Azúcar morena [Booffee #1]

20 Ángeles y demonios

[Parte 1]

Lion

Tres semanas después y estamos de regreso en Guadalajara para celebrar el cumpleaños de Karlo y ver cómo le va y si se ha adaptado bien a la ciudad en estas semanas de vivir aquí.

Rick, Mary y su bebé también vienen con nosotros, además de Johnny, Marco, Jaime y Chava que están en el auto de atrás.

Este es el primer día libre que me tomo en este tiempo, y solo es porque Rick regresó esta semana al taller y con ello mi carga de trabajo disminuyó, por lo tanto aprovecharé tanto como me sea posible este día, y depende de cómo se desarrollen las cosas en el festejo, sabremos si nos quedaremos en la ciudad o regresaremos al pueblo.

Lili viene muy callada al lado mío, y lo comprendo, estar aquí en la ciudad debe hacerla pensar más en su hermana, y es que desde su visita a Mazamitla, Lili ha estado dándole vueltas a lo que platicaron.

—¿Quieres ir a verla un rato mientras estamos aquí? —Pregunto a Lili.

Me mira y sonríe.

—No. Hoy es el día de tu amigo, además, probablemente la veré la próxima semana que venga con Johnny para firmar el acuerdo —levanto las cejas por sorpresa al enterarme de que aceptaron el acuerdo—. Decidimos que sería bueno venir a la editorial y tengo curiosidad por ver el proceso de un libro publicado. En la universidad vi sobre ello, pero era más rustico.

—¿Publicarás un libro? —Le pregunta Mary con asombro.

—No. Es un acuerdo para Booffee —explica—. Nos asociaremos con una editorial para darle un nuevo enfoque al negocio. Es algo temporal, pero si tiene éxito, podría ser más duradero.

—Cruzaremos dedos para que así sea—dice Rick—. Y si pudiera hacer un brindis en este momento sería por ustedes, para que sus negocios prosperen.

—Gracias, amigo —le digo mirándolo por el espejo retrovisor.

Los demás podrían pensar que ya me sabría el camino, pues ya había estado de visita en el departamento que eligió Karlo, pero da la casualidad que el camino que tomamos ese día desde la plaza no es el mismo que por dónde venimos ahora, así que tardamos 20 minutos más en llegar al departamento de Karlo, porque no siempre soy muy bueno leyendo el GPS y porque ahora hay un bebé en la parte de atrás llorando y nadie logra saber por qué.

Karlo nos espera en la entrada del edificio de departamentos, y tras saludarlo rápidamente, conduce a Mary a la habitación más  cercana en su piso para que pueda revisar al bebé con más comodidad.

—¿Acaso hay un mejor método anticonceptivo que ese? —Johnny rodea a Lili con un brazo mientras los demás chicos y yo acomodamos en el comedor todo lo que se trajo.

—Tú no tienes de qué preocuparte, ya que no puedes embarazarte y Marco tampoco.

—Aun así, todavía puedo ser padre. Podemos considerar la adopción si la relación dura y nos sentimos listos, o un vientre de alquiler —mira descaradamente su estómago, lo que me hace mirar a mí también, y como consecuencia, imaginarla embarazada.

—Supongo que tengo que sentirme alagada de que me consideres la gestante de tu futuro bebé aún no contemplado.

—De nada —ambos sonríen. Y no es como si pudiera evitarlo porque ambos no hablan en susurros o con voz baja, así que sigo escuchando su conversación, como seguro también lo hacen los demás, y trato de ya no mirar su vientre.

—¿De verdad lo harías? —Le pregunta Lili— ¿Considerarías la inseminación para ser papá? 

—Yo solo bromeaba, pero ¿De verdad considerarías tú ser la mamá de mi bebé?