Miriam Da Costa tenía su futuro frente a ella, un tren al que estaba a punto de subir. Se acababa de despedir de sus padres para adentrarse a un lugar totalmente desconocido ―bueno, teóricamente no, pero prácticamente sí―. Ella pensaba mucho en lo que había dejado atrás, la verdad que ya lo tenía asumido desde hace tiempo, solo sentía ese cosquilleo en el estómago porque estaba emocionada por lo que venía. No pensaba en la escuela que había dejado atrás, si no en la que tenía delante, en su futuro.
―Todo un camino por recorrer... ―se animó para unirse a la multitud que subía al tren. Pero no sin antes admirar por una última vez la estación, aunque sabía que no sería la última vez que la pisaría.
Y en cuanto se fue a subir al tren una oleada de personas pelirrojas a las que no pudo ver bien casi la arrollaron.
―¡Perdón, perdón! ―iba gritando una mujer regordeta que dirigía a la horda.
Y cuando pensó que había pasado todo cuando otra persona chocó con ella, un chico bastante alto y moreno, el cual solo murmuró un lo siento sin siquiera mirarla. Así que antes de ser arrollada por algún otro desconocido decidió entrar en el tren lo más rápido posible y buscar un vagón para acomodarse antes de llegar.
En su vagón, viendo el paisaje cambiante del exterior, estaba sola, pero en realidad eso la permitía inspirarse en el maravilloso panorama, que empezó siendo una estación de tren y en esos momentos se veía un bosque, como si fuera un borrón, pero igualmente hermoso si te fijabas bien.
Estaba dibujando, trazo a trazo, el andén que acababa de dejar atrás, cuando de repente escuchó el sonido de la puerta abrirse, dejando ver a cuatro adolescentes, dos chicas y dos chicos.
―Perdona, ¿podemos entrar? Es que todo está lleno... ―esa voz le resultó conocida, no era la primera vez que llegaba hasta sus oídos.
―¿Hermione? ―la chica a la que había preguntado tenía un pelo alborotado y ojos avellanas, y no era una desconocida.
―¡Miriam! ―la burbuja de inspiración de la mencionada se pinchó y pasó a ser emoción, así que apartó todo el material de dibujo de su regazo para ir a abrazar a la contraria.
―Que alguien me explique qué está pasando ―un chico de pelo rojo, al igual de los que la arrollaron antes, interrumpió la emotiva estampa así que Hermione y Miriam se separaron, aunque ignoraron al chico.
―Yo... ¿Qué haces aquí? ―preguntó Miriam, mirando de reojo a los acompañantes de Hermione.
―Bueno, pues resulta que voy a estudiar a Hogwarts. Y por lo que veo tú también, ¿no?
―Sí... Creo que hay mucho que debemos explicarnos, ¿verdad?
Miriam y los cuatro chicos tomaron asiento en el vagón, dejando anteriormente su equipaje.
―Entonces... ¿Eres una bruja? ―preguntó Miriam cortando el pequeño silencio que se había formado.
―Sí, y supongo que si tú estás aquí también lo eres, ¿no? ―en cuanto dijo eso la contraria asintió para darla la razón― Pero ¿qué haces viajando hacia Hogwarts si eres francesa?
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𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐑𝐓𝐄, dean thomas
FanfictionUna chica nueva llega a Hogwarts, extranjera. No llega en el mejor momento para mudarse a Gran Bretaña, pero eso la chica ya lo sabe. Miriam Da Costa es consciente de que Quien-tu-sabes a regresado. Pero en el colegio que va parece ser que esa no se...