23 Intento

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Lilith

Han sido unas semanas difíciles desde mi regreso de Guadalajara, y no por la recuperación de Lion, ya que en eso tiene razón y va sanando muy bien, sino por lo que Samara y yo iniciamos cuando estuve esos días con ella.

No sabía la magnitud de toda la investigación que se haría cuando fuimos a denunciar a la Procuraduría, así que me ha resultado un poco abrumador el recibir tantas preguntas, pasar por exámenes médicos, el que Ana tuviera que entregar mis informes psicológicos de todos estos años de terapia y, lo peor de todo, el volver a ver a la cara a ese sujeto que me hizo daño hace todos esos años atrás. 

Samara y yo tuvimos que hacer un reconocimiento oficial ante las autoridades para constatar que los cargos de violación, pedofilia y violencia física y psicológica se le imputarían a la persona correcta. 

Al no saber el paradero de nuestra madre biológica solo se le estarán imputando lo que nos hizo a Samara y a mí, y es que como son delitos de querella, lo que le hizo a ella no se puede considerar para añadir a su condena. Por lo que en el proceso Samara y yo esperamos que él sepa qué fue de ella después de la última noche en que yo la vi.

La noche que me salvó.

La ayuda de Chava en Booffee ha sido una maravilla, pues me permite viajar a Guadalajara sin dejar con toda la responsabilidad a Johnny, y el hecho de que papá y el Sr. Rubén se han ofrecido a cubrir a Lion en su incapacidad en el taller, a él le ha permitido relajarse y aligerarle también la carga a Rick, lo que lo ha dejado con tiempo libre para seguir recuperándose y poder acompañarme a Guadalajara, pues ninguno hemos podido despegarnos del otro en este tiempo.

El saber que está conmigo, como mi apoyo y mi respaldo, me han permitido seguir fuerte y hacerle frente a lo que ha estado pasando en estas semanas, y es que vendrán otras igual o más intensas porque los abogados están haciendo que todo se agilice y puedan condenarlo antes de que los delitos prescriban. Al menos el de violación, si es que por algún otro ya no se le puede culpar.

Hoy, en el último día de noviembre, al fin hemos podido tomarnos un respiro y aprovechar para celebrar el cumpleaños de Chava que fue hace 3 días.

No es una gran fiesta, aunque sí es más grande que las que yo he tenido, pues están algunos primos de Lion, amigos de la escuela y del equipo de futbol de Chava, dos de sus tíos, sus abuelos y nuestras familias, es decir: Melanie, Pablo y Charlotte, sus papás y los míos y Johnny y Marco, además de Karlo y Rick con Mary y su bebé, por supuesto.

—¿Quieres algo más de tomar, dulzura?

—Estoy bien así, aunque creo que tú te estás encargando de mantenerte bien hidratado por los dos —veo la cerveza que tiene en la mano—. Me alegro que estemos en casa de tus papás, de lo contrario, yo no sabría cómo manejar la moto.

—Deberías dejarme a enseñarte a usarla.

—No creo que tenga la fuerza siquiera para ponerla derecha.

—Eres más fuerte de lo que crees —sonrío por lo dulce que eso me parece.

—No es lo mismo fuerza emocional o mental que fuerza física. Solo puedo cargar una caja pequeña de libros, por eso Johnny es quien hace todo el trabajo pesado en Booffee.

—Entonces es una ventaja que tu hombre se ejercite y de ahora en adelante siempre pueda hacer todo el trabajo pesado por ti.

—Mi hombre ¿eh? —le doy una gran sonrisa— Apuesto a que te gusta cómo suena eso.

—Me encanta ¿a ti no? —me rodea la cintura con su brazo libre y me acerca a él. Yo le rodeo el cuello con mis brazos.

—Mi hombre, mi chico, mi novio. No importa el término, mientras seas mío.

Azúcar morena [Booffee #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora