Sangre joven

Capítulo 21

"Brilla más que el oro"

La luz del sol se posó sobre la cúpula que adornaba la Torre Dorada en Lanling y la hizo brillar tan esplendorosamente que aunque para aquellos que habían nacido en el seno de la secta Jin y habían vivido siempre ahí este paisaje no les causara la menor impresión, Jin ZiYao se sentaba en el alféizar de su ventana y desde ahí contemplaba maravillado el espectáculo como todos y cada uno de los días desde que llegó a vivir a Lanling, un año atrás.

Nunca, desde su balcón en el burdel de Yunping donde nació; pudo ver algo tan hermoso. Los paisajes bellos como este en aquel entonces estaban reservados únicamente para los cuentos que su madre le leía una vez que había terminado la jornada y aun así, ninguno de ellos podría compararse jamás con esta vista que para otros pudiera considerarse cotidiana.

Por lo tanto, cada vez que llegaba el atardecer y la luz acariciaba la cúpula, él memorizaba este escenario y con estos recuerdos honraba a su madre quien siempre confió en que algún día él también contemplaría estas visiones por derecho de nacimiento.

Él realmente creyó, cuando era sólo Meng Yao y era ingenuo como todos los niños, en que algún día su padre llegaría a Yunping en busca de él y de su madre y que los llevaría juntos a la Torre Dorada donde nunca más pasarían las penumbras de la vida en un burdel.

Así que cuándo tuvo la edad suficiente, marchó a LanLing para conocer a su padre. Caminó por semanas, aguantó el hambre por días y cuando por fin llegó únicamente recibió como recompensa el desprecio de ese hombre. Ni Meng Yao ni Meng Shi significaban nada. En ese momento conoció el mundo, entendió que el ser llamado hijo de una prostituta no era sólo un insulto que cualquier crío decía sin pensar; sino que llevaba dentro la verdadera naturaleza de la sociedad: lo marcaba como un paria y sin importar cuánto aprendiera o cuánto se esforzara, sería siempre el hijo de una puta, todas las puertas estaban cerradas.

Por eso es que cuando Jin ZiXuan llegó a Yunping y se paró frente al burdel, buscándolo, no pudo hacer otra cosa más que dudar de sus intenciones.

—Meng Yao—le dijo —¿Qué puedo hacer para que me creas?—Hasta entonces Jin ZiYao se había creído absolutamente todo lo que se contaba sobre Jin ZiXuan: que era petulante, un malcriado insoportable que llevaría a su secta a la ruina una vez que tomara posesión.

-—Aunque el líder de secta puede llegar a ser difícil, no debió tratarte así.

No obstante, Jin Zixuan parecía todo lo contrario, hablaba con elocuencia y hasta intentaba empatizar con él aunque no pudiera comprender jamás como se sentía: él había nacido en una cuna de oro, su madre era hija de un noble por la cual se pagó una dote que podría liberar cien veces a cada una de las mujeres del burdel ¿Cómo podría?

—¡Joven amo Jin!—se escuchó desde la puerta, cortando el hilo de sus pensamientos, la voz parecía urgente —¡Joven amo Jin abra la puerta!

Jin ZiYao se levantó y del otro lado había un sirviente respirando con dificultad, como si hubiese corrido hasta aquí.

—¿Qué sucede?—preguntó ZiYao —¿Qué es tan urgente?

—¡Joven amo Jin! ¡Jin furen! ¡Jin furen!

—¡Habla ya! ¿Qué pasa con ella?

—¡La joven Jin furen ha entrado en labor!

Al escuchar esto Jin ZiYao empujó al sirviente a un lado y salió rumbo al ala donde vivía su hermano y su esposa, a paso apresurado.

—¿Dónde está el líder de secta?