Capítulo XX

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Una última noche juntos, eso es lo que le quedaba al grupo que había convivido por tres meses en la finca mariposa.

- ¿Las algas ya están hirviendo? - preguntó la joven Kanzaki.

- ¡Si! ¿Terminaste con las verduras Zenitsu? - continuó la menor de los Kamado.

- ¡Dame un minuto! - con un cuchillo y a la velocidad del rayo el Agatsuma picó la variedad de verduras que tenia en frente.

- ¡Inosuke no te comas eso! - exclamó Tanjiro al ver al Hashibira a punto de comerse un trozo de carne.

- ¡Detenme si puedes! - el muchacho, quien se encontraba sin su máscara, rápidamente deposito el pedazo de filete en su boca y lo trago sin masticar con una sonrisa de autosuficiencia.

- Esa carne aun estaba cruda... - murmuró la Tsuyuri, quien si bien aun era considerada como una persona callada, empezaba a desenvolverse mejor en el ámbito social.

- ¡El arroz... -

- ...esta... -

- ...listo! -

Dijeron en conjunto las pequeñas Kiyo, Naho y Sumi.

Aquella iba a ser la última comida que compartirían en un tiempo, así que todos acordaron preparar la cena juntos.

- ¡Oe Gompanchiro! ¿Donde están ojos saltones y Shinobu? - preguntó Inosuke quién había desistido de seguir comiendo carne cruda al esta no saber muy bien qué digamos.

- El señor Rengoku fue a traer a Senjuro para que nos acompañe y la señorita Shinobu dijo que iría al pueblo a comprar algunas cosas - respondió con una sonrisa amable el Kamado, aunque con una leve vena palpitando en su frente "¿Como puede decir el nombre de Shinobu-san tan fácilmente y el mio no? ¡Nos conocemos hace más de un año!"

- Oh... ¿y cuando van a llegar? - ignorante de la burbujente ira del peli burdeo, el pelinegro continuó con su siguiente pregunta que no tardó mucho en tener respuesta.

- ¡Ya estamos aquí! - exclamó el pilar de la flama, Kyojuro, irrumpiendo en lo cocina seguido por su hermanito, Senjuro, y por la pilar del insecto, Shinobu, a quien los hermanos se habían encontrado en el pueblo camino a la finca.

- ¡Hola a todos! - saludo sonriente el menor de los Rengoku.

- Perdón por la tardanza - comentó la Kocho con una sonrisa, llevaba una bolsa relativamente grande en las manos.

...

Una vez los preparativos estuvieron listos todos se sentaron alrededor de una gran mesa rectangular, agradecieron por los alimentos y procedieron a comer mientras compartían anécdotas variadas.

- Sigo sin entender cómo terminó sin pantalones señor Rengoku - habló Nezuko con una pequeña gota de sudor en la frente.

- ¡Esa demonio era bastante mañosa! - respondió simplemente el rubio entre risas - ¡Pero no me deje amedrentar! -

Las conversaciones iban y venían hasta que la comida se acabó finalmente, había sido una noche divertida.

- ¡Bien! - exclamó Shinobu mientras se ponía de pie con un ánimo no muy usual en ella - Chicos, hay algo que me gustaría darles - habiendo dicho eso, tomó la bolsa que trajo del pueblo y uno a uno se acercó a todos los presentes entregándoles una pequeña caja a todos sin excepción, y al volver a su asiento lanzó una ligera sonrisa como para decirles que podían abrirlas sin problema.

- ¡Oe! ¿Qué es esto Shinobu? - pregunto un curioso Hashibira.

Dentro de las cajas había un collar con una pequeña medalla de plata que tenia una mariposa grabada en la misma.
La Kocho se limitó a sacar la suya propia que estaba escondida dentro de su uniforme.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2023 ⏰

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