Capítulo III

801 87 17
                                    

- ¿Usted es Tamayo-san? - pregunto el joven peli burdeo mientras observaba a una hermosa mujer de cabello castaño oscuro y ojos color púrpura, cabe mencionar que era bastante pálida

- Estas en lo cierto - respondió dulcemente - Yushiro sueltalo porfavor - tras dar esa orden Tanjiro fue libre del agarre finalmente.

- ¿Esta segura de esto? - Hablo el muchacho de cabello verde y ojos morados.

- Lo estoy - la mujer sonrió delicadamente - Tsugikuni-san me está dando la oportunidad de expiar mi pecado, incluso siglos después - un recuerdo llego a la mente de la mujer.

Ella estaba reposando en una mecedora, no necesitaba dormir, al fin y al cabo era un demonio, pero esa tarde simplemente perdió la conciencia.

"¿Donde?" observo el lugar, estaba en un bosque de bambú, el mismo en el que estuvo hace más de cuatrocientos años, el sitio donde presenció el abrumador poder de un espadachín.

- Tamayo-san - como si de una aparición se tratara, lo vio, aquel hombre que había derrotado al padre de los demonios, Tsugikuni Yoriichi.

- ¿Qué... sucede? - preguntó cautelosa.

- Dentro de diez días serás visitada por un joven, por favor, te ruego lo tomes bajo tu cuidado - la mujer se sorprendió al ver a aquel hombre, probablemente el ser más cercano a la divinidad, inclinarse en súplica.

- Yo... ¿Puedo preguntar la razón? - la desconfianza fue reemplazada por duda.

- Ese muchacho, Kamado Tanjiro, será el que termine finalmente con Kibutsuji Muzan - la demonio sintió escalofríos al escuchar ese nombre - El es quien heredó mis técnicas de espada, su familia fue asesinada y no tiene a nadie -

- ¿Por qué yo? - le irritaba tener que preguntar tanto, pero la situación no daba para más.

- Hace un tiempo te pedí ayuda para acabar con ese hombre y tu aceptaste, esa es la única razón - Yoriichi se dio la vuelta y empezó a caminar hasta desvanecerse.

Luego de eso la mujer despertó, bajo la mirada de un muy preocupado Yushiro.

- ¿Usted conoció a Yoriichi-san? - preguntó Tanjiro, no tuvo mucho tiempo para hablar con el espadachín, entre las cosas que quedaron en el aire estaba la pregunta ¿Quién era Tamayo en realidad?

- Ciertamente - respondió sin quitar su sonrisa.

- ¿Cómo es posible? Yoriichi-san murió hace varios años - a estas alturas el chico se esperaba cualquier tipo de respuesta - ¿Acaso también soñó con el? -

- De echo si, pero también lo conocí en persona - Tanjiro inclinó la cabeza confundido - soy un demonio de más de seiscientos años después de todo - tras eso una pequeña mueca de miedo se mostró en el Kamado, la cual solo se intensificó al sentir las garras de Yushiro rozando su cuello.

- ¿Por qué pones esa cara? - hablo el peli verde en tono fúnebre - ¿Acaso crees que te mataremos solo por ser demonios? - pregunto causando que el gesto temeroso se volviera uno de arrepentimiento en Tanjiro.

Lazos - Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora