xvi. timos y patronus

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Seamus acababa de entrar en la sala junto con Dean

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Seamus acababa de entrar en la sala junto con Dean. Un no creyente de Harry entró en la Sala de los Menesteres. Todos se encontraban confusos por ello.

―Seamus, como no has venido a otras clases vamos a tener que adelantarte solo a lo último que hemos estado aprendiendo, el hechizo Patronus. Miriam y Dean, por favor, poneos a ayudarle ―ordenó Harry de lo más normal, provocando que los demás ignoren a Seamus, para seguir concentrados en invocar un Patronus, preferiblemente corpóreo.

Miriam asintió, entendía las razones. Seamus estaba arrepentido, aunque ella no lo había escuchado de su viva voz lo sabía. 

―Vale, Finnigan, la teoría del Patronus es simple, pero la práctica es muy complicada. Creo que ya has escuchado hablar de este hechizo, ¿me equivoco? ―preguntó la francesa.

―La teoría me la sé, es muy fácil, la práctica es otra cosa... Casi imposible para muchos magos experimentados ―contestó de manera insegura.

―Eso es mejor que nada, ¿no? Por algo hay que empezar―añadió Dean a la conversación.

―Exacto ―Miriam dio la razón―, y también así de paso tú también practicas.

Empezaron la práctica por lo más sencillo, pensar en que recuerdo elegirían, el recuerdo más feliz posible. Luego practicar el movimiento. Y finalmente intentar conjurarlo hasta que haya algún resultado.

Seamus acabó haciendo que un humillo plateado saliera de su varita como si fuese un escudo, después de formular muchos Expectro Patronum.

―¡Genial Seamus! No muchos magos consiguen invocar un Patronus en menos de un día, aunque sea incorpóreo.

No solo habían Patronus incorpóreos ya, también muchos animales de color azul pululaban por la sala: una liebre, una nutria, un perro...

―¡Expecto Patronum! ―conjuró de repente Dean de repente y de su varita surgió un tigre enorme, el cual, dejando en un poco de evidencia a Thomas empezó a acariciar a Miriam cómo si de un manso gatito se tratase.

A Miriam se le hizo muy tierno así que invocó su Patronus y el tigre comenzó a perseguir a las mariposas y quererlas cazar y jugar con ellas.

Era una imagen digna de admirar. 

―Parece que nuestros Patronus se gusta, ¿no, Thomas? ―inquirió Miriam risueña. 

Dean la miró sonriendo, dispuesto a responder lo más tranquilo posible, cuando de repente se escuchó un "BUM" por el que todos se asustaron.

Seguido de otro "BUM" más.

―¡Nos han traicionado! ―exclamó Ernie Macmillan.

Hermione estaba viendo a todas partes, como si buscase algo, que parece que no encontró.

𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐑𝐓𝐄, dean thomasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora