H Ė R O E S ✯𝓶𝓪𝔂𝓵𝓸𝓻 ✯ [✓]

XIV

"Brian:

Si por alguna razón, el tenerme a ocho horas de distancia le brinda tranquilidad a tu corazón en estos momentos, entonces te lo prometo.

Claramente no me gusta esta situación, ni siquiera un poco. No me siento cómodo, porque sé que muchas personas están sufriendo ahora. ¿Cómo crees que podré dormir tranquilo sabiendo que tú estarás ahí?.

Yo sé que no existe guerra inevitable así como sé que es un efecto seguro de la guerra el disminuir la libertad de expresión.

No importa si combates en el aire, tampoco importa si vas a combatir en tierra. Incluso si no mueres, la guerra es uno de los procesos más difíciles que cualquier persona puede llegar a pasar. Aun si sigues viviendo después, terminarás gravemente perjudicado.

Aunque mi mente entiende perfectamente tus motivos, mi corazón no los puede terminar de aceptar. Tú vales la pena, la alegría, la espera, la distancia, los momentos, las lágrimas, las risas, los días y las noches.

Tú lo vales todo para mí.

No puedes abandonarme.

Y tampoco puedo aceptarlo.

No puedo quedarme aquí sentado, aparentando que todo está bien. No puedo seguir con mi vida "normal" aun si no sé qué significa aquello al saber que muy probablemente no vuelva a recibir una carta con tu nombre escrito en ella.

Te quiero Bri.

Con todo esto me siento un poco mareado y me tiemblan las manos, supongo que te necesito a mi lado.

Siento la garganta seca y mi corazón se acelera. Afortunadamente, he comido chocolate.

A veces pienso en ello y aunque sé que no es tan distante todavía quiero recordarlo.

Pienso la noche en el parque, estaba oscureciendo y nos quedamos hablando durante horas.

Cuando te vi sentado en el columpio, con la luz de miles de estrellas iluminando tu sonrisa, descubrí que tu sonrisa es el columpio donde me gusta reír, jugar y volar al mismo tiempo. Recuerdo haber pensado que tu sonrisa sería la única cosa que me gustaría ver antes de cerrar mis ojos para no volver a abrirlos.

Es solo que para entonces, imaginaba poder morir primero para que pudieras sostener mi mano.

No quiero dar por hecho que morirás.
Pero tampoco pienso aceptar que podrías hacerlo.

Quizá la promesa que me pides es egoísta. Quizá lo que te pido es muy egoísta también.

Antes de todo esto, yo pensaba que la magia no existía. Ahora la magia es lo único en lo que pienso cada vez que apareces en mi mente.

Supongo que solo tengo miedo de perder a la única estrella que ilumina mi cielo.

—Rog".