Capitulo 3.

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Siempre fui una niña creativa, seguramente si hubiese nacido en una familia diferente, me habrían alentado a explorar mi veta artística. Es irónico en realidad porque nací en una familia vinculada con los medios de comunicación pero siempre fueron extremadamente arcaicos en lo referente a mi educación.

Recuerdo aun con 15 años, cuando le dije a mi padre que quería realizar el bachillerato artístico en mi liceo. Toda la respuesta que tuve fue una cachetada que según mi padre era para "volcar las neuronas donde debían estar". Así que sin voz y voto comencé a estudiar lo que mi padre quería, volví a convertirme a paso lento en lo que él esperaba de una hija prodigio.

Me olvide del baile, del canto y el teatro; deje de cantar en la ducha y hacer conciertos imaginarios en mi cuarto para convertirme en una muchacha de 18 años tranquila y ubicada. Una chica de 18 años con los pies en la tierra. Por lo menos eso era lo que le mostraba a mis padres, pero admito que cada tanto, se escapaba de lo más profundo del interior mi niña aventurera y artística que solo quería divertirse, aunque eso significara meterse en problemas.

Las luces del dia se fueron y la luna llego a dar su brillo característico. El parque por las noches cobraba vida, llegaron más personas, con música y bebidas. Yo bailaba como loca con mis amigas, nos contorneábamos de formas que eran fuera de este mundo.

Pablo, uno de los chicos, se acercó por atrás y me hizo apoyar mi espalda en su pecho, la música era sensual y yo comencé a moverme como sabia. Sus manos recorrían mi cuerpo libremente, no les voy a mentir, Pablo conocía muy bien mi cuerpo.

Mientras me reía y bailaba, vi por el rabillo del ojo como Fran no me sacaba la mirada de encima y mierda ¡les juro que su mirada me calentaba! Vi cómo se pasaba la lengua por los labios y me sonreía. El maldito me volvía loca sin el saberlo. Mire a la luna y le prometí que dejaría mis manos lejos del cuerpo de Fran, porque sabía muy bien que él era un hombre que no me iba a resultar indiferente. No estoy aun preparada para poder sentir algo por otra persona, necesito esto, necesito que el sexo sea divertido, necesito poder disfrutar de mi cuerpo y del de los demás, estando segura que no voy a caer otra vez en un bucle destructivo como me paso con Mat.

Mat me jodio realmente, pero también necesitaba eso mismo: llegar hasta el fondo de mi estabilidad emocional, conocer la peor versión de mí, para nunca más volver a ser ella.

Pablo me dio la vuelta y me comió la boca. Se lo agradezco porque mi cabeza ya estaba pensando de más. Enrede mis manos atrás de su cuello y lo atraje más a mí, el subió mis piernas alrededor de su cintura. Si se están preguntando si estábamos dando un espectáculo porno, la respuesta es SI.

- ¿Nos vamos? – me pregunto él. Tenía demasiadas ganas de decirle si y pasar toda la noche revolcándonos como dementes, pero no podía dejar solo a Fran. No era esa clase de amiga.

- Hoy no puedo Pablo, vine con un amigo – le dije yo señalando a Fran con la mirada, que al parecer había hecho buenas migas con una de las chicas y estaba bailando con ella – No conoce la ciudad, no lo puedo dejar solo.

- No parece que lo esté pasando mal estando "solo" - dijo el refiriéndose a la chica que lo acompañaba.

- Tenes razón, pero reamente le prometí ir a conocer un poco de la noche Barcelonesa hoy. – mire nuevamente a Fran y vi como el baile con la rubia, estaba subiendo un par de decibeles, asi que decidi que era hora de intervenir. No hay que olvidar que era un hombre comprometido – Y eso mismo es lo que voy a hacer, nos vemos por ahí Pablo.

Bese a Pablo, un beso que prometía muchas cosas, pero que no iban a suceder hoy. Me di la vuelta y con un paso tranquilo me acerque a donde estaba Fran y la rubia, dando un espectáculo casi tan caliente como el que yo había dado hacia unos minutos.

UNA ULTIMA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora