Capítulo 6

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Melody Hall:

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Melody Hall:

Me quedo con la espalda pegada en la pared, si que tuve miedo.
Ni siquiera pensé en que hacer solo me quede parada y retrocediendo, soy una cobarde.

Me cubro el rostro con las palmas de mis manos, quizá comí algo en mal estado y esto solo es una alucinación o un sueño loco producto de mi indigestión. Tiene que ser eso si no, no encontraría la forma de explicar todo esto.

Escucho la puerta abrirse, levantó la mirada temerosa

-Aquí está tu comida -dice Camily sonriente, entrando a la habitación y colocando la bandeja sobre la mesita.

Ya ni me acordaba que ella estaba preparando mi comida.
Ni siquiera me acordaba que tenía hambre.

-Gracias -murmuró, ella se acerca y sonríe

-¿Estas bien? -cuestiona, yo asiento, aunque es mentira, me siento muy cansada tanto físicamente como mental, ni cuando tenía que acostarme a las tres de la madrugada haciendo tareas me sentía así.

Me siento sobre el suelo y coloco la bandeja de comida sobre mi regazo y observó la comida, se ve deliciosa, pero aun así no tengo ganas de comerla y no es por desconfianza, solo que... no sé, tengo hambre, mi cuerpo me exige comida, sin embargo no quiero comer; solo quiero dormir y despertar dentro de cinco años.

-¿No te gusta? Puedo prepararte algo más -dice angustiada, yo niego

-Esto esta perfecto -digo con una sonrisa forzada, tratando de aguantar las ganas de llorar.

Comienzo a comer, tragando con dificultad, puesto que el nudo en mi garganta me lo impide.

Vamos Melody, eres fuerte, no dejes que esto supere, vamos a salir de aquí.
Me habló como que si fuera otra persona.

Una lagrima rebelde resbala por mi mejilla, la limpio con fuerza. No quiero levantar la vista puesto que sé que Camily me está observando. Si hay algo que odio es llorar frente a alguien y que ese alguien me vea o me hable porque con eso mi llanto solo incrementa y odio verme tan vulnerable.

Ahorita lo que mas necesito es un abrazo de Adam o de Daen, son las únicas personas que nunca me molesto que me vieran llorar.
Intento no parpadear para que las lágrimas no caigan, pero es en vano, varias lágrimas se deslizan por mi rostro sin poder detenerlas.

Camily toma la bandeja y la coloca en otro lugar.

-¿Puedo abrazarte? -cuestiona temerosa, yo levanto los hombros

Camily me rodea con sus brazos, me quedó paralizada un momento sin saber que hacer, lo primero me se me ocurre es devolverle el abrazo y así lo hago.

Pasamos muchos minutos así, sin decir nada, yo llorando y ella acariciándome la espalda.

-Gracias -susurro separandome, ella sonríe

La melodia del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora