Capítulo XVIII

664 63 3
                                    

Tanjiro se había acostado a dormir pero le fue imposible, el haberse desmayado de mañana a noche contribuyó en eso, ya eran altas horas de la madrugada y todos estaban dormidos.

"Ese aroma..." De repente percibió un leve olor a flores que ya conocía "¿Ya volvió?" Con ese pensamiento en mente se levantó de la cama y se dirigió a la entrada de la finca.

Como esperaba, ella se encontraba ahí sin un rasguño, su rostro era iluminado por la luna dándole un toque encantador ante los ojos del Kamado.

- ¡Kanao-san! - exclamó, aunque se reprendió mentalmente por haber levantado la voz, después de todo había gente durmiendo - Lo lamento, se que debes estar cansada, pero quisiera hablar contigo un momento -

Ella lo observó con una imperceptible sorpresa, no esperaba que le hablara de forma tan directa, menos después de abandonarlo en la sala de entretenimiento.

- ¿Es posible? - volvió a hablar Tanjiro ante la falta de respuesta, sacando a la pelinegra de sus pensamientos.

Vio con curiosidad como ella sacaba una moneda de su bolsillo y la lanzaba al aire, la atrapó y observó el resultado por unos segundos, era cara.

Sin decir nada ella se sentó en el pórtico de la finca, Tanjiro imitó su accionar y se sentó junto a ella.

- Esto... - la verdad es que el peliburdeo no esperó llegar tan lejos y no tenía claro como expresarse - Verás, basada en nuestro enfrentamiento, ¿Podrías decirme cuales son mis carencias? -

Ella le dirigió la mirada ahora si con evidente sorpresa, pensaba que le reclamaria el haberlo dejado en la mañana.

Pensó la respuesta por unos segundos y finalmente habló.

- No tienes bases como espadachín - Tanjiro la observó confundido pero no interrumpió - Tu físico y reflejos están bien entrenados pero tu forma de pelear es tosca, ni siquiera sabes caer correctamente para evitar el daño y tiendes a usar muchas posturas seguidas -

- Pero mi intención era usar los doce estilos de seguido - trato de justificarse el ojirubi.

- Tal vez en ese momento - continuó hablando ella con voz impasible - Pero en el entrenamiento con Nezuko-san hiciste lo mismo - Tanjiro, recordando la pelea de Zenitsu, Inosuke y el contra su hermana esa misma mañana, se vio obligado a darle la razón a la Tsuyuri - Usas una postura tras otra esperando conectar un golpe, pero eso es contraproducente, solo terminas cansandote más rapido de lo que deberías y bajando la guardia innecesariamente -

Recapitulando sus últimos dos años de vida Tanjiro se dio cuenta, nunca había entrenado verdaderamente como espadachín, Tamayo y Yushiro le dieron entrenamiento físico y peleando con Inosuke logró llevar sus reflejos a un nivel alto, pero aún así no era un combatiente experto.

- En resumen, tienes potencial pero eres ignorante en las técnicas de kenjutsu - finalizó la joven con palabras duras pero realistas.

- Ya... ya veo - respondió el "Así que eh estado perdiendo el tiempo hasta ahora" pensó con decepción pero manteniendo su sonrisa.

Sinceramente Kanao quería retirarse, no creía poder hacer mucho al fin y al cabo, además la situación le era incómoda, no acostumbraba hablar tanto con alguien que no fuera Shinobu. Estaba apunto de irse cuando sin previo aviso el Kamado se levantó e hizo una reverencia ante ella.

- ¡Kanao, porfavor enséñame kenjutsu! - exclamó con determinación mirando al suelo, sorprendiendo a la chica por tercera vez en la noche.

- Pe... pero, Shinobu-sensei y Rengoku-dono... - nerviosa, hace mucho la pelinegra no se sentía de esa forma.

Lazos - Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora