El dilema del Tren

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Un tren viaja a toda velocidad contra cinco personas incapaces de moverse

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Un tren viaja a toda velocidad contra cinco personas incapaces de moverse. No puedes pararlo. Pero puedes activar una palanca para que en lugar de ir contra cinco, solo vaya en contra de una.

La pregunta es más difícil de lo que suena cuando lo vives en realidad. SooBin tenía dos opciones, dejar que drogaran a TaeHyung y pasara lo que tenía que pasar. O acusar a YeonJun de haberlo obligado a robar las pastillas de JungKook. ¿Era capaz de sacrificar a su mejor amigo?

No solo era sacrificar a YeonJun, sino, irse con él a la mierda. Si acusaba al otro, él sería igualmente condenado por haber cometido el robo y no confesarlo. El tiempo se le estaba yendo por las manos y ya era miércoles.

Veía a todos entrar al aula luego de haber sido el primero en llegar. Al llegar, TaeHyung bajó la mirada y pretendió estar leyendo.

¿Era capaz de hacerle eso a TaeHyung? Alguien que se sentó junto a él durante el primer año y con quien pasaba el descanso. Alguien que tenía una pareja. Alguien que sentía.

¿Cómo se sentiría?

Seguía sin entender cómo no habían encontrado las pastillas en su mochila el día del robo, de verdad deseó que las encontrasen para deshacerse del miedo, pero no sucedió así. Y aun después de verificar las cámaras, resultó que no había ninguna actividad extraña en el aula.

Vio al chico nuevo sentarse a lado de TaeHyung apenas llegar. Discutían, pero TaeHyung parecía más bien divertirse. En realidad, SooBin no odiaba a TaeHyung, le divertía bastante su forma de ser, no le desagradaba ni siquiera luego de lo que pasó en el primer año.

¿Iba a hacerle eso?

BoGum se levantó de su asiento y se puso delante de todos.

—Escuchen amigos — comenzó a decirles —, las cosas están muy tensas por aquí, así que, ¿por qué no hacemos una fiesta?

Inmediatamente comenzaron las quejas. Nadie quería hablar con el otro lado del grupo y era como una enorme división entre los alumnos.

—Venga, si quieren venir, están invitados, será este sábado — dijo BoGum y finalmente se sentó.

SooBin miró de reojo a JungKook, también le preocupaba qué sucedía si perdía esas pastillas, ¿podría volver a comprar más? Estaba casi seguro de que sí, pero le comía la conciencia cada detalle.

Se mordía las uñas mientras YoungWoon llegaba al aula. Ya no le importaba la clase, quería saber quien estaba detrás de todo esto. ¿Era YeonJun realmente? El YeonJun que él conocía jamás haría algo así. Sí, la había cagado un año atrás, pero también había cambiado. Ahora estaba con Yeji e incluso asistía a terapia. Recuperó la atención a la clase cuando todos se quejaron en conjunto.

—Dejen de ser tan pinche llorones — dijo YoungWoon —, hagan los putos equipos y ya.

SooBin volteó a todas partes buscando un compañero. Oh, no, no sabía qué hacer. Entonces alguien lo llamó.

—SooBin, nos hace falta uno — era JungKook, que a su vez estaba con YugYeom.

Jamás se había sentado con ellos. Lo poco que los conocía era que fueron pareja en el pasado, pero accedió. Fue una clase incómoda. Se notaba el distanciamiento en aquella ex pareja. SooBin y JungKook recordaban épocas pasadas en las patrullas. Grupo que se había disuelto luego de que reparan las cámaras.

De hecho, las cosas desde que JungKook se marchó eran muy diferentes. Había tantas cosas nuevas y otras que habían desaparecido. Pero mierda, JungKook también había cambiado. SooBin lo había conocido como alguien intimidante que no tomaba mierda de nadie y ahora usaba suéteres de colores pastel encima de su uniforme.

También noto que JungKook había perdido la vergüenza de mostrar sus cicatrices. Se arremangaba los suéteres y dejaba sus pálidos brazos expuestos, las cicatrices se veían viejas, pero era imposible no notarlas.

Comprendiendo este sentimiento, fingió no darse cuenta de cómo YugYeom recorría con las yemas de sus dedos los brazos de JungKook en silencio, apreciando lo que veía.

Recordó cómo eso era su culpa también. Él había enviado mensajes de extorsión y, aunque jamás esperó que terminase todo así, era imposible que no fuera su culpa.

Fue, de hecho, aquel día, que conoció la versión de un YeonJun sociópata, al que le importaba una mierda lo que le pasara a los demás con tal de vengarse. Ese día que se conoció a sí mismo como incapaz de ver la realidad y dejó que alguien casi muriera... y estaba a punto de hacerlo de nuevo.

Estaba dejando que el tren se llevara a TaeHyung.

No, no iba a dejarlos. No iba a permitirlo de nuevo. No iba a fingir estar ciego de nuevo con todo pasando delante de sus ojos. No permitiría de nuevo que alguien muriera. Tragó saliva y se levantó de su asiento. Caminó al frente y cuando todos se dieron cuenta de que estaba delante se callaron. BoGum veía con interés al tipo. SooBin se aclaró la garganta, que sentía que le ardía. Quería llorar, pero soportó lo suficiente para elaborar una sola frase.

—Yo robé las pastillas.

—Yo robé las pastillas

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