Capítulo 35

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Melody Hall:

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Melody Hall:

Si siguen entrando más personas en cualquier momento la mansión va a explotar.

Llevo sentada en las gradas mucho tiempo, esperando que en cualquier momento Connor ingrese por ella, pero entran muchas personas y ninguna de ellas es él.

Algunos entran heridos, otros entran con sus familias y muchos otros entran llorando, y yo solo puedo quedarme sentada mientras observado a esas personas sufrir, pues no tengo conocimientos médicos para ayudarlos y  a la otra mitad no puedo pues con cada minuto que que pasa mi corazón se encoge en la agonía de la espera.

¿Cómo alguien con la angustia que su chico puede estar muy herido puede consolar a alguien más? Y en este momento yo tampoco quiero compañía, lo único que quiero saber es si Connor está bien.

Volteo en dirección a la puerta con la esperanza que sean los chicos los que entren, pero en su lugar entra un chico cargado una niña. Suspiro y apoyo la cabeza en mis piernas, siento que en cualquier momento va a explotar, me duelen las piernas de tanto correr, al igual que las heridas sobre estas; pero nada se compara con el peso que siento en el pecho.

Vamos Melody él estará bien.

Connor es fuerte, él prometió alcanzarme; Él siempre cumple sus promesas.

Todo va ha estar bien.

¿Y si se encontró más lobos? ¿Y si lo lastimaron? ¿Qué tal si...?

No...no... ¡Melody! No pienses idioteces.

Me tomó la cabeza con más fuerza y la presiono contra mis piernas, pediría alguna pastilla para disminuir el dolor, pero muchas personas que realmente están heridas, no quiero que pierdan el tiempo en mí.

—¿Melody? —cuestiona una voz  conocida al principio de las escaleras.

Levanto la cabeza para encontrarme a Camily al inicio de las escaleras, ella al reconocerme baja con rapidez las gradas.

—Hola —susurró aliviada de por fin encontrarla, o que ella me encontrara a mí, luego que Ethan me dejara me dediqué a buscarla en algunas habitaciones, pero cada vez que abría una puerta la vista era peor así que abandone mi tarea.

—Melody —repite tirándose sobre mí para abrazarme, le devuelvo el abrazo sintiendo como el peso de mis hombros disminuye un poco —estaba preocupada por ustedes, no sabía si ya estaban a salvo ¿Y los demás? —pregunta viendo a su alrededor en busca los otros, yo niego.

—Ellos... no lo sé Camily, Ethan me trajo y dijo que estaba bien —balbuceo.

—¿Ethan te dijo que tú estabas bien? —cuestiona levantando las las cejas confusa.

En cualquier otro momento hubiera reído, pero no en este, en lugar de parecerme gracioso me parece molesto, se que es mi culpa por no hablar bien y balbucear cosas sin coherencia, pero me siento más muerta que viva.

La melodia del betaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora