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La mañana siguiente, el primero en despertar fue Yoongi; fue directamente a la cocina a servirse una buena taza de café para comenzar el día. Minutos después, escuchó pisadas a su espalda, cuando se giró se encontró con Taehyung.

- Hoseok sigue dormido, ¿te molesta que te acompañe?

- No, está bien. ¿Café?

- Por favor -. El mayor se giró sobre la isla de la cocina para servirle café al chico.- Lo de anoche...

- No, Tae, déjalo.

- ¿Por qué quieres evitar tanto el tema? Desde ayer que no quieres hablar al respecto -. Guardó silencio en su lugar, esperando una respuesta que no llegó.- Y no creas que no te escuché ayer.

- ¿De qué estás hablando? -. Se giró rápidamente, casi derramando el café de su compañero.

- "Lo hiciste excelente, TaeTae. Descansa, pequeño, debes estar muy cansado" -. Citó de memoria.

- Yo... me dejé llevar -. Desvió la mirada, incómodo y cohibido.

- Sólo dime qué pasa por esa cabeza tuya... No voy a juzgarte, Hobi hyung y tú me enseñaron eso -. Fueron unos largos segundos de silencio en los que Taehyung creyó que Yoongi no diría absolutamente nada, estuvo dispuesto a dejar el tema zancado e irse, pero la voz del contrario lo detuvo.

- La manera en que reaccioné aquel día... en realidad tenía miedo -. Suspiró derrotado.- ¿Sabes? La manera en que Hobito y yo nos conocimos... fue un poco difícil. Ambos estábamos en Corea en ese tiempo, yo era pianista y él bailarín. Fue cuestión de tiempo que uno de los dos diera el primer paso -. Taehyung escuchaba atento las palabras del contrario.- Me alejé de él muchas veces y él siempre buscaba la manera de acercarse más.

- ¿Por qué te alejabas?

- Por el mismo miedo, Tae... Yo era como tú aunque no lo creas, entré en pánico cuando mis sentimientos por Hoseok iban creciendo y yo no podía hacer nada para detenerlo, creí que estaba mal, pero cuando lo abracé por primera vez... dios, no había lugar en el mundo que se sintiera mejor que sus brazos... -. Hizo una breve pausa para abanicarse y evitar que las lágrimas salieran sin su permiso.- A lo que quiero llegar es... Hoseok es mi mundo entero, y por un momento creí que lo perdería.

- Lo lamento, hyung...

- No. Creí que lo perdería porque todos estamos igual de jodidos -. Hubo un denso silencio entre los dos; Yoongi se arrepentía internamente por haber soltado aquella verdad mientras que Taehyung analizaba sus palabras hasta que comprendió a lo que se refería.

- Hyung... tú...

- Sí. Reaccioné así porque de alguna forma quise ocultarlo, no sabía que Hoseok se sentía igual y creí que lo perdería... pero nada de eso es culpa tuya, ¿bien? Puedes estar tranquilo ahora porque... ambos te queremos de la manera que tú nos quieres -. Taehyung juró que se rompería en llanto en ese preciso momento.- Hey, ven aquí -. Yoongi lo atajo entre sus brazos para tranquilizarlo por medio de un abrazo.- ¿Qué dices si le hacemos el desayuno a Hobito y se lo llevamos a la cama?

- Me parece perfecto, hyung -. La voz de Taehyung aún se escuchaba un poco rota, sin embargo, se recompuso lo más rápido que pudo para sonreírle a la persona que tenía frente a él.

Después de todo, aquella maldición le había ayudado a juntarlo con las personas correctas para él, que lo aceptarían y amarían sin duda alguna... Taehyung al fin estaba feliz y en paz.







*De nuevo, este capítulo es corto para finalizar la parte II*

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora