse que detrás de él Jungkook se encontraba admirándolo.

- You know I want you; it's not a secret a tried to hide -. Comenzó a cantar el pelinegro, siguiendo la melodía que Jimin tarareaba y sorprendiendo a este.- I know you want me, so don't keep saying our hands are tied.

Jungkook se acercó más al rubio, aun cantándole. El ambiente se tornó más... íntimo de cierta manera, sólo eran ellos dos en su burbuja, olvidándose de absolutamente todo lo demás.

Estaban ya uno frente al otro, se miraban con tal cariño que sus ojos brillaban. No había lugar para pensar o dudar, sólo se estaban dejando llevar por el momento y lo que sentían.

- You claim it's not in the cards but fate is pulling you miles away and out of reach form me, but you're here in my heart so who can stop me if I decide that you're my destiny? -. Cantó Jungkook tomando las mejillas del más bajo.

La sonrisa de Jimin fue desvaneciéndose cuando entendió lo que estaba sucediendo. Las líneas que cantaba Jungkook eran una clara referencia a él, y eso hizo que su corazón latiera con más fuerza y su respiración se agitara. La canción había pasado a segundo plano en ese momento, el pelinegro había dejado de cantar para mirarlo en silencio, alternando su vista entre los ojos celestes de Jimin y sus labios, analizando su siguiente movimiento.

Se acercó más a su rostro, compartían el mismo aire al respirar. El más bajo estaba por huir de nuevo, como hace unas horas, pero una mano en su espalda baja y otra en su nuca lo aferraron con fuerza para detenerlo.

- No huyas de nuevo, por favor -. Susurró Jungkook casi sobre la boca contraria.- Déjame besarte, Minnie.

Esas palabras. Esas malditas palabras causaron estragos por todo el cuerpo del rubio, dejándolo estático en su lugar y robándole el sentimiento de inseguridad que había tenido anteriormente. No respondió, pero esperó que el pelinegro realizara el siguiente movimiento, quien terminó de eliminar la poca distancia que los separaba, juntando en un suave roce sus labios sobre los de Jimin.

Jungkook tenía completamente presente que este era el primer beso del rubio, por lo que fue lo más sutil y delicado posible, llevando así un beso tierno. También se dio cuenta que Jimin no sabía qué hacer, así que en medio del acto tomó sus manos para posicionarlas en su cuello y luego regresar las suyas a la cintura del más bajo, atrayéndolo más a sí mismo.

Fueron apartándose de poco, ambos con un remolino de emociones dentro, más aún cuando Jungkook siguió cantándole a Jimin.

- What if we rewrite the starts? Say you were made to be mine, nothing could keep us apart, you'd be the one I was meant to find -. Recargó su frente contra la de Jimin, cerrando los ojos y susurrándole aquellas palabras.- It's up to you, and it's up to me. No one can say what we get to be. So why don't we rewrite the stars? Maybe the world could be ours tonight.

Aquella era una declaración muy fuerte, y ambos eran conscientes de aquello. Jungkook no quería reprimir sus sentimientos, pero Jimin creía que todo era muy apresurado y que en realidad las cosas no funcionaban de esa manera, como se lo dijo anteriormente.

- You think it's easy, you think I don't wanna run to you but there are mountains and there are walls that we can't walk through. I know you're wondering why, because we're able to be just you and me within these walls, but when we go outside you're gonna wake up and see that it was hopeless after all -. Jimin lentamente se alejó de su compañero, dándole la espalda.- No one can rewrite the stars. How can you say you were mine? Everything keeps us apart and I'm not the one you were meant to find -. Regresó su vista a Jungkook, mirándole con tristeza y dolor en sus ojos. Para cualquiera sería tonto cantar todas esas cosas cuando es más sencillo decirlo, pero para Jimin... era todo lo contrario.- You know I want you; it's not a secret a tried to hide... -. Repitió las mismas palabras que el pelinegro le dedicó al inicio.- But I can't have you, we're bound to break and my hands are tied.

Finalmente rompió en llanto, huyendo inmediatamente hacia la habitación de arriba, la que solía ser de su madre. Sabía que probablemente no era muy maduro de su parte simplemente tirarse a llorar y no enfrentar la situación como era debido, más aun con Jungkook presente... quien evidentemente lo siguió escaleras arriba.

El pelinegro vio a Jimin hecho un ovillo sobre la cama apenas llegó a la puerta, mentiría si dijera que eso no partió su corazón. Le dolía ver a Jimin llorar.

Con cuidado se acercó a la cama, tratando de no perturbar aún más al chico; tomó asiento a la orilla, con suficiente distancia para no incomodar.

- ¿Jimin?... ¿Podemos hablar de lo que acaba de pasar? ¿Por favor? -. No recibió respuesta alguna, lo que le hizo doler más.- Hey... por favor, Minnie... háblame. Sé que tal vez...

- Vete.

- ¿Qué?

- Dije que te vayas.

- No me iré hasta que hablemos sobre esto. No voy a dejar las cosas así -. El rubio se incorporó bruscamente, encarándolo.

- ¿Quieres hablar del tema? Bien. -. Se limpió las lágrimas, quitando todo rastro de vulnerabilidad.- Te pedí paciencia, Jungkook, paciencia para conocernos y... esto no está bien.

- ¿Qué es lo que no está bien exactamente? Porque hace unos minutos estábamos perfectamente y honestamente no estoy entendiendo nada.

- No está bien que estemos juntos, eso lo sabes... no es correcto -. Desvió su vista hacia sus manos mientras jugaba con ellas nerviosamente.

- ¿Y por qué no lo es? ¿Porque no quieres o porque eso es lo que nos han dicho?

- Sabes la respuesta, siempre la has sabido.

- Quiero oírlo de ti, dime la razón del porqué no es correcto que estemos juntos.

- Porque debemos casarnos con una mujer, Jungkook...

- Jimin, mírame -. Buscó su mirada, lo tomó del mentón para observarlo como quería.- Eso es, ahí están esos hermosos ojos. Ahora escúchame bien, ¿de acuerdo? Olvídate de todo lo que nos han dicho y enseñado, por favor. Yo... lejos de decírtelo porque quiero estar contigo, te lo digo porque quiero verte feliz. No renuncies a esa felicidad porque te imponen algo que no quieres, ¿bien? Eres libre de amar a quien quieras, sea una chica o no... ¿está bien?

Lentamente Jimin comenzó a relajarse nuevamente, aunque las lágrimas también volvieron a brotar. Su labio inferior temblaba, avisando que el llanto estaba cerca, por lo que el pelinegro lo atajo nuevamente entre sus brazos para consolarlo. Le acariciaba la espalda, le besaba la coronilla y lo mecía cual bebé.

- Tranquilo, está bien -. Le susurraba.- Prometo no ir tan rápido, ¿sí? Iremos a tu ritmo, perdóname...

Y así Jimin se quedó dormido entre sus brazos y pasó otro día en que no iniciaron con el retrato.

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora