Capítulo Nº9: La ventana

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Nos encontramos en la preparatoria, dispuestas a comenzar las clases.

La noche anterior, las chicas quedaron asustadas, la verdad es que yo estaba más asombrada, que asustada. No niego que en el momento me asusté, pero mi mente dio paso a miles de teorías e historias que espantaron el miedo.

No sé quién podría haber sido. Mentira, sí lo sé. Las chicas creen que fue un ladrón, pero yo estoy segura que no es así. Conllevar una vida perfecta, conlleva enemigos.

Ahora solo tengo mente para enfrentar lo que viene.

Veo a Eithan por la entrada. Aunque una distracción no estaría nada de mal.

He decidido que voy a aceptar a Eithan. Quizá las chicas tienen razón y debo conocer a alguien más, aparte de nuestro grupo. El chico está que arde y la verdad de las cosas es que no me molestaría ser quemada por él. ¿Quién en su sano juicio si?

Lo sé, lo sé. Sé que me dije a mi misma que Eithan no podía entrar en mi vida, pero también recordemos que acepté que algo de él me atrae y yo no soy de quedarme con las dudas. Sé que estaba siendo tan contradictoria como sus palabras y acciones, pero quiero saber y uno de mis peores defectos es que me mata la intriga.  Además, nadie dijo que dejarlo entrar a mi vida cambiaría en algo mi historia, la situación sería como siempre ha sido con todos, él solo sabría lo que yo quiero que sepa, nada más.

Debo admitir que lo de la ventana removió un poco mis decisiones, una compañía me haría bien. Sobre todo cuando te encuentras sola en la noche y tienes que tomar el fierro de la chimenea para defenderte. No me malinterpreten, sé que puedo defenderme sola, de lo contrario, correr. Mi interior ríe. Pero debo admitir también, que el chico me intriga. No sé qué querrá. A ti. Resuenan sus palabras en mi mente. Recuerdo aquel día y juro que puedo sentir su tacto, su presencia cerca de mi. Sus brazos tan cerca de mí, como estoy decidida ahora a estar cerca de él.

Viene por el pasillo, sus ojos me encuentran y no se despegan de los míos. Su mirada intensa y tan demandante como siempre. Admito que tiene potencial, es todo un galán, claro, pero tiene algo más, su insistencia constante se ha ganado mi intriga y la constante intriga se ha ganado mi interés.

No puedo negar que hay química y aunque me niegue, o me negaba a su cercanía, de solo verlo puedes cambiar de opinión. Conmigo no funciona igual, pero quiero conocerlo, saber qué es lo que busca, saber por qué ya quiere tenerme cerca, cuando apenas me conoce.

Pasa por mi lado y hace lo propio, me guiña el ojo. La verdad, no esperaba menos de él. Yo solo le devuelvo una sonrisa con los ojos.

El día corre rápido y para el almuerzo, ya lo tengo justo donde lo quiero. Estoy en la cafetería y para mi suerte, me encuentro en la mesa sola.

—¿Qué hay, Bexley? —recalca la última palabra, como si se estuviera burlando de mi nombre, pero sé que me está tomando el pelo. Tan juguetón como siempre. Hace un par de horas eso me hubiese molestado, pero ahora que ya le he aceptado, no espero menos. Si me quiere, tiene que darlo todo y su toque de sensualidad y seriedad es justo lo que me intriga.

—Lamento lo de ayer —dice— me tomé un poco mal el rechazo —sonríe levemente.

—Tranquilo, estoy acostumbrada —le guiño un ojo. ¿Qué? ¿Acaso no puedo ser juguetona también?

Me devuelve una sonrisa y un sonido sale en respuesta, se ha reído. Un dulce sonido la verdad. Estoy esperando a que diga algo más. Vamos chico, invítame a salir, no te rindas ahora, la intriga me tiene justo donde me quieres. Y cuando veo que va a decir algo...

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora