Club ✧ YoonTae

Cigarette Daydream

La casa de los horrores.

Así la habían bautizado JungKook y él cuando eran niños. Odiaban aquel lugar, pero era su hogar. Era el lugar donde crecieron y jugaron, aunque también donde sus pesadillas los seguían, incluso estando despiertas. Cuando quieres tener una vida normal, las pandillas callejeras se vuelven un tormento.

Esa casa era el único lugar donde una vez existió una familia real. Aunque su madre poco se enteraba de las aventuras de JungKook y su hermano mayor, estaba presente... más o menos. No era la mejor madre, pero lo era. Era la única mujer que pensaba en sus dos hijos como tal, no como el padre de YoonGi o la madre de JungKook.

Eso fue hasta que ella murió de cáncer. Habían pasado ya algunos años, pero YoonGi jamás le lloró. Era algo que había esperado por tanto tiempo, viendo a su madre moribunda, no le deseó nunca que muriese, pero de eso a agonizar todos los días... en aquel entonces era diferente. Más claro.

En aquel entonces él tenía una novia, una muy hermosa, una que su sonrisa alegraba cualquier lugar. Recordó con una sonrisa a JungKook comportándose como un niño pequeño junto a ella. Junto a su chica.

Pero como decía, eran épocas distintas. Jamás volverían.

De su teléfono había rescatado la SIM. Sabía que en algún cajón del lugar tendría su viejo teléfono guardado. Tenía que hablar con TaeHyung.

Entonces notó que en su sudadera tenía algo. Las pastillas de JungKook, mierda, se las había traído. Tenía que regresar para que se las tomara y... no. JungKook dijo que no debía de hacer nada por él y le iba a tomar la puta palabra.

Faltaban pocos minutos para que fueran las 12:00 am. Al menos los dejaría un día con JungKook para que supieran lo que se sentía tratar de controlarlo.

TaeHyung, por otra parte, no había parado de enviar mensaje tras mensaje a YoonGi.

TAEHYUNG

Lo siento

Lo siento

Lo siento

No sé qué me pasa, me duele mucho la cabeza y no estaba pensando con claridad

YoonGi

YoonGi

Joder puedes responder?

Sé que JungKook es más importante que yo para ti pero de verdad me siento horrible

BoGum me ayudó

Joder encima es al primero que llamo cuando no respondes

Merezco que me odies jaja soy la peor persona del mundo

Sí me merecía lo que me iban a hacer

Sé que jamás responderas con un te amo

Aún si yo te lo digo mil veces

Vas a fingir no haberlo oído

Y entiendo que no me ames

Yo tampoco lo haría.

TaeHyung seguía llorando, no podía parar, apenas unas horas antes estaba tan relajado ¿por qué tenía estos repentinos cambios en su humor? Lo estaban volviendo loco, eran incontrolables. Quería parar y no podía.

YoonGi intentaba descansar. Su teléfono viejo se estaba actualizando e iba a tomarle un buen rato. Quería hablar con TaeHyung, solo eso. Quería abrazarlo y ya está. No quería pelear.

Y JungKook. Se iba a disculpar, no debería haberle dicho nunca que no eran familia, era lo único que él tenía. Mierda. Sentía culpa.

Todo lo malo que le pasaba a JungKook era su culpa y encima lo trataba como a un mocoso incapaz de entender una orden, aun sabiendo que odiaba sus putas pastillas.

Se sentó en su cama y se talló los ojos con cansancio.

De hecho, siempre que JungKook intentaba... suicidarse, era su culpa. Siempre hacía algo que lo afectaba. Las últimas dos veces eran las que peor recordaba. Recordó como prefirió ir directamente detrás de YeonJun en lugar de preguntarle cómo se sentía luego de que su expediente fuera filtrado. Recordaba no haber dicho nada cuando no llegaba al aula aún en pleno examen. Le había dado igual.

Y la vez anterior a esa, le quitó sus pastillas para que se sintiera mejor y cuando sus padres los obligaron a abandonar la casa de los horrores, no le importó que no le dejaran llevarse nada. Ni sus juegos, ni su ropa. No le preguntó nada. No le importó.

¿Cómo podía hacerlo sufrir tanto?

BoGum despedía a sus padres. Iban a viajar a algún país de mierda que les faltara. No le importaba a donde le habían dicho. Solo quería la casa para esa fiesta épica. Tenía todo listo. El alcohol, la música, la decoración. Nunca le había puesto tanto empeño a la recepción, pero quería impresionar a TaeHyung.

Había estado preparando todo. Incluido a TaeHyung mismo, en cada pequeña ración que le daba, le metía dos pastillas diarias. No fallaba. Le quedaban las suficientes como para ponerlo a dormir.

Iba a ser la fiesta del año.