¿Qué diablos tengo que hacer?

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Al llegar a su hogar tuvo la suerte de encontrarse con su madre antes de partir a su segundo empleo. Aunque había insistido en conseguir un empleo de medio tiempo para ayudar a su mamá a solventar sus gastos pero ella insistía en que no era necesario que descuidara sus estudios. 

--¿Cómo estuvo tu día cariño?-- Dejo caer todo su peso en el sofá y contesto con sonidos primitivos debido al cansancio físico y mental del día, sin mencionar  la escena con Walker y Zemo. 

--Trato de ser amable y me trata como si fuera de lo peor. 

--Nadie dijo que tratar con las personas era difícil.

--Me odia.

--No cielo, tal vez quiere asegurarse de que se esta abriendo a la persona correcta. Se paciente y veras que todo valdrá la pena.--Se acercó a reconfortar a su hijo con su tono confortante, era de esas muestras de cariño que transmitían cálidamente un "todo estará bien", todo lo que era capaz de hacer una figura materna. 

Un pequeño pinchazo crecía en su pecho, ese tipo de actitudes lo desmotivaban por momentos, que lo juzgaran cuando se empeñaba en realizar un acto desinteresado. No era su culpa obtener su fama proveniente de las calles, el solo hacia lo que tenia que hacer para sobrevivir. 

Tal vez y el karma se lo estaba haciendo pagar. 

Subió a su habitación a dejar sus cosas, tomó un cambio de ropa limpia y fue al baño a tomar una ducha. 

A simple vista Zemo parecía alguien normal como cualquier otra persona en el mundo, sin embargo había algo en su porte que lo volvía tan atrapante a su percepción, un ser divino que se paseaba entre los mortales y el solo era un simple plebeyo. 

Podía dejarlo todo, incluso la obra, arrancar las ilusiones hechas a partir del intercambio de palabras con tono hostil, encontrar una nueva motivación para continuar con su vida o desarrollar un nuevo interés. 

Al salir de la ducha se hecho un vistazo a su reflejo en el espejo. No se consideraba como el mejor de los ejemplares pero admitía que tenia su gracia y carisma encantadores, un físico que si bien no estaba tan mal podía ser un buen partido si se lo proponía.

Decidió que era suficiente sobre pensar las cosas por hoy fue directo a desplomarse sobre la cama  y desconectar su conciencia hasta el día siguiente. Que el James del futuro se encargara de sus problemas personales. 

En otro punto de la ciudad Helmut llegaba a casa con sumo sigilo. Había insistido que no era necesario que Oeznik pasara a recogerlo todos los días a la escuela pero se reusaba a dejar que se quedara hasta tarde por el club de teatro. 

--Joven Zemo. 

--Oeznik. 

--La cena esta lista, ¿preparo la mesa o la subo a su habitación? 

--En un momento bajo.--Se encamino a su habitación en el segundo piso, no sin antes hacer la misma pregunta de todos los días. --¿Madre dejo algún mensaje? 

--Ni una nota de voz-- Lo esperaba pero aun así lo decepcionaba la ausencia de la figura materna en su hogar. --pero su tía Janet llamo esta mañana, espera que usted regrese la llamada.

--Gracias, bajare en un momento. 

Si fuera su decisión Helmut estaría en Londres con sus tías, ellas si se preocuparían por él y escucharían cada una de sus angustias, con ellas seria capaz de hablarles del chico por el cual quedo flechado desde sus primeros días en América, con apariencia de un príncipe de cuento de hadas clásico, con unos ojos fenomenales en los que de ser capaz de admirar un poco más, sabe que seria capaz de perderse en ese mar y esos brazos fuertes que seguramente le brindarían calor en las noches más frías de invierno,  y que ese mismo día había acudido a su rescate, también les contaría que fue un estúpido y no tuvo palabras para expresar lo inmensamente agradecido que estaba por su mera existencia. 

Pero mientras eso tomaba su tiempo en ocurrir, solo le quedaría la compañía de Oeznik, las ocasionales llamadas con sus tías y un par de cigarros que obligo a Walker para que le consiguiera. Aunque Zemo era capaz de encontrar otros métodos para conseguirlos, considero que era lo más apropiado luego de casualmente encontrarlo en un lugar apartado antes de un partido importante, a cambio de unos cuantos el guardaba su secreto. 

Solo unos cuantos para olvidar las obligaciones que su madre le imponía ante sus propios deseos. 

Encendió uno y la tormenta se apaciguo, por unos momentos  se desconectaba de sus preocupaciones, solo era un momento antes de colisionar contra la realidad. 

Y así pasaron unos cuantos días en los que ambos tenían el tipo de choques en los que Bucky era amable pero la fuerte coraza que Helmut había construido a su alrededor arruinaban las cosas, le contestaba de una forma poco agradable y Bucky no quería problemas. Pero cada persona tiene un limite para su paciencia y eventualmente ese día llego. 

Paso durante un ensayo, fue de esas veces que Helmut le exigió a tal punto que su garganta ardía como un infierno y con un poco más de esfuerzo, no tendría voz para el día siguiente. 

--¡Estoy haciendo lo mejor que puedo! 

--¡Pues parece que ni siquiera lo estas intentando!

--¿Crees que no me esfuerzo lo suficiente? Tal vez no lo has notado pero cada vez que hago algo en vez de ayudo en vez de dar las gracias.

--Entonces deja de hacerlo. --Se formaron un par de puños en las manos de Bucky.--Adelante, hazlo y tendrás una buena excusa para irte y nunca vuelvas.-- 

--Eres un- Empezaron una lucha de fuerzas, lucha en la cual Zemo resistía ante la de Bucky, que no quería herirlo pero en parte sentía la enorme necesidad de darle una buena paliza y que este fuera más considerado con él, mientras que Zemo quería golpearlo por ser estúpidamente atractivo y que su sola presencia le provocara ese tipo de reacciones en él. 

Lastima que ninguno de los dos vio que la escotilla en el piso del escenario que no había sido bien asegurada, pues los encargados del escenario trabajaban en ella para que fuera un sistema automatizado ya que de momento solo se podía acceder a ella desde arriba y el acceso tras bambalinas estaba cerrado con llave. 

Cuando reaccionaron a lo acontecido, Bucky y Helmut estaban atrapados debajo del escenario uno sobre el otro.  


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