xv. calabazas en san valentín

163 39 255
                                    

Miriam estaba soñando feliz que volaba por manchas de colores hasta que de repente una voz estruendosa la despertó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miriam estaba soñando feliz que volaba por manchas de colores hasta que de repente una voz estruendosa la despertó.

―¡MIRIAM! ―como un deja vu, la voz de Hermione la despertó― Toca Historia de la Magia... Deberías darte prisa, guapa, llevo intentando despertarte diez minutos. Además de que hoy es San Valentín, tienes que ver las decoraciones de Hogwarts, son muy bonitas.

―Vale... Me levanto ―Miriam calculó mal cuanto tenía que rodar por la cama para ponerse en el borde y se calló de ella.

No se levantó, se quedó haciendo ruidos de molestia durante medio minuto hasta que Hermione la levantó a la fuerza.

―Mmh... Hermione, el suelo era muy cómodo, además el color de cerca es muy bonito. ¿Por qué no me dejaste ahí tirada?

―¡Vamos Miriam! ¡Las demás ya se han arreglado e ido a desayunar!

―Voy... ¿Qué hora es?

―Falta media hora para las ocho, rápido, que quiero desayunar. El desayuno de hoy está riquísimo. Mis padres no me dejarían comer tanto chocolate, son dentistas.

―Vete, yo me arreglo y voy a ver si me da tiempo a ir a desayunar ―dijo sin tener tiempo para preguntar qué era un dentista.

―¿Seguro? ―preguntó Hermione sorprendida― No te duermas, ¿vale? Tienes suerte de que toque a primera con Binns, porque no se entera de nada.

―Tengo café de emergencia desde la última vez, así que me lo caliento con un hechizo y voy rápido.

Hermione se fue y lo que dijo Miriam fue cumplido con la rapidez deseada, se arregló y se tomó su café en menos de quince minutos. Corrió hacia el Gran Comedor, cuando llegó faltaban diez minutos para las clases y la gente ya estaba dejando la sala, visualizo a los Gryffindor de quinto año ya levantándose, cogió una manzana cubierta de chocolate y cogió a Dean de la mano para llevárselo.

―¡Eh mi amigo! ―gritó Seamus.

―Lo siento Finigan, quedamos en que iba a pasar el día con él ―dijo gritando Miriam igual.

La cara de sorpresa del amigo del moreno era muy visible y la cara de Dean era de felicidad absoluta se notaba a años luz de distancia, y pareció que todos notaban porque excepto Miriam.

―¿A dónde me llevas, Da Costa? ―la chica había tirado corriendo hasta el aula de Historia de la Magia y el chico recuperaba el aire por haber hecho un camino que hacia en quince minutos a buen paso a que el camino no durara ni cinco minutos corriendo.

―A clase, obvio, pero teníamos que llegar rápido porque no quiero sentarme delante la verdad.

―Buen argumento... Creía que era la tarde lo que íbamos a pasar juntos, no el día entero.

―Es que cuando algo se hace se hace bien, Thomas ―cuando dijo es le dio una palmada en la espalda, luego de eso entró en el aula y se sentaron en los asientos del final de la clase.

𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐑𝐓𝐄, dean thomasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora