Capítulo 13

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"Al amanecer"

La calle estaba repleta de gente que iba y venía por todas partes, la música de los artistas callejeros y la muchedumbre que se aglomeraba a su alrededor traía algarabía al pueblo en el cual, como casi todo Gusu, imperaba la tranquilidad la mayor parte del año. De tal manera que cuando las dos figuras blancas atravesaban el lugar, pocas personas tomaron interés en ellos.

Wei Wuxian se encontraba especialmente contento, poco había explorado lugares así durante todo su viaje y aunque fuera por un tiempo breve, estaba encantado de vivirlo. Aprovechó los espectáculos, la comida en las calles y también la compañía de Lan Zhan al lado suyo, como una sombra que lo seguía en silencio. De vez en cuando también lo había visto sonreír un poco, como cuando Wei Wuxian compitió con un niño en un torneo de fuerza y se dejó vencer. 

Llegar a este punto había sido sorpresivamente fácil. Llegaron a Caiyi al anochecer tras descender por las imponentes escaleras montaña abajo e inmediatamente buscaron un lugar para descansar, sin darse a la tarea de mirar alrededor pues era evidente que las emociones habían drenado sus fuerzas. Lan Wangji poco le había dirigido la palabra durante el trayecto y se durmió en punto de las nueve, quizá para evitar conversaciones incómodas, en opinión de Wei Wuxian. Partieron muy temprano por la mañana y mientras atravesaban el bosque, se detuvieron para tomar un poco de agua del río. 

En ella vio el reflejo de Lan Wangji cerca suyo, su semblante sereno, su eterna calma y fue inevitable rememorar los matices en el rostro del hombre días atrás, su perplejidad, su alegría, su amor, la tristeza y la resignación a un futuro del que no tenían certeza.

—A este paso llegaremos a los límites de Gusu por la tarde—dijo Lan Wangji, después de atraparlo mirándolo ante lo cual el jade se levantó y volvió al camino.

El sendero estaba fresco gracias a los árboles que brindaban sombra y a Wei Wuxian le pareció que sería un grandioso lugar para tomar una siesta en otro tiempo. El brillo de los rayos del sol que alcanzaban a colarse, rebotaban en las hojas y dotaban al lugar de un verde esmeralda, muy común entre los paisajes de Gusu que había alcanzado a ver en todo el trayecto. 

El hombre estaba un par de pasos adelante de él y al cultivador errante le entristeció el hecho de que parecían lejos uno del otro. Alrededor de Wangji se encontraba una barrera que no había sentido desde tiempo atrás, cuando el otro era una figura distante.

—Lan Zhan— habló finalmente, su llamado hizo que este se detuviera y con la perfección de todas sus acciones, se volvió para verlo. Ahí fue que Wei Ying pudo darse cuenta de que esto no estaba siendo menos complicado para el otro.

Su garganta se contrajo por un momento antes de seguir, como si estuviese siendo asfixiado, sus hombros parecían llevar un gran peso de un momento a otro —Si está bien para tí ¿Podríamos ir más lento?

El joven amo Lan no pareció comprender en seguida lo que Wei Ying quería decirle, se quedó mirando al cultivador errante por un momento tratando de reconciliar lo que sentía y las decisiones que habían tomado en conjunto, con las palabras que ahora decía este. Si Wei Ying había cumplido su misión y abandonado voluntariamente Profundidad de las Nubes inmediatamente después ¿Por qué sugería entonces ralentizar su regreso a casa? 

¿Wei Ying quería pasar tiempo con él?

Él había tratado con todas sus fuerzas de no ceder a la decepción o a la tristeza, contener lo que dentro sentía y la urgencia de su cuerpo y sus manos ahora que estaba a solas con Wei Ying, con el fin de no hacer más difícil la despedida, pero ahora que escuchaba al cultivador decirle esto y que podía ver en su rostro emociones tan profundas como las suyas, se daba cuenta de que si impor qué, la despedida sería igualmente difícil. Pasar el tiempo con él aunque fuera sólo un instante o una vida entera no haría diferencia. 

Sangre jovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora