Azúcar morena [Booffee #1]

15 Reencuentro

Lion

Con el paso de los días, inesperadamente recibo más noticias de Karlo, mi amigo en Barcelona, y es que al parecer vendrá al país por motivos de trabajo durante una temporada, y como no conoce a nadie más aquí que a mi familia y a mí, pidió que la empresa lo transfiriera a la sede que tienen en Guadalajara, así que ahora eso nos hará estar a menos de un par de horas de distancia, lo contrario a vivir en lados diferentes del mundo.

Pablo y yo le hemos ayudado a buscar departamento en la ciudad, ya que cuando venga al pueblo de visita se quedará en la casa conmigo, pero mientras se decide por todas las opciones que le he enviado a su e-mail, pasará un par de semanas aquí en Mazamitla para acoplarse al clima, a la gente y también para conocer un poco el lugar, por lo tanto, y como hoy es el día que ha elegido para llegar, iré a recogerlo al aeropuerto después de pasar a ver a mi chica.

—¿Estás seguro que no quieres que te acompañe? —Me pregunta Rick.

—Estoy seguro. Pasaré por Chava a la escuela para que vaya conmigo y a ti te necesito aquí en el taller para tener controlados a ese par —muevo la cabeza en dirección a mi otro trabajador y al nuevo chico—. A veces me dan ganas de traerles un café con lo mucho que se la pasan chismoseando.

—Mientras entreguen bien y a tiempo el trabajo, no tienes de qué preocuparte —mira su reloj—. Deberías irte ya si pasarás a ver a Lili antes y si no quieres llegar tarde al aeropuerto. 

Corroboro la hora en mi teléfono y, como solo tengo unos minutos de sobra para llegar a tiempo por Karlo, le doy las gracias a Rick, luego voy a lavarme las manos y a tomar mis cosas antes de pasar a ver a Ly. 

Sé que hoy tiene día de inventario con Johnny, por lo tanto el lugar no está abierto al público, así que espero tras el cristal a mirar a alguno de los dos y pedir que me dejen entrar, y es que no es como si pudiera gritar alguno de sus nombres porque tienen la música en volumen un poco alto.

Johnny es quien me ve, ya que él está en la parte de la cafetería, y viene a abrirme.

—No está aquí. No se sentía bien y decidió quedarse en su casa a descansar. Pensé que te lo había dicho —nada de saludos o de bromas, ésta vez fue directo al grano.

—No lo hizo —saco mi teléfono de mi bolsillo para ver si me perdí alguna de sus llamadas o mensajes, pero no hay nada—. ¿Te dijo qué tenía? —Johnny niega— Intentaré comunicarme con ella y en un rato iré a verla. Me dices si te avisa algo más ¿por favor?

—Por supuesto.

Salgo de Booffee y voy a mi moto para después ir a casa de mis papás a cambiarla por el auto de papá y recoger a Chava.

En el camino al aeropuerto le pido que llame a Lili, porque al yo ir manejando no puedo hacerlo, pero ella no responde en ninguno de los intentos, lo que solo logra preocuparme más.

El camino y la espera a que Karlo se encuentre con nosotros se me hace eterno, pero ver a uno de mis mejores amigos después de algunos años logra despejar mi mente de manera momentánea.

Karlo es igual de alto que yo, solo que con la piel limpia y sin perforaciones, además de cabello negro corto y ojos hazel y sin tanta musculatura como yo.

—Tío, cuánto tiempo —a Lili le daría risa ver el abrazo tan varonil que estamos teniendo en este momento.

—Lo sé, hombre, han pasado años desde la última vez que nos vimos y que no fuera por una video-llamada —rompo el abrazo.

—Es tu viva imagen —dice mientras se saluda con mi hermano—. La última vez que lo vi todavía podía diferenciarlos —bromea.

—No creo que seamos tan similares —responde Chava—, yo no estoy lleno de tatuajes y, además, soy más apuesto que él.