Azúcar morena [Booffee #1]

22 Corazón abierto

Hello. Espero que se encuentren increíble. Si no me siguen y solo están leyendo esta historia, pero quieren conocer más de mi trabajo, tengo una trilogía completa y publicada llamada A primera vista, por el contrario, si quieren algo autoconclusivo, hace unos días publiqué el primer capitulo de una nueva historia. Me alegraría mucho saber lo que opinan de ella.
Sin más, y después de este aviso, lxs dejo con un nuevo capitulo. Que lo disfruten.

Lion

—Es mucho más difícil quitársela que ponérsela —lucho con mi camiseta—. Mejor me hubiese puesto solo una chamarra.

—¿Con este clima? A mis papás se les hubiese hecho raro verte usarla dentro de la casa.

Suelto un suspiro de alivio cuando logro quitármela.

—Tienes razón. Hubiese conseguido miradas raras de ellos.

De los cajones donde guardo mi ropa, extraigo un par de pantalones de dormir y una camiseta para Lili.

—Ya que estamos de regreso en tu casa —comienza a decir cuando le entrego las prendas para ella—, ¿quieres contarme cómo ocurrió tu accidente?

Deja a un lado la ropa, se acomoda mejor en la cama y abraza una de las almohadas.

Yo me acomodo en la cama frente a ella, le quito la almohada y, con solo una mano libre, hago que separe las piernas y la deslizo a mí porque la necesito cerca para lo que voy a decirle. Ella se sonroja cuando quedamos frente a frente, y asumo que es más por la posición que por la cercanía.

—Abrázame a mí y no a una almohada, ¿está bien? Sé que hoy no te he estado tocando como usualmente lo hago, y tampoco he estado tan cariñoso contigo, pero no me gusta que te abraces a ti misma como si te protegieras de mí. Yo nunca te haría daño —me mira tiernamente y lleva sus manos a mi cuello— Y no quiero que te preocupes por mí ¿de acuerdo? Todo está bien ahora.

—¿Qué te pasó?

—Hace algunos años, cuando trabajaba en la fábrica con Rick, tuve un accidente que me dejó muy mal. Una de las maquinas con las que hacía mi trabajo falló y cayó sobre mí —Lili contiene el aliento y pone cara de horror—. Estuve muy mal durante un tiempo debido a todo lo que el accidente provocó. Atravesé por un par de cirugías y algunos huesos rotos, así que la recuperación fue más dolorosa que el accidente en sí, pero si algo bueno tiene mi cuerpo es que sano rápido, así que no sufrí por mucho tiempo. La cuestión es, que a veces un accidente de esa magnitud te deja secuelas —comienzo a acariciar su espalda—. Hasta hace unas semanas pensé que estaba completamente bien, pues en estos años no había presentado ningún síntoma o algún dolor que me hiciera pensar lo contrario.

—¿Qué sentiste?

—La primera vez fue cuando nació el bebé de Rick. Sentí un dolor en mi costado derecho, pero no le di mayor importancia, cuando fue el último día aquí de Karlo, volví a sentirlo, pero supuse que era debido al estrés por el que estaba pasando en el taller, y luego en su cumpleaños lo sentí de nuevo. Debí imaginar que eran señales de alerta. El día del accidente mi apéndice se reventó y eso ocasionó que me sintiera mal, que Rick me viera en mal estado y que al final me cayera de la moto.

—Esto de aquí —Lili pone una mano encima de donde tengo una gasa— ¿es porque te operaron? —Asiento— ¿Por qué no me lo dijiste antes? No te hubiese hecho ir con mis papás. Lion, hubiese dejado todo en Guadalajara para venir a ti.

—No es como si hubiese hecho algún esfuerzo o movimientos bruscos —respondo a lo primero—, además, me vino bien despejarme y tomar aire fresco, sin mencionar que quería estar contigo. No iba a decir que no a acompañarte. En cuanto a lo otro, la operación que tuve no es tan complicada o riesgosa como una abierta, así que sanará más rápido. Mis papás y Chava estuvieron cuidando de mí estos días.