—Muéstrame lo que puedes hacer.— Bucky hizo un ademán para después cruzarse de brazos y mirar con atención.
Pasaron un par de días desde que tuvimos la charla y que él tuvo su pesadilla. Por suerte no se volvió a repetir y estaba muy contenta de decir que finalmente nos habíamos vuelto cercanos. Éramos amigos.
¿Yo quería ser solamente su amiga?
Esa pregunta rondaba en mi mente desde entonces.
Ese tiempo lo ocupamos en hacer cosas juntos, como entrenar. Teníamos que seguir en forma, en caso de que HYDRA nos vuelva a encontrar. Era estar preparado para cualquier cosa que se nos presentara. Además nos hacia muy bien distraernos de esa manera. Ambos nos enseñábamos movimientos nuevos, trucos que el otro no sabía.
Luchamos un par de veces juntos pero todavía no había ningún ganador, los dos éramos bastante buenos en eso. Podíamos estar tranquilamente horas entrenando y practicando, parecía que no nos cansábamos y la compañía del otro hacia que lo disfrutaremos aún mas.
No teníamos elementos de gimnasios, estábamos en una cabaña. De todas formas, nos las arreglamos con cualquier cosa que encontráramos. Hasta habíamos salido al bosque para practicar puntería de cuchillos con los árboles. Uno de esos entrenamientos le pregunté cuál era su mano hábil y me dijo que la derecha, la real. Eso me sorprendió porque cuando investigué sobre el Soldado, él manejaba todo con el brazo artificial.
En ese momento nos encontrábamos en la sala. Habíamos movido un mueble bajo y apoyamos copas encima. Ese día me dijo que quería verme usar mis poderes, ya que solo una vez tuvo la oportunidad de hacerlo. Quería saber que otras cosas podía hacer.
Estiré mi mano y me concentré en una de las copas. Imaginé como vibraban en mi mente para luego poder trasladarlo a la realidad. La ya conocida corriente salió de mi mano y un sonido vibrante salió de los vidrios. Era en un tono grabe, así que miré el siguiente que poco después comenzó a temblar suavemente y se escuchó mas agudo que el anterior. Así hice con el resto hasta llegar a un sonido mas chillante y lograr explotar la copa por completo.
Bucky aplaudió pausadamente mirándome asombrado.
—Vaya...eso fue genial.— La impresión, ante mi don, se notaba en sus palabras.— ¿Entonces una niebla de una roca te dio tus poderes?
—Si, básicamente si.— Pasé a su lado y tomé la escoba que había apartado a propósito para poder juntar cualquier desastre que pudiera llegar a hacer.
—Por lo que me mostraste también eres toda una artista. —Nos reímos a la par por su comparación.— ¿Puedes hacer algo más?— Preguntó interesado.
Mis labios formaron una sonrisa y asentí ansiosa por mostrarle. No me acordaba habérselo mostrado alguna vez a alguien mas, ni a Jemma, ni a Fitz. Era algo que me había guardado para mi misma, pero que de igual formas siempre quise mostrar.
—¡Si!— Fui hacia la cocina pero noté que James no me seguía. — Ven aquí.— Me asomé a un lado del marco de la puerta para hacerle señas. Me paré en frente de la pileta y él se colocó a mi lado, tan cerca mío que sentía su aliento en mi oído. Contuve el aliento y mi piel se erizó. Me miraba confundido y la vez curioso por lo que estaba por hacer. — Estas a punto de presenciar lo mas fabuloso que vas a ver en tu vida. — Dije con arrogancia. El ego lo tenía en las nubes. Porque hasta ahora de todos los inhumanos que conocí, ninguno hacía lo que estaba por hacer.
Abrí el grifo del agua, el agua salió de este y troné mis dedos. Para esto requería mucha concentración, ya que no lo había practicado tantas veces y si apartaba la atención se deshacía. Mis manos se colocaron al rededor del fluido que corría sin detenerse. Tomé aire, lo contuve por unos segundos, y cuando exhalé dejé que fluyan las vibraciones hacía el agua. Al instante la forma se deformó.
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Mírame || Bucky Barnes x Daisy Johnson
Acak-Mírame, Barnes-. La desesperación se adueñó de mi voz y mi cuerpo. Temblando coloqué mis manos en su cara para obligarlo a mirarme. Parecía no enfocarme, es como si mirara sobre mi. Para él yo no me encontraba allí. Seguía en su pesadilla y debía...