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27.

Marzo 2020.

Cuando Azael despertó por la mañana me miro un poco confundido por ver mi cara de alma en pena y mis ojos ligeramente hinchados, no quiso preguntar, pero se que no se quedara con las ganas y lo hará tarde o temprano, cuando llegamos a la nueva casa de Bryan suspire en grande al ver mi vestido de dama de honor, saludamos a la novia quien se encontraba con la mitad del peinado hecho.

— Azael los padrinos se encuentran en la casa del jardín, nosotras nos quedaremos aquí para alistarnos — Indico y Azael asintió para entregarme mi bolso y besar mi cabeza y desaparecer de mi vista.

Lo que odio de las bodas es el estrés, conocí a dos amigas más de Dayana que serian damas de honor como yo, suspire rendida cuando estuve lista, ayudamos a la novia a estar lista lo más pronto que pudimos, entre al baño y me mire en el espejo, definitivamente no me reconocía en ningún sentido, siempre fui demasiado discreta con lo que me ponía, me sentía incomoda por el escote que tiene el vestido, mire detrás de mí en el espejo y note a Dayana mirarme tiernamente, me gire y ella se acerco a mi con su vestido de novia.

— ¿Estas bien? — Pregunto y yo asentí sonriendo.

— Siempre fui discreta con lo que me ponía, entonces es un poco extraño verme tan bonita — Dije y Dayana toco mi mejilla y la acaricio.

— Eres preciosa, cuando Bryan me conto como es que se conocieron y que fuiste y siempre serás alguien importante en su vida lo comprendí, hasta lo eres de la mía, gracias Alana, gracias por todo lo que has hecho por nosotros — Dijo y sonreí mientras la abrazaba.

— Se que serás una buena esposa para Bryan, lo serás y si te hace algo me dices, vendré para partirle la cara con un bate — Dije y ella soltó una risa para separarse de mi abrazo y asentir.

Tome su brazo y salimos de la habitación, le ayude a bajar las escaleras y ella sonreía mientras le tomaban fotos, subimos a las camionetas y mire a Azael sonreírme mientras sostenía mi mano, vaya que, si me encontraba nerviosa, al llegar a la iglesia la rodeamos y bajamos por la parte de atrás en una sala privada para presenciar la boda civil entre las amistades más cercanas y en esas amistades Azael y yo nos encontrábamos.

La boda civil fue rápida y sencilla, me emocioné cuando se besaron y por fin podían decir que son esposos, Bryan se acercó a mí y le sonreí.

— Alana, llevaba un tiempo pensando esto y ayer lo hable con Dayana, has sido una persona demasiado importante en mi vida, creo que puedo decir que a pesar de lo que vivimos te has convertido ahora como en una madre regañona y amargada — Reímos y sonreí.

— No tengo padres Alana y Dayana tampoco — Dijeron y mire a Dayana acercarse del brazo con Azael.

— Quiero que tu me entregues en el altar — Dijo Bryan y mire sorprendidos a ambos.

— Te dije que te convertiste en alguien importante y eres madrina de la boda y tu firma esta sobre ese papel que nos declara como esposos oficialmente, eres especial Alana y queremos que por favor entregues a Bryan al altar — Dijo Dayana y asentí.

Bryan me abrazo junto a Dayana y el coordinador de la boda entro para avisar que los novios se preparan para entrar a la iglesia. Los nervios me abordaron, tome el brazo de Bryan y le sonreí cuando Dayan salió con Azael hacia otro lado para que no la vieran pues Azael entregaría a la novia, cerré mis ojos por unos momentos y maldije al pensar en que los Canela se encontrarían aquí, todos, pensé en Jos, moví mi pierna desesperada y Bryan me miro.

— Todo estará bien, se que puedes Alana, no pienses en ello — Dijo y asentí aun nerviosa.

Cuando las puertas de la iglesia se abrieron me sobresalte y sonreí nerviosa al ver las caras de los invitados, algunos sorprendidos pues pocos supieron de la relación que tuve con el castaño a mi lado, aprete el brazo de Bryan y comenzamos a caminar hacia donde se encontraba el padre, intente no mirar a mis alrededores, deje a Bryan en el altar y este beso mi cabeza para asi yo pararme a un costado, las puertas se abrieron una vez más y Azael entro con la novia, el me miro y me sonrió, le regrese la sonrisa y espere a que dejara a Dayana aun lado de Bryan y corrió a mi rescate, cuando tomo mi mano pude respirar correctamente, nos sentamos en una banca cercana junto a los demás padrinos y madrinas, sentí no una, ni dos, varias miradas perforarme la espalda, me moví incomoda en mi lugar y Azael paso su brazo por mi espalda para pegarme a él, me relaje ante su tacto y suspire.

— Si las miradas mataran, ya estaríamos jugando cartas en el infierno — Dijo y solté una risa discreta mientras asentía.

La boda comenzó a transcurrir tranquilamente, seguía sintiendo algunas miradas sobre mí, no me quede con las ganas y gire mi rostro ligeramente sobre mi hombro, ahí mis ojos se encontraron con los de Jos Canela y los de mi querida hermana, me gire y sonreí divertida ante aquello.

Claro que dolió saber que sí, ellos dos siguen juntos, pero no iba a arruinarme la tarde y noche por dos pendejos buenos para nada.

Cuando la misa termino todos salimos de la iglesia cansados de escuchar al padre hablar y hablar, no lo mal entiendan, jamás en mi vida había pisado una iglesia y no creí que la misa durara demasiado, pido perdón por no informarme antes. Cuando nos encontrábamos en la camioneta que nos llevaría al salón donde se llevaría acabo la fiesta, mire a Azael mirar su teléfono, suspire rendida y me recargue en su hombro dispuesta a dormir un poco.

— ¿Los vistes? — Pregunto y asentí.

— Vienen juntos — Informe y él asintió.

Cuando llegamos al salón de eventos mire el lugar, una hacienda grande y hermosa, maldije al notar el camino empedrado, me aferre a Azael y este me cargo como los demás padrinos a las damas de honor, Azael me dejo en un lugar parejo y sonreí, Dayana se bajo del carro y la ingresaron dentro de una habitación ya que tenia que esperar a que todos los invitados llegaran, las demás damas entraron con ellas y a lo minutos Bryan con sus padrinos, Azael llego a mi lado y tomo mi mano para llevarme a un lugar.

— Le pedí a Bryan que nos otorgara una habitación para que podamos hablar, vamos por favor — Dijo y asentí mientras caminaba con cuidado para no doblarme un pie.

Entramos aun pasillo abierto que daba hacia unas habitaciones, frené de golpe y solté un jadeo del susto al chocar con una mujer.

— Lo siento, no me fije — Dije y me aleje un poco.

Al alzar mi mirada sentí el nudo en mi estómago, Ana me miraba directamente.

— Ana te me... — Las palabras del pelinegro de cortaron al verme.

Después de un año, Jos Canela se encontraba frente a mi y mi hermana también. Me disculpe y los pase de largo con Azael quien no dejaba de apretar mi cintura. Ambos entramos a la habitación aun con la mirada de nuestros hermanos sobre nosotros, cerré la puerta y me deslicé sobre esta hasta el piso de la recamara. Mire a Azael aflojar su moño del smoking y tirarse de espaldas a la cama, mis manos comenzaron a temblar y a sudar ante aquello, por dios que cambiado estaba la carita de chango.

Solté un jadeo más cuando la puerta de la habitación fue tocada, como es una hacienda, las puertas son de madera con cristal, por lo tanto, lo único que tapaba la vista de la persona que tocaba eran las cortinas, me arrastré hasta Azael y ambos miramos el reflejo de una chica y un chico, Jos y Ana se encontraban afuera.

— Somos Jos y Ana, queremos hablar con ustedes — Dijo Jos y mire a Azael quien suspiraba frustrado.

Con un carajo.

Con un carajo

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Al otro lado de la ventana/Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora