Miriam despertó de repente de la pesadilla, y lo agradeció, no era nada agradable. Pero al despertar se encontró con que no estaba en su cama. Y los recuerdos que denominaba pesadillas no lo eran, todo lo que había pasado... Era real.
―Où suis-je? ―preguntó de manera débil, intentando abrir los ojos poco a poco, viendo un techo blanco, el cuál no recibía mucha luz, intentando averiguar dónde estaba― Mer...credi, tout fait mal.
―¿Miriam? ―escuchó una voz que no reconocía en ese momento― ¿Estás despierta?
―Sí ―contestó como pudo moviéndose un poco, logrando ver que estaba en la enfermería de Hogwarts―, me duele todo...
Miriam giró la cabeza para ver a Dean Thomas, con una expresión de preocupación marcada en su rostro, con más ojeras que de costumbre.
―Normal, llevas aquí casi cinco días...
―¿Cinco días? ―preguntó asustada.
Lo que había pasado era verdad. El hombre lobo... Había...
―No te preocupes, ahora estás a salvo. Y según la señora Pomfrey dice que estás totalmente fuera de peligro.
―¿Pero qué me... pasó? ―logró articular.
―No sé si debería... ¿Estás segura?
―Sí... ―titubeó.
―Neville me dijo que encontró a un mortífago... Fenrir Greyback creo, es un hombre lobo. Atacándote.
―Lo recuerdo... Recuerdo que no había luna llena, ¿verdad? ―cuestionó para asegurarse.
―No, no, no hay problema con eso...
Fue a añadir algo más, se intentó incorporar un poco para mirar mejor a Dean, pero una punzada se hizo presente en su costado. El dolor que estaba sintiendo era indescriptible, pero a la vez es como si ya lo conociese. Se levantó un poco la camiseta de tela azul, que supuso que Pomfrey le había puesto, para ver un apósito gigante con una, aunque no abundante, notoria mancha de sangre.
―¿Cuántas... cuántas heridas tengo?
―Esa es la más grande, pero tienes heridas cicatrizando también por el brazo izquierdo y otra por encima del pecho ―las vio, y sin poder evitarlo se le aguaron un poco los ojos―, por lo que me ha dicho Pomfrey. Que por cierto, debería avisarla de que has despertado... Ahora vuelvo, ¿sí?
El chico se levantó, dispuesto a buscar a la enfermera. Y Miriam no tenía problema con eso, de verdad que no, pero en ese mismo instante le empezó a recorrer una sensación de lo más desagradable por todo su cuerpo.
―¡Dean! ―exclamó sin pensar―. ¿Podemos esperar a que venga? No quiero estar sola, por favor.
―Claro, la esperamos juntos, no te preocupes por eso, ¿sí?
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𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐑𝐓𝐄, dean thomas
FanfictionUna chica nueva llega a Hogwarts, extranjera. No llega en el mejor momento para mudarse a Gran Bretaña, pero eso la chica ya lo sabe. Miriam Da Costa es consciente de que Quien-tu-sabes a regresado. Pero en el colegio que va parece ser que esa no se...