Capítulo VI

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Rengoku Kyojuro era alguien ¿cómo decirlo? Flamante, tanto en personalidad como en apariencia, su extrovertida forma de ser se complementaba con su larga cabellera que parecía similar al fuego, rubio con puntas anaranjadas, y sus ojos dorados que desprendian la llama de la determinación en cualquier momento.

¿Por qué hablamos de el? Pues...

- ¡Interesante! - grito al llegar junto a los dos chicos inconscientes en el suelo - ¡Verdaderamente interesante! - no era estúpido, podía ver lo grave de la situación, pero hey, era un tipo optimista.

El demonio solo observaba la situación fuera de sí, quería gritar pero no podía, quería moverse pero no podía, se desintegraba pero no dolia, el solo servía como los ojos de otra persona, Kibutsuji Muzan.

- ¡Mierda! - el grito resonaba en su cabeza, fue seguido de varias maldiciones y blasfemias - ¡Wakuraba inútil! ¡Muévete! - aunque le dijera eso, no podía, estaba muriendo - ¡Matalo! ¡¡Matalo!! - con ese último grito su cuerpo desapareció totalmente sin dejar rastro.

...

- ¿Donde... - Tanjiro observó a su alrededor, una habitación - ...estoy? -

- ¡Kentaro! - escuchó un grito a su lado, era Inosuke.

- Inosuke - dirigió su mirada hacia el cabeza de jabalí - Estas bien, me alegro - sonrió pesadamente.

- ¡Claramente! - su risa ronca resonaba fuertemente - ¡Nadie puede contra el rey de la montaña! - se detuvo por un segundo - ¡Ni contra su subordinado! - golpeó la frente del peli burdeo, aunque este no sintió nada a decir verdad, y pues eso era lo más cercano a una muestra de cariño que recibiría del jabalí.

- ¿Qué pasó? - pregunto el Kamado mientras se sentaba con esfuerzo sobre el futon en el que se encontraba, ciertamente le dolía el cuerpo.

- ¡El tipo de ojos saltones! - exclamó con un tono raro confundiendo a Tanjiro - ¡Ese bastardo es fuerte, derrotó al demonio y nos trajo aquí! - dejó de hablar cuando la puerta de detrás suyo se abrió.

- ¡Ciertamente fue así, chico cabeza de jabalí! - Kyojuro entró y afirmó las palabras de Inosuke - ¡Que bueno que despertaste, Kamaboko Gompanchiro! - le sonrió al recién despierto.

- ¡Es Kamado Tanjiro! - corrigió sonriente, después de convivir tanto con Inosuke ya no le molestaba.

- Es un gusto joven Kamado, mi nombre es Rengoku Kyojuro - se presento el rubio, mientras, Tanjiro noto que traía una bandeja con comida - Llevas dormido un día entero, debes tener hambre - le acerco la bandeja sonriente, aunque por dentro lloraba desconsolado "Mi comida..."

- Se lo agradezco, señor Rengoku - Tanjiro recibió la bandeja y empezó a comer con Inosuke quitandole algo de a ratos, se percató de que el hombre desprendía un ligero olor a tristeza, aunque este fue cambiado por curiosidad al ver el rostro del enmascarado.

- ¿Por qué el chico cabeza de jabalí parece niña? - preguntó como si nada, el aludido solo gruñó, mientras que Tanjiro sonrió al recordar una situación similar.

- ¿Inosuke tiene cara de niña? - preguntó inclinando la cabeza al ver al Hashibira comer de forma asquerosa sin su máscara.

- ¡No tengo cara de niña! - una bola de arroz fue a parar en la cara del Kamado.

"Buenos tiempos" con ese pensamiento volvió a la realidad.

- Hicieron un buen trabajo sobreviviendo contra la luna demoníaca - ahora olía a emoción - El chico jabalí tiene buena resistencia para haber aguantado sus golpes sin morir ¡Y tu Kamado! - el mencionado se sobresalto - ¿Que fue ese estilo de respiración? ¡Se ve tosco, pero puede mejorar mucho! -

Lazos - Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora