vi. clases anti-umbridge

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Estaba caminando cuando empezó a notar como la temperatura de su bolsillo aumentaba considerablemente, y eso solo significaba una cosa

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Estaba caminando cuando empezó a notar como la temperatura de su bolsillo aumentaba considerablemente, y eso solo significaba una cosa. La reunión del Ejercito de Dumbledore ya tenía fecha. 

Ese mismo día por la tarde, después de cenar. 

Miriam estaba junto con otros alumnos de Gryffindor, Ginny, Neville, Lavender, Parvati y, por supuesto, Dean. Todos juntos llamaron a la gran puerta que se había formado en medio del pasillo.

―¡Vaya! ―exclamó Dean observando todo lo que le rodeaba impresionado―. ¿Qué es esto?

Harry empezó a explicárselo con más detalle que Miriam noches atrás, aunque antes de que hubiera terminado llegó más gente y tuvo que empezar de nuevo. A las ocho en punto todos los cojines que estaban dispuestos por toda la sala estaban ocupados. Y Harry fue hacia la puerta y giró la llave que había en la cerradura con un ruido lo suficientemente fuerte para convencer a los asistentes de su seguridad. Éstos, por su parte, guardaron silencio y se quedaron mirando a Harry. 

―Bueno ―dijo Harry un poco nervioso―. Éste es el sitio que hemos encontrado para nuestras sesiones de prácticas, y por lo que veo... todos lo aprobáis.

―¡Es fantástico! ―exclamó Miriam, y varias personas expresaron también su aprobación.

―Qué raro ―comentó Fred echando un vistazo con la frente arrugada―. Una vez nos escondimos de Filch aquí, ¿te acuerdas, George? Pero entonces no era más que un armario de escobas. 

―Oye Harry, ¿qué es eso? ―preguntó Dean desde el fondo de la sala, señalando unos chivatoscopios y un detector de enemigos. 

―Detectores de tenebrismo ―contestó Harry, sorteando cojines para dirigirse hasta donde el moreno se encontraba―. Indican cuando hay enemigos o magos tenebrosos cerca... ―dejó de mirar los objetos para luego darse la vuelta―. Bueno, he estado pensando por donde podríamos empezar y... ―Vio una mano levantada―. ¿Qué pasa, Hermione?

―Creo que deberíamos elegir un líder ―sugirió ella.

―Harry es el líder ―saltó Cho mirando a Hermione como si estuviese loca. 

―Sí, pero creo que deberíamos realizar una votación en toda regla ―afirmó Hermione sin inmutarse―. Queda más serio y le confiere autoridad a Harry. 

―A ver ―comenzó a hablar Amelia―, que levanten la mano los que opinan que Harry debería ser nuestro líder. 

Todos los presentes levantaron la mano, incluso Zacharias Smith, aunque lo hizo sin entusiasmo. 

―Bueno, gracias ―murmuró Harry, sonrojado―. Y... ¿Qué pasa, Hermione?

―También creo que deberíamos tener un nombre ―propuso alegremente sin bajar la mano.

―Creo que Hermione tiene razón ―afirmó Miriam―. Podría fomentar el espíritu de equipo y la unidad, ¿verdad?

―Podríamos llamarnos Liga AntiUmbridge ―terció Angelina Johnson, capitana del equipo de Quidditch de Gryffindor.

𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐑𝐓𝐄, dean thomasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora