La voz de la azafata sonando por los altavoces, avisando que ya estábamos por aterrizar, me despertó. Estiré levemente los brazos y mis piernas como pude, un bostezo salió de mis labios. Pude sentir como tenía baba seca en mi comisuras, hice una mueca de asco y me limité a limpiarla como pude.
Finalmente me digne a ver a mi acompañante y como estaba hace unas horas, me miraba con el entrecejo junto.
¿Este siempre te daba esa mirada?
Iba a preguntarle cuál era su problema, hasta que caí en cuenta cuál era. En algún momento, mientras dormía, debí haberme apoyado sobre su hombro porque en este se notaba una mancha de baba. La verguenza que sentia en ese momento no lo podía explicar. Sentí como mis orejas y cachetes se pusieron caliente. Quería hundirme en mi asiento hasta desaparecer, en ese momento me hubiese gustado tener invisibilidad para desparecer.
— Lo siento mucho...— Mi mano se fue a mi cuello, rascándolo levemente ante la incomodidad.
El que parecía estar malhumorado todo el tiempo desvió su vista, ignorándome por completo.
¡Genial!
Solo babeaba cuando dormía muy bien. Pensé que durmiendo en una butaca de avión con un fugitivo a mi lado eso no iba a suceder, pero claramente no pasó. Y estaba pasando unas de las vergüenzas mas grande de mi vida.
Una idea se vino a mi mente, que no tenia explicación.
El arma mortal de HYDRA, el hombre que escapaba del gobierno, dejó que durmiera en su hombro sin ningún problema. Ni siquiera me movió o me despertó para que me apoyara en otro lado. Simplemente dejó que siguiera durmiendo...pero, ¿Por qué?
Tal vez se despertó por lo mismo que yo, asique nos despertamos al mismo tiempo y justo ahí se dio cuenta de ello. Si, si, era eso. Esa era la única respuesta que podía encontrar.
No podía haber otra, ¿O si?
○●○
Breslavia, Polonia.
Una vez llegados a nuestro destino, tomamos un taxi para poder irnos al departamento que había alquilado desde Estados Unidos. No nos íbamos a quedar mucho tiempo, teníamos que estar moviéndonos constantemente.
—Puedes elegir el próximo destino, si quieres. —Abrí la puerta del departamento. Estábamos en el 4 b.
Elegí ese sitio porque estaba escondido, alejado del resto. En el camino hasta aquí pude ver que teníamos un par de mercados cerca. Mejor, porque el desayuno del avión me dejó con hambre y debíamos ir a comprar.
— No está mal. — Pasó por delante de mi, inspeccionando todo el lugar.
Obviamente que también lo elegí porque estaba ubicado en un lugar estratégico de la ciudad. En caso de tener que escapar, teníamos la escalera de emergencia por fuera de la ventana del living o podíamos pasar a las habitaciones de los otros huéspedes de este edificio.
También, a dos cuadras estaba el subte por lo que podríamos ir allí y perdernos entre la gente si era necesario. Rogaba de que eso nunca sucediera y pudiéramos estar aquí el tiempo que deberíamos estar, sin que nadie nos moleste. La verdad es que está ciudad era hermosa y estaba ansiosa por conocerla.
Vi como Barnes se acercaba a la que iba a ser mi habitación. En las publicaciones de internet, esa parecía ser la mas grande y tenia un balcón hacia la ciudad, con una maravillosa vista. Pero eso no era lo mejor. Tenia un baño privado ahí mismo. No iba a dejar que me la sacara.
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Mírame || Bucky Barnes x Daisy Johnson
Aléatoire-Mírame, Barnes-. La desesperación se adueñó de mi voz y mi cuerpo. Temblando coloqué mis manos en su cara para obligarlo a mirarme. Parecía no enfocarme, es como si mirara sobre mi. Para él yo no me encontraba allí. Seguía en su pesadilla y debía...