Bucarest, Rumanía.
Hacía un año que estábamos viviendo en esta bella ciudad. Fueron meses caótico para ambos, buscar un trabajo, un lugar donde alojarnos, un país en donde no estén buscando al Solado del Invierno. Pero puedo decir alegre y orgullosamente que pudimos superar estos obstáculos juntos.
Cuando decidimos irnos de Rusia y dejar todo atrás, nos tomó una semana cumplirlo. En mi caso tuve que hablar con Coulson para explicarle mi decisión, aun recuerdo su respuesta y me río de tan solo pensarlo. Él me había dicho "Sabía que en cualquier momento esto sucederia", incluso había hecho una apuesta entre Jemma, Fitz y May. Fue también gracias a ellos que se me hizo más fácil seguir con mi decisión, tenía su apoyo por completo y me motivaba a seguir.
Tal vez nos habíamos adelantado viviendo juntos, pero ya estábamos acostumbrados el uno al otro. Eramos una pareja y como toda relacion pasamos la etapas de peleas y discusiones, ambos teníamos un comportamiento y personalidad errática pero supimos como hacer que se combinen sin explotar. Nada se sentía forzado ni apresurado, sino correcto y nos hacíamos bien el uno al otro, al fin del día eso es lo único que importa, ¿no? También nos conociamos de punta a punta, en todo sentido, y sabíamos cuando el otro necesitaba su espacio o cuando necesitabamos apoyo.
—¿Qué te parecen ciruelas?—Mi novio preguntó, señalando el puesto donde una señora las vendía.
—Definitivamente si, podrías hacer la tarta que tanto me gusta—. Respondí babeandome internamente por esa delicia que hacia con la fruta. Bucky me miró con una sonrisa y se volvió para hablarle a la vendedora. Él era el que se comunicaba por ambos con el resto, con el idioma aún me sigo llevando pésimo pero de a poco me intenta inculcar un par de frases para usar en el día a día, aunque realmente sea mala en ello.
El aire en Rumanía era frío, pero estuve en Rusia asi que esto era pan comido para mi...bueno o más o menos, me salvaba que a la noche compartía cama con un calefactor humano. Incluso Jamie tuvo que empezar a usar varias capas de ropa para pasar desapercibido con la población. Ahora estaba vestido decentemente con una camiseta bordo, sobre esta una campera y su amada chaqueta marrón, obviamente no podía faltar su bendita gorra. Todo parecía quedarle extremadamente chico y ajustado, pero la realidad era que él había duplicado su entrenamiento y más la comida a base de carbohidratos que consumimos, sus músculos se hincharon aún más de lo que ya estaban.
—Ese hombre está mirándome—. Habló bajito bien cerca mío, sin apartar su mirada del frente. En una mano tenía la bolsa con las compras y las apretaba con fuerza, y en la otra sostenía mi mano.
Seguí su mirada y me encontré con el vendedor de revistas mirándolo fijamente. Pareció estudiarlo unos segundos y luego abrió bien grandes sus ojos y salió corriendo. Era imposible que lo hayan reconocido, el Soldado del Invierno no aparecía en las noticia hace casi dos años. Es más, toda la atención se había desviado de él por completo gracias a los Vengadores, ellos fueron el gran foco luego de derrotar todas las bases de HYDRA, la llegada de Ultron y los destrozos en Sokovia.
Esto fue un golpe muy duro para todo el mundo, por el hecho de que casi fuimos dominados por androides y también por la conmoción con la ciudad. Hacia unos pocos días lanzaron los Acuerdos de Sokovia, allí quedó exclusivamente claro que cada superheroe quedaba a cargo del gobierno. A pesar de que yo formé parte de SHIELD por muchísimo tiempo, este año que pasó me hizo dar cuenta que no fui más que un títere, que en los lugares que debía estar no había estado, también que era muy fácil infiltrarse en el Estado, en el mundo, y debilitar el bien que se quiere hacer.
Jamie me arrastró suavemente pero a la vez desesperado, sin llamar la atención, hasta el puesto que quedó abandonado. Eche rápido un vistazo a los alrededores en caso de que alguien más nos estuviese vigilando, él hizo lo mismo hasta incluso parecía perseguido. Me quedé haciendo guardia, solo por las dudas, y él tomó uno de los periódicos. No había nada fuera de lo normal, nadie parecía notarnos, pero me dio la vuelta mostrándome lo que él estaba leyendo.
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Mírame || Bucky Barnes x Daisy Johnson
Acak-Mírame, Barnes-. La desesperación se adueñó de mi voz y mi cuerpo. Temblando coloqué mis manos en su cara para obligarlo a mirarme. Parecía no enfocarme, es como si mirara sobre mi. Para él yo no me encontraba allí. Seguía en su pesadilla y debía...