Segunda parte de Detención.
Es el segundo año de TaeHyung en la preparatoria y les piden a los alumnos que se unan a un club extracurricular. TaeHyung se une al periódico escolar y con la llegada de alumnos nuevos, la trama se complica un poco más.
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¿Quién te obligó? ¿Por qué accediste? ¿Qué quieren hacer con esas pastillas? ¿A quién? ¿TaeHyung? ¿Por qué él? ¿Cómo no vas a saberlo? Solo dinos quién fue. Demasiadas preguntas, demasiadas, había dicho lo necesario para que cuidasen a su compañero de clase, pero ahora querían saber nombres y no sabía si darlos o no. Ya había hecho lo correcto, ahora dependía de los profesores averiguar el resto.
BoGum salió del aula, estaba asustado. Luego de la confesión de SooBin, todos lo estaban. Caminó tembloroso hacia el baño y estando ahí, se miró en el espejo. Estaba pálido.
Joder, vaya susto le había dado.
El cabrón de SooBin había echado de cabeza a YeonJun inmediatamente. Pero eso era todo, había echado de cabeza a YeonJun. Al cabrón que todos odiaban. Suspiró y se acomodó el cabello. Todo volvía a la normalidad. No había forma de vincularlo a YeonJun sin que el otro lo delatara. Entonces solo tenía que tener a YeonJun bajo amenaza... alto, eso ya lo tenía arreglado. Se sonrió y lavó las manos. Si salía seco se preguntarían que hacía en el baño, ¿no? Cada detalle era importante. Cada detalle.
MinHo veía a SooBin con decepción. YoungWoon, DongWook y SooMan estaban presentes. Habían escuchado aquella extraña e incompleta historia. Alguien estaba fijando a TaeHyung, el novio de YoonGi.
—SooBin, de verdad apreciamos tu honestidad — dijo YoungWoon sin aquel acento fingido —, pero tienes que decirnos quién te obligó.
—¡Ya les dije que no puedo!
—Entiendo que te dé miedo — dijo SooMan —, pero te prometo que estarás protegido. Para poder cuidar también a TaeHyung necesitamos saber quién está haciendo esto.
La secretaria entró.
—Los padres de TaeHyung ya llegaron.
DongWook se puso de pie y salió con ella. De nuevo miraron a SooBin esperando una respuesta.
—Quizás no ayude mucho, pero no creo que quien me hizo a mí robarlas sea el culpable de verdad — dijo SooBin.
Los padres de TaeHyung estaban en la oficina del director, TaeHyung los veía de lejos. YoonGi estaba sentado en las sillas de espera.
—Deja de preocuparte, coño — le dijo —, ellos se encargarán de lo demás.
TaeHyung se acercó a él.
—¿Por qué yo? — TaeHyung no sonaba triste o indignado, sino curioso. — No lo entiendo.
En cambio, YoonGi estaba muy angustiado por todo. No solo por el robo, sino por TaeHyung. Se sentía como un jodido idiota. Si no hubiera sido por SooBin confesando, nunca se habría enterado. Quería creer que habría protegido a TaeHyung, pero si el mismísimo TaeHyung reclamaba la falta de atención de su parte, lo más seguro es que lo hubiese abandonado.
TaeHyung lo abrazó.
—No soy tan estúpido — dijo TaeHyung — no les habría dado la oportunidad.
