2

76 16 10
                                    

El trío se encontraba ahora en el estudio del pintor, quien ya había ido a cambiar sus prendas para comenzar a trabajar y por fin terminar el retrato del joven rubio.

- Por favor, Jimin, colócate en el asiento de siempre.

- Hoy no quiero sentarme, señor Kim -. Enunció formando un puchero.

- Sabes cómo es esto, por favor coopera y así terminaremos antes.

- Me parece que es tiempo de que me retire y te deje trabajar, Taehyung, tu modelo no parece muy cómodo el día de hoy -. Intervino Jungkook, llamando la atención de ambos hombres.

- Perfecto, Jungkook...

- No -. Le interrumpió el rubio.- Quédese, por favor. Ambos lo dijimos en el almuerzo, ¿no? Trabajar con el señor Kim es algo aburrido y me dijo que no me aburriría con usted -. A pesar de que sentía los nervios recorriéndole las manos, mantuvo su semblante y voz firmes.

- No me gustaría ser una molestia para Taehyung, joven Park, lo mejor es que...

- Si yo no puedo retenerlo, entonces lo hará el señor Kim -. Enfocó su atención en el susodicho.- Señor Kim, por favor, pídale que se quede -. El pintor profirió un suspiro cargado de cansancio y fastidio.

- Si con eso estarás feliz y cooperarás... Jungkook, quédate a hacerle compañía a Jimin mientras trabajo, por favor -. Ni siquiera lo miró, tenía su vista oculta entre sus manos que apretaban el puente de su nariz en evidente frustración.

El rubio esbozó una sonrisa de satisfacción, sonrisa que le quitó el aliento a cierto pelinegro que ni había dejado de observarlo.

- Parece que siempre consigue lo que quiere, joven Park -. Lo enfrentó mientras tomaba asiento frente a él.

- Es parte de mi encanto, señor Jeon.

- Yo también tengo un par de encantos, joven Park.

- Jimin, yo te sugeriría no tener mucho contacto con Jungkook, no tiene muy buena reputación que digamos -. Intervino el pintor, con el pincel a medio camino del lienzo.

- ¿Eso es cierto, señor Jeon? ¿Tiene mala reputación? -. Preguntó con curiosidad el más bajo.

- No lo diría de esa manera, pero sí. Sucede que me consideran una mala influencia para todo aquel que tenga relación conmigo. Yo no lo veo así -. Mientras hablaba, mantenía su vista entre el retrato que hacía Taehyung y el verdadero Jimin.- Siempre influencias a las personas, algunas veces tienes control sobre qué influencias tienes en ellas, pero otras veces no eres responsable de lo que los demás tomen de ti. De cualquier manera considero que la influencia es siempre mala, cada persona debería tener su propia personalidad libre de corrupción.

Cuando finalizó su pequeño discurso, se desconcertó de no escuchar ningún otro ruido además del pincel recorriendo el lienzo.

Observó al chico frente a él y lo encontró con la mirada perdida, ahí Jungkook supo que sus palabras habían tenido efecto en él. Irónico, ¿no? Había hablado de cómo no se debía corromper la personalidad de nadie a través de las influencias ajenas y justo eso había causado en el pobre rubio.

- Taehyung, ¿por qué no le das un pequeño descanso al chico? -. Preguntó sin apartar la mirada de Jimin.

- Pero acabamos de empezar... -. Protestó.

- Lo sé, pero ¿de verdad quieres que tu modelo pose así? -. Lo señaló con la cabeza, a lo que el pintor refunfuñó para sus adentros, cediendo ante la petición de Jungkook.

El pelinegro se acercó al rubio y le tendió le mano, invitándolo a tomarla para que lo siguiera. Jimin al ver aquel acto lo miró aturdido y sin entender del todo qué quería este hombre.

- Vamos a tomar aire al jardín, anda, te vendrá bien -. Para Jimin no pasó desapercibido que dejó las formalidades atrás.

- Puedo caminar yo mismo, señor -. Y dicho eso se puso de pie enfilando al jardín trasero del pintor, siendo seguido por el señor Jeon, quien mantenía aquella sonrisa lasciva que ponía nervioso al rubio.

Una vez fuera, Jimin se detuvo frente a un gran árbol que le recordaba su infancia y le hacía sentir nostálgico. Le recordaba aquellos días en los que su padre lo despreciaba por algo que muchos le admiraban: su belleza.

Solía pensar que era envidia lo que sentía su padre hacia él, años más tarde comprendió la verdadera razón. Había heredado completamente la belleza de su madre, incluso podría decir que era idéntico a ella a pesar de no haberla visto excepto en fotografías antiguas en el ático de su hogar. Su madre falleció al darlo a luz, no soportó el parto; y, evidentemente, el señor Park no pudo lidiar con la viva imagen de su amada corriendo por toda su casa.

Aún hay días en los que Jimin se siente culpable por ello, que le gustaría haber tenido la posibilidad de conocer a su madre y comprobar con sus propios ojos que era tan bella como decían.

En parte por ello las palabras de Jungkook seguían resonando en su cabeza. ¿Su padre había corrompido su personalidad al culparlo de la muerte de su madre? O por el lado completamente opuesto, ¿su personalidad había sido corrompida por los halagos que recibió en su vida hasta aquel día? Es posible que sí, es posible que todas aquellas palabras lo hayan llevado a donde está el día de hoy, sin embargo, no compartía del todo el pensamiento de Jungkook.

- No creo que tenga razón, señor Jeon -. Dijo sin girarse, aun contemplando aquel árbol de cerezo, pero completamente consciente de que el pelinegro estaba detrás suyo, observándolo.

- Me encantaría oír su punto de vista, joven Park.

- Considero que todas las personas pueden, en cualquier caso, ayudarnos a ser una mejor o peor versión de nosotros mismos. ¿Estaría usted aquí, en la misma sala que yo, si la gente no hablara sobre su mala reputación? ¿O sería el gran pintor que es sin los comentarios tanto positivos como negativos que ha recibido? -. Finalmente el rubio lo encaró, viendo la sorpresa en el rostro ajeno, pues no esperaba recibir tal contestación.

- Veo que no es sólo la cara bonita que todos quieren, joven Park. Me ha impresionado con sus palabras, algo que nadie había logrado hacer hasta el día de hoy. Por esa razón, le propongo que me deje retratarlo justo después que Taehyung termine. Usted pone horarios y las reglas, joven Park.

El rubio lo pensó por unos cuantos minutos, sólo había dejado que Taehyung lo pintara porque tenía tiempo conociéndolo y era de las pocas personas que lo veían como realmente era y no se dejaba llevar sólo por su rostro.
Sin embargo, el pelinegro tenía algo que lo hacía confiar en él fácilmente, se sentía cómodo con él, tranquilo, libre.

Así que sin más, aceptó su propuesta estrechando su mano, nuevamente sintiendo aquella corriente, en el momento justo que Taehyung les pidió que entraran de nuevo.
Jungkook fue el primero en dirigirse de nuevo al estudio del pintor, pero las palabras de Jimin lo detuvieron por completo.

- Estoy feliz de haberlo conocido, señor Jeon.

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora