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Decir que había sido una de las mejores mañanas era poco, disfrutaron el fin de semana tanto como pudieron y quisieron. Después de su sesión matutina, tomaron desayuno apropiadamente y se dieron un baño para ir a la cabaña de nuevo.

Jungkook por fin pudo terminar su pintura de Jimin, dejando a este completamente sorprendido de su trabajo. Constaba de una pieza oscura, donde únicamente se veía iluminado el bailarín en el centro. Detrás de él sobresalían dos grandes alas negras, y el rostro del bailarín denotaba dolor; tenía un brazo estirado hacia el frente, buscando alcanzar algo que se le escapaba de las manos. Fue un trabajo que les llevó cerca de cuatro horas, pero definitivamente valió la pena para ambos.

Más tarde, se dedicaron a preparar la comida y hablar de su plan respecto a Canadá. Jimin tendría que ir al banco a retirar el resto de la herencia que había dejado su madre, porque claramente el señor Park sería uno de los primeros en entregarlo si lo veía, lo cual era un tanto curioso que no lo haya hecho aún.

Una vez que se sentaron en la mesa a comer, el pelinegro fue el primero en hablar.

- ¿Sabes? Estuve pensando y... tal vez Jin hyung pueda venir con nosotros, es como mi hermano mayor y sé que puedo estar bien sin él, es sólo que...

- No quieres dejarlo -. Completó Jimin, ganándose un asentimiento de cabeza.- Lo sé, estuve pensando lo mismo con Namjoon hyung.

- Entonces que vengan, hay que hablar con ellos.

- Podemos ir esta noche si quieres. Así será más fácil comprar los pasajes de avión -. Un denso silencio se formó entre ambos hasta que Jungkook volvió a romperlo.

- ¿Has... has pensado en contactar a Taehyung? -. Cambió de tema el pelinegro, hacía días que quería preguntárselo pero no sabía cómo reaccionaría el chico.

- ¿A qué viene la pregunta? -. Preguntó incrédulo.

- Bueno, nos conocimos gracias a él... ustedes eran amigos, no sé qué tan cercanos pero lo eran. Creo que te haría bien.

- No lo sé, yo... ¿qué pasa si intenta separarnos de nuevo? No estoy seguro de poder soportarlo otra vez.

- Estoy seguro que no pasará de nuevo.

- ¿Cómo estás tan seguro? Hizo que me olvidaras... no sabes lo doloroso que fue despertar una mañana cuando estábamos mejor que nunca y que no me reconocieras -. El recuerdo se hizo demasiado presente en Park, tanto que las lágrimas estaban prontas a salir.

- Cariño, yo... -. Se detuvo a media frase, solamente tomando la mano de Jimin sobre la mesa-. No sé qué decirte, claramente quien sufrió más fuiste tú, y no sabes cómo lo siento; pero confía en mí por favor, estaremos bien.

- Entonces tú... crees que es buena idea contactarlo, ¿eso dices? -. Jimin aún dudaba de Taehyung, se suponía que era su mejor amigo además de Namjoon y fue quien le causó tal dolor por meses.

- Contactarlo, sí. Será completamente tu decisión si quieres tenerlo en tu vida de nuevo, pero por lo que sé... no nos hará más daño.

- ¿Puedo pensarlo? -. Murmuró con voz baja, mirando hacia el suelo.

- Claro que sí, cariño -. Besó la mano de Jimin, dándole el confort que necesitaba.

Continuaron su velada en medio de pequeñas bromas, anécdotas y coqueteos descaros por parte de Jungkook que hacían reír al menor al punto de caerse de la silla más de una vez.

Cerca de la hora de la cena, emprendieron su caminata nocturna hacia casa del pelinegro. A diferencia de otras ocasiones, esta vez debieron salir completamente cubiertos del rostro, con barbijos y sombreros; también debieron caminar a una distancia moderada entre cada uno.

El Retrato de tus ojos (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora