Ekaterimburgo, Rusia.
El ambiente aquí era aun mas frío que en los otros países por los que pasamos. Las temperaturas eran tan bajas que no se podía estar afuera mas de diez minutos seguidos. Antes de aterrizar nos dieron bastantes abrigos exclusivos para la nieve, bufandas, medias gruesas y unas botas especiales para poder soportar el crudo clima.
Esperaba que no nos lo quitaran luego, porque las botas me quedaban muy bien. Tanto Jamie como yo salimos con nuestros gorritos puestos. Estaba segura que él no sentía tanto el frío como yo, pero tenia que fingir para el resto ya que allí nadie lo conocía.
El camino hacia una casa segura fue incómodo. Ninguno de los dos dijo nada respecto a lo que pasó...o casi pasa. Solo fingimos que nada había sucedido. Yo dormí todo el viaje me desperté cuando aterrizamos, solo compartimos un par de palabras después de eso pero nada con importancia. No sabía como tomarme esa actitud.
¿No quería besarme? ¿Se arrepentía de haberlo intentado?
Estaba tan confundida, pero también había otro sentimiento de por medio: decepción. Decepción por no haberlo besado, por no haber sentido sus labios contra los míos. No me había dado cuenta de lo mucho que lo quería hacer hasta que nos interrumpieron en el avión.
Suspiré frustrada porque me estaba concentrando en eso en vez de lo que realmente importaba: HYDRA nos había encontrado y ahora estábamos en Rusia. Y yo teniendo mi mente en un beso que no sucedió.
Maldito seas Barnes.
El hombre a mi lado, que era al mismo que había m aldecido en mis pensamientos, me miró extrañado. No pudimos mantener el contacto mucho tiempo porque el taxi frenó frente a una cabaña casi al limite de la ciudad. Estaba escondida entre los grandes pinos, y la nieve ayudaba a esto. Tenia una arquitectura moderna, comparada a las casas que estaba en la ciudad que eran todas parecidas.
El taxi ya estaba pagado por lo que nos bajamos con nuestras cosas y nos encaminamos hasta la entrada. Era una cabaña muy linda y no podía dejar de admirar, menos cuando entré y la vi su interior. Era de ensueños.
Lo que mas destacaba era la gran chimenea que estaba prendida, lo que hacia que la casa nos de la bienvenida con una gran calidez. Un sillón gris, arriba de una alfombra roja, estaba frente a esta. La cocina y el comedor estaban en otra sala y estas dos estaban separadas por una barra. La decoracion era moderna pero la madera y los colores le daban un toque rústico.
Caminé por un pasillo en donde había solo dos puertas, lo que me hizo fruncir el ceño pero me relaje enseguida. Seguramente los baños estaban dentro de cada habitación. Con esta idea, abrí la última puerta y me encontré con una habitación bastante amplia y con un hermosos ventanal. Mi sorpresa fue grande al ver la enorme cama matrimonial en el medio.
Jamie llegó a mi lado y su cara parecía todo un poema. Señaló la otra puerta y volvió a mirar confundido el cuarto en el que estábamos.
—La otra es un baño.— Alcé mis cejas sin poder creer lo que me decía. Busqué una segunda puerta en esta habitación, pero no había nada. Lo que significaba que...— Es la única habitación.
—Esto debe ser un jodido chiste. — Mascullé.
Salí de aquel cuarto, sin antes dejar mis cosas ahí en el piso, en busca de otro cuarto. Recorrí toda la casa, incluso en la cocina y el baño. Pero nada. Esa era la única maldita habitación y encima con una cama.
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Mírame || Bucky Barnes x Daisy Johnson
Diversos-Mírame, Barnes-. La desesperación se adueñó de mi voz y mi cuerpo. Temblando coloqué mis manos en su cara para obligarlo a mirarme. Parecía no enfocarme, es como si mirara sobre mi. Para él yo no me encontraba allí. Seguía en su pesadilla y debía...