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Jimin ni siquiera se esforzó en ocultar su sorpresa, incluso pensó en reñirse a sí mismo. Seguro era obra de su imaginación, o de un mal sueño, después de todo se había prometido a sí mismo alejarse del pelinegro y ahí estaba, era lógico que fuera obra de su cabeza haciéndole una mala pasada.

Sin embargo, el toque sutil en su hombro lo devolvió a la realidad, haciéndole ver que era real lo que había frente a sus ojos. La pintura había cambiado, justo como Jungkook se lo dijo en aquella carta y en la cafetería.

No había rastro del chico risueño y alegre que Taehyung había pintado, en su lugar estaba el mismo rubio con facciones imperturbables, completamente serio, incluso con un ápice de tristeza.

- Pero... ¿qué pasó?... -. Soltó en un susurro apenas audible, aún sin poder creer qué era lo que había sucedido.- ¿Le has dicho al señor Kim? -. Preguntó al tiempo que lo miraba a él directamente.

- No, sólo tú sabes sobre esto.

- ¿Por qué? Es su pintura, él debe saberlo...

- No.

- ¿Cómo que "no"? -. Lo miró incrédulo.

- Escucha, yo... no sé qué sucedió, ¿de acuerdo? El por qué no se lo quiero decir a Taehyung es simple: se fue a París hace una semana, no haré que vuelva por... esto -. Señaló el cuadro.- Lo que sea que haya sucedido, estoy seguro que podemos resolverlo, o al menos descubrir qué es.

- Bien... ¿tienes alguna idea?

- Disculpa mi pregunta, pero ¿te has visto al espejo esta mañana?

- Claro que lo hice, ¿qué estás insinuando? -. El rubio se sintió ofendido ante el comentario del pelinegro, pues creyó que no se veía bien... y no estaba alejado de la realidad.

- Bueno, mi idea es esta: El día que te retrataron, estabas feliz. Ahora... no te ves tan feliz, probablemente esté ligado a ti.

- Ay, no puede ser... -. Soltó un suspiro mientras miraba al techo, tratando de procesar las palabras del chico y todo en general.- Escucha, Jungkook. Eres un pintor, ¿esperas que me crea este cuento tuyo? ¿Cómo sé que el cuadro no está escondido y pintaste este?

- ¿De verdad te parece que lo haya hecho?

- Ese fue nuestro acuerdo cuando nos conocimos, las cosas se pusieron... extrañas entre nosotros y no pudimos hacerlo. Me parece bastante lógico que hayas montado todo esto con la excusa de verme -. Finalmente se cruzó de brazos, mirando con cierta molestia al chico delante de él.

- Dios, Jimin... El mundo no gira a tu alrededor, ¿de acuerdo? -. Aquellas palabras fueron un golpe al ego del rubio, sin embargo las palabras siguientes harían aún más eco.- No sé qué percepción tengas de mí. Por si no te has dado cuenta, podría tener a la mujer que yo quisiera a mis pies al igual que tú, el problema es que me gusta un rubio obstinado que le encantan los halagos pero no la atención. Que demuestra ser seguro de sí mismo, pero en realidad se siente tan indefenso que teme lo que los demás puedan opinar de él, tanto que... teme estar conmigo. Y no lo culpo -. Suspiró nuevamente derrotado y bajó la vista a sus pies.- Sé que soy una persona... complicada de tratar, que hay muchos rumores sobre mí y que eso asuste, que por esa razón hayas decidido alejarte de mí... Lo entiendo perfectamente. Pero no mentí ayer cuando te dije que contigo me sentí libre... quisiera darte esa libertad también; también entiendo en qué mundo vivimos y que es difícil. Sólo déjame conocerte, es lo único que te pido, ¿puedes?

El vómito de palabras del pelinegro dejó estragos en ambos; por un lado Jungkook se sentía vulnerable, no tenía entre sus planes abrírsele de esa manera al rubio; y Jimin se quedó estático en su lugar, aun procesando todo y pensando qué decir.

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora