Capítulo VII

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"¿Cómo llegamos a esto?" pensó una irritada Nezuko mientras esquivaba varias bolas temari que iban con intenciones de golpearla.

Ella fue junto a Tamayo y Yushiro para hablar, se sorprendió al ver que justamente en el callejón al que llegó, más específicamente detrás de un muro, había una enorme casa, no le dio muchas vueltas, debía ser alguna técnica de demonio, pero, ¿Por qué su sexto sentido no lo detecto?
Posteriormente la Kamado hizo todo tipo de preguntas sobre su hermano, las cuales Tamayo respondió alegré, se entero del entrenamiento, de las 'visiones', y demas, eso siguió hasta que el sexto sentido de la joven le advirtió de un ataque, eso nos lleva a la situación actual.

- ¡Quédate quieta mocosa! - la demonio, que tenia seis brazos, grito molesta.

Su amo, Kibutsuji, la había mandado a una misión junto al 'idiota de las flechas' como solía llamarlo, ambos demonios hacían equipo desde hace tiempo, algo muy poco común, ya que sus técnicas de sangre se complementaban, ella podía lanzar pelotas temari a gran velocidad y con mucha fuerza, mientras que su compañero podía redireccionarlas con su técnica de sangre, unas flechas que cambiaban la trayectoria se cualquier cosa.

Al principio creyó tener la ventaja, se suponía qué solo debían matar a una mocosa con aretes y luego rastrear a otro mocoso, un objetivo fácil a su parecer, pero no contó con algo. Las flechas del demonio Yahaba eran invisibles al ojo humano, pero la cazadora las esquivaba sin problema y sin hacer esfuerzo alguno encontró y le corto la cabeza al demonio masculino, quien estaba oculto.

Y aquí estamos, la demonio llamada Susamaru lanzaba sus temari con la esperanza de herir a la niña de alguna forma, pero ella solo las evadia o las cortaba.

- ¿Planeas seguir con esto? - preguntó Nezuko, la demonio solo siguió lanzando sus temari - Supongo que sí - suspiro - Respiración del agua, tercera postura: Danza de las corrientes - a gran velocidad se acerco a la demonio, mientras cortaba absolutamente todos sus proyectiles - Cuarta postura: Golpe de marea - y al estar frente a ella cercenó sus brazos uno por uno, para finalmente separar la cabeza del cuerpo, cabe decir que todo el ataque parecía emular la corriente del agua.

- ¿Qué...? - Susamaru tardó en captar lo sucedido, no fue hasta que su cuerpo desapareció por completo que entendió, había perdido.

- Kamado-san - llamó Tamayo a la chica quien envainaba su espada - ¿Estas bien? ¿No estas herida? -

- No, no se preocupe - respondió - Lo lamento Tamayo-san, su casa fue destruida -

- No tiene importancia - intervino Yushiro, con su constante semblante molesto - Igualmente debíamos movilizarnos luego de esto - se cruzo de brazos.

- Lo entiendo - dijo la joven - Yo probablemente deba irme, pero, ¿Puedo hacerles unas últimas preguntas? -

- No - respondió Yushiro, ganándose una mirada molesta de ambas féminas - Esta bien, si -

- ¿En verdad son demonios? -

- Lo somos - respondió Tamayo.

- No comen humanos ¿Verdad? - se ganó una mirada molesta del peliverde - Puedo sentir a los demonios, pero ustedes son diferentes, en especial Yushiro-san -

- Compramos y bebemos sangre de gente con problemas económicos - respondió Yushiro.

- A Yushiro lo transforme yo, el necesita mucha menos sangre - esa confecion le valió una mirada analítica de la Kamado - No me malentiendas, lo transforme ya que padecía de una enfermedad terminal -

- ¿No se supone que Kibutsuji es el único que puede transformar personas en demonios? - preguntó la joven.

- Eso es relativamente verdad, a mi me tomo cerca de doscientos años transformar solo a Yushiro - aclaró la castaña.

Lazos - Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora