2. Volviendo atrás

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Amanda

- Eso fue todo por hoy, su cita queda para de hoy en 8 días - dijo sonriente la secretaria que parecía sacada de una película con su coleta alta, su maquillaje tan discreto y su ropa ajustada al cuerpo que no la hacía ver vulgar.

- Gracias!! - dije intentando sonar lo más amable posible.

- Al fin salí de ahí dios... - susurré para mí misma.

- Te quejas siempre que vas, pero no dejas de ir, ¿qué eres, masoquista? - supe quien hablaba en cuanto escuche su voz, este maldito de Michael quiere que lo patee.

Miré al cielo como si viera un tipo de ángel y dije - entidad del más allá dame la fuerza para no cometer un homicidio.

-Te reto a que lo intentes - susurro Michael en mi oído, esto en vez de enfurecerme me hizo tener un escalofrío; él y yo teníamos 20 años, unos universitarios con hormonas descontroladas, y a él que no le sobraba su sensual y seductor cuerpo - tal parece que tenemos una gallina por acá - termino por decir mientras tomo mi cintura dirigiéndome a su auto.

Nuestra relación nunca paso de unos coqueteos indiscretos, pero yo temía que si hacíamos algo más allá, iba a terminar por arruinar la vida de alguno de los dos, me llamarán loca, pero tengo un increíble sentido para predecir desastres y entre nosotros siempre estaba esa sensación peligrosa.

Michael

Y ahí estamos de nuevo, de camino a mi casa donde sé que mis padres dirán alguna excusa y se irán dejándonos solos, como si fuera algún hombre impulsivo que se acostaría con su mejor amiga solo para cumplir el deseo de su madre de darle nietos de la mejor mujer, que en su imaginación es Amanda

- ¿Qué te distrae tanto? - soltó Amanda seguido de un suspiro de tristeza.

Ella ha ido al psicólogo desde aquella fiesta el 13 de junio hace un año en el que vio a Charles asesinando a una chica con la que con anterioridad se había acostado. O al menos eso cree ella.

- Charles a simple vista pareces alguien duro, pero eres tan dulce como un algodón de azúcar - soltó entre risas Amanda. Cuando estaba ebria su lado empalagoso y su lado no me importan los otros humanos a mi alrededor, salía a relucir.

- Si sigues así, me va a caer mal la cerveza - dije haciendo cara de asco.

- Mira, tienes a esa chica linda encima así que ve y te la follas y me dejas a mi con mi dulce Charles tranquila - bufó ella y pude imaginar la cara de Catherine completamente roja, ella es una chica que parece ser dulce y tímida, pero en realidad no pierde el tiempo en buscar a los chicos para follar y luego tacharlos de su famosa lista

-Ya está apartado así que ni lo sueñes Catherine, levanta tu gordo trasero y vete a buscar a otro para tachar de tu lista de zorra - Carolina se expresa de una forma con tanta gracia que casi casi me hace enamorarme de ella, estudiamos psicología juntos, así que en estos 2 años que hemos estudiado juntos, nos llevamos muy bien, he considerado inclusive cambiarla por Amanda tch.

Catherine se levantó con rapidez y se fue tan rápido como mis ganas de tomar

- ¿Cuándo me dejarás tener una buena noche de sexo Carolina?

- No me digas que pensabas acostarte con ella, ¿quieres que se te pegue sífilis o alguna enfermedad asquerosa? - dijo Carolina con rapidez - ¿Qué opinas Aman - se detuvo al ver la escena casi pornográfica de besos entre Charles y Amanda, a lo que agrego una cara de desaprobación y volteando sus ojos hacia mi dijo - Si quieres una buena noche de sexo, la podemos tener ahora - se subió sobre mis piernas entrelazando sus brazos entre mi cuello.

Mentiras de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora