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En cuanto Yoongi pronunció aquellas palabras, Taehyung abandonó la habitación prácticamente corriendo. Estaba preparado para recibir cualquier respuesta... cualquiera menos esa. Se encontraba en la calle, de frente a la Torre Eiffel, viendo en todas direcciones en busca de una respuesta diferente en medio de su desesperación.

Se repetía a sí mismo que debía haber otra manera de enmendar el daño que había causado; como pudo, regresó al hotel con todo y su alteración. Una vez en su habitación, rebuscó en todos los cajones hasta encontrar papel.

Querido joven Park:

Le hago llegar esta carta a través de mi amigo cercano Min Yoongi, de quien es la dirección que aparece en este sobre.

Si ha recibido esta carta, es porque tuve que darle fin a aquello que yo mismo comencé, es decir, la maldición del retrato.

No debe sorprenderle nada de esto, es evidente que tiene conocimiento de mi viaje a París, así como de los cambios en la pintura que hice de usted.

En esta carta, pretendo explicarle a detalle qué fue lo que sucedió, así que confío en que leerá hasta la última letra.

Cuando lo conocí, me sentí cautivado por su belleza, tanto que me causaba celos que alguien más viera esa belleza, que alguien más lo halagara, que alguien más lo amara. Para mí fue un gran placer haberlo retratado en múltiples de mis trabajos, pero me di cuenta que no podía seguir trabajando con usted sin verme afectado por ello.

No me lo tome a mal, usted es una gran persona, merece todo el amor y la luz de este mundo, cosa que yo no podría brindarle.

Por esa razón, decidí que era mejor presentarlo con el joven Jeon Jungkook, sé de primera mano la gentileza y bondad que albergan en él, y al parecer acerté en mi elección.

El día que se conocieron fue el mismo que terminé el retrato, mismo que yo mismo maldecí el día que lo finalicé: "Si usted no estaría conmigo, no estaría con nadie más". Para cuando quise revertirlo, fue muy tarde.

Durante mi estancia en París, conocí a Min Yoongi, un joven especializado en magia y brujería. Él me ayudó y asesoró durante un tiempo, especialmente con mis sentimientos hacia usted.

Por lo que tengo entendido, sólo basta con que mi vida acabe para que la maldición se anule, así que si ha recibido esta carta es porque eso ha sucedido, esperando que con esto el joven Jungkook y usted puedan gozar de una vida tranquila y en paz.

Me llevo gratos recuerdos de usted, lamento no haber podido despedirme personalmente como es lo correcto, pero era lo mejor para ambos.

Hasta siempre,

Kim Taehyung.

Dobló la hoja y la metió en un sobre, sellando este último. Se tomó el debido tiempo para respirar y tranquilizarse como merecía, cuando tres toques en la puerta lo sobresaltaron. Aún con su respiración agitada se levantó y enfiló hacia la entrada principal, donde se encontró con un chico rubio del otro lado de la puerta.

- Pero qué-

- Hola, Taehyungie -. Esa sonrisa brillante que pocas veces tuvo la oportunidad de presenciar, ahora estaba siendo dedicada a él.- ¿Me dejas pasar? -. La dulzura con la que le hablaba descolocó por completo al pintor, aunque terminó haciéndose a un lado para darle acceso.

- ¿Qué... qué estás haciendo aquí?

- Llevas días queriendo verme, ¿y ahora te sorprendes?

- Me sorprende porque hace menos de dos días recibí una carta tuya diciendo que no querías tener más contacto conmigo... lo que me hace pensar que algo sucedió con Jungkook.

- ¿A quién le importa Jungkook? ¿Quién es Jungkook? Estoy aquí por ti-. El rubio se acercó con lentitud a Taehyung, quien cada vez hiperventilaba aún más; el rubio se plantó frente a él pasando su mano por la mejilla del pintor.

- J-Jimin...

- ¡Ajá! -. Una tercera voz se oyó en la habitación, exactamente al mismo tiempo que un chasquido que  hizo desaparecer al rubio frente a él. Taehyung giró sobre sí hasta que encontró al dueño de aquella voz.

- ¿¡Qué mierda fue eso, Yoongi?!

- Una ilusión, basada en tus deseos más primitivos. Aún no sueltas a ese muchacho, así que no me sirve tu discurso de querer remediar lo que hiciste -. Los ojos de Yoongi se tornaron de un tono verde mientras estudiaba a detalle cada movimiento de Taehyung.- Te arrepientes, pero no de la maldición... te arrepientes de haberlos presentado, de no intentar más...

- Cállate.

- No, sabes que es así, por eso es tan aceptable para ti la idea de morir.

- No sabes nada.

-Claro, niégalo todo, pero no podrás hacerlo por siempre. La prueba la acabo detener hace dos minutos, un poco más y habrías besado una ilusión. Te esperomañana lo suficientemente descansado -. Y con eso, el castaño se retiró de la habitación de Taehyung.





Por la mañana siguiente, Taehyung pasó a la oficina de correos más cercana para enviarle la carta que había escrito al joven Park. Después de haber cumplido con su tarea, se dirigió hacia la tienda del matrimonio Jung-Min, donde fue recibido alegremente por Hoseok.

- Buenos días, Taehyung-ssi.

- Buenos días, Hoseok hyung.

- Yoobi te espera en la parte de atrás, les llevaré un aperitivo en un momento.

- Gracias, hyung -. Taehyung no pudo evitar sonreír ante la manera en que la pareja se dirigía al otro, le parecía un detalle muy único entre ellos y los admiraba.

En cuanto cruzó a la parte trasera de la tienda, de nuevo vio a Yoongi con un libro entre sus manos, completamente inmerso en la lectura. Se dio el tiempo de evaluar la habitación: ya no había tantos libros como la primera vez que estuvo ahí, los objetos también habían desaparecido en un intento de hacer que hubiera más espacio.

- Llegas tarde -. Puntualizó el castaño sin despegar la vista de su lectura.

- Tuve un encargo que hacer... ¿dónde están las demás cosas?

- No las necesitarás de cualquier manera -. Lo miró finalmente.- Mira, Taehyung, no puedo ayudarte si no pones de tu parte. Lo que pasó ayer...

- Lo que pasó ayer no se repetirá.

- Ese no es el punto. Debes querer hacer esto de verdad, y para eso necesitas primero soltar a aquel chico.

- ¿Y eso cómo lo hago?

- No lo sé, eso no se resuelve con magia. Pero... creo... creo que Hobito puede ayudarte con eso, es mucho mejor con las palabras que yo, mientras no podemos hacer más excepto educarte.

- ¿Educarme?

- En magia, claro. Y empezarás leyendo esto -. Le entregó el libro que tenía en las manos. Leyó el título.

- ¿Historia de los dos mundos?

- Sí, necesitas saber absolutamente todo alrededor de la magia, por qué está oculta, por qué tienes poderes y no lo sabías... todo. Así que... tómate el tiempo de leerlo y después iremos avanzando con más mientras, ya sabes, superas al chico.

- ¡El almuerzo está listo! -. Se escuchó desde la planta superior.

- Bueno, ya oíste a Hobito, a almorzar.

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora