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29.

Marzo 2020.

Dicen que para pendejo no se estudia, se nace y Jos Canela es la clara prueba de ello, me desperté en medio de la madrugada alterada al escuchar toques en la puerta, minutos después cuando pensaba regresar a dormir los susurros de Jos llegaron a mis oídos.

— Vamos Alana por favor abre la puerta — Dijo en un susurro y hasta acá podía decir que el cejitas se encontraba alcoholizado.

Me pare de la cama frustrada, mi cabeza aun dolía por lo que realmente quiero dormir, me pare en la puerta y abrí la cortina mirando el rostro del pelinegro.

— Por favor Jos, no quiero despertar a Azael y pedirle que te saque de aquí, quiero dormir no me siento muy bien, largo de aquí. — Dije y cerré las cortinas rápidamente para evitar que me dijera algo.

Me acosté en la cama nuevamente y Azael me abrazo posesivamente la cintura, escondí mi cabeza en su pecho, debido a que no regresamos al hotel ambos nos encontrábamos durmiendo en ropa interior, cosa que no me molestaba en absoluto, el canela de en medio jamás me faltaría al respeto.

Cuando la mañana llego me levante de la cama y me coloque la camisa de Azael la cual me llegaba a la mitad de mis muslos, mire a mi alrededor y encontré a Azael saliendo del baño con una toalla enredada en su cintura.

— ¿Cómo te sientes? — Pregunto y sonreí mientras tallaba mis ojos.

— Un poco mejor, quiero regresar al hotel para darme un baño relajante — Dije y él asintió.

Me coloque mi vestido y él se cambió, ambos salimos de la habitación tomados de la mano, llegamos al estacionamiento y un taxi nos esperaba, subimos y Azael le indico a donde llevarnos, veinte minutos después ambos nos encontrábamos en nuestra recamara, entre a darme un baño y cuando salí Azael no se encontraba en la habitación, me cambie rápidamente y busque a Azael quien se encontraba en el pasillo del hotel hablando por teléfono, me miro y colgó, entramos otra vez a la recamara y me cargo hasta llevarme a la cama, escondí mi cabeza en su cuello y me quede dormida.

Dicen que para ser una zorra se necesita trabajar mucho el ello y mi hermana tiene titulo de ello, hasta maestría si es posible, mi cara de pocos amigos se encontraba notoria cuando esta perra llego a interrumpir mi flamante sueño, la cara de satisfacción resulto mejor para mi al ver su cara de sorpresa al verme en la misma habitación que Azael.

— ¿Qué haces tú aquí? — Pregunto y miro dentro de la habitación buscando señal del Canela de en medio.

— Aquí duermo — Dije satisfactoriamente y ella bajo la cabeza ante aquello.

— ¿Amor, que pasa? — Pregunto Azael y le di paso a Ana hacia la habitación, la cara de Azael cambio completamente al verla.

— ¿Qué haces aquí? — Pregunto él y camine a Azael quien me tomo de la cintura y ambos miramos a Ana.

— Quería hablar contigo, pero creí que te encontrabas solo — Dijo y el suspiro.

— ¿Cómo sabes que me hospedo aquí? — Pregunto y ella se sonrojo levemente.

— En la boda pude sacarle a Bryan tu dirección, en verdad lamento interrumpirlos, pero ya que están ambos necesito hablar con ustedes, al parecer están juntos — Dijo y miro el agarre de Azael en mi cintura.

Le ofrecí tomar asiento y ella agradeció, la incomodidad se sentía en el aire, le ofrecí una botella de agua y ella la tomo, me senté junto a Azael en un sillón y ella nos miró.

— ¿Qué es lo que nos quieres decir? — Pregunte y ella suspiro.

— Desde que ustedes se fueron, muchas cosas cambiaron, entre ellas nuestras familias — Dijo y mire a Azael quien la miraba concentrado.

— Alana, nuestra madre enfermó del corazón y la señora Mariana ha estado con ella en sus terapias, ambas sufrieron de depresión severa tras no saber de ustedes — Dijo y sentí mí corazón estrujarse ante aquello.

— ¿Cómo esta mamá? — Pregunte y ella sonrió ligeramente.

— Mejor, desde ayer que te vio en la fiesta y supo que estas con Azael su mejora se notó — Dijo y asentí.

— Se que tuvimos ciertos problemas por mi comportamiento del pasado, pero en verdad quiero pedirles disculpas a ambos, principalmente a ti Alana, te pase como la peor de las personas frente a nuestros padres y te hice la vida miserable ante ello, por favor perdóname — Dijo mientras bajaba la mirada y yo suspire.

— Por favor visita a nuestros padres ahora que has regresado, ellos quieren verte y conocer a su nieto, por cierto, felicidades por el bebé — Dijo y la mire directo a los ojos, ahí estaban sus lágrimas queriendo salir.

— Gracias Ana, pero Alana no está en condiciones de sufrir estrés en estos momentos, estaremos unos días en la ciudad porque nosotros tenemos una vida fuera de aquí y Alana aun no termina su carrera por lo que pensaremos visitar a nuestros familiares — Dijo Azael seriamente y mi hermana asintió mientras lo miraba rápidamente.

El teléfono de Azael sonó una vez más, se disculpo y camino a la habitación para tomar la llamada, mire a mi hermana quien miro a Azael con sus ojitos brillando, sonreí y ella me miro apenada.

— En verdad perdóname por todo lo que te hice, fui tan estúpida y cobarde que no medí el daño y el daño que cause a terceras personas — Dijo y suspire.

— Lo bueno es que sabes tus errores Ana, pero en demasiado tarde, el daño se hizo y aunque lo olvide hace mucho en verdad no me interesa saber nada de Jos, porque sé que viniste a eso y a hablar con Azael de sus antiguos sentimientos por ti. — Dije y ella soltó sus lágrimas ya sin poder contenerse.

— Es demasiado tarde, hay una personita en camino que impide esa felicidad y nos lo merecemos, por idiotas y cobardes — Susurro y ahogo un sollozo.

— Exacto Ana, no se puede — Dije y quería reír realmente, solo la hare sufrir un poco más, solo un poco, estoy apunto de llevarla a su límite.

— También se que no soy una Westbrook de sangre y realmente no merezco ni vivir, soy una mierda — Dijo y sin más rompió en llanto.

— Ana, no quiero estresarme ahora, no estoy en condiciones como te dijo Azael, quiero descansar, yo te buscare, prometo que te buscare en tu oficina para hablar, me esta doliendo mi estomago y no quiero preocuparme por ello — Dije y ella miro mi estomago preocupada.

— ¡Azael! — Grito ella y me sobresalte, Azael llego corriendo alterado y Ana le dijo lo que pasaba.

Ella se retiro y yo pude suspirar cuando Azael regreso a la sala.

— ¿Qué paso? — Pregunto y me coloque de pie.

— Tengo ganas de orinar — Dije y corrí al baño.

Pude escuchar su carcajada desde la habitación y mientras yo leía las instrucciones de un jabón, olvidé traerme mi teléfono para distraerme.

Pude escuchar su carcajada desde la habitación y mientras yo leía las instrucciones de un jabón, olvidé traerme mi teléfono para distraerme

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Al otro lado de la ventana/Jos Canela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora