Helmut Zemo

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Cuando el auto finalmente arribo a su hogar, Helmut se tomo un tiempo para borrar todo rastro de tristeza y amargura e igual forma recuperar un poco de compostura. 

Antes hubiera estado bien, renegaría y haría todo lo posible para que su madre no ejerciera su voluntad sobre él pero ahora, el tan solo pensar que debía doblegarse era un martirio que lo había logrado derribar pues ahora había algo a lo que en verdad quería aferrarse y se lo estaban arrebatando. 

Había mucho que procesar y muchas de esas cosas no quería pensarlas, por lo que sin mucho animo subió a su habitación dispuesto a escribirle un mensaje a Barnes diciéndole que no se preocupara por el y que descansara bien pero se vio interrumpido su plan cuando al entrar a la habitación su madre estaba sentada en el escritorio de Helmut con su ya típica mirada reprobatoria. 

--¿Terminaste de hacer tu berrinche? 

--Ahora se le llama berrinche exigir un poco de atención de la persona a la que nunca le importe. 

--No entiendes que solo me preocupo por ti Helmut. 

--¡Entonces deja de preocuparte por mi! 

--Helmut será mejor que cuides tus palabras. 

--¿O si no qué? Volverás a mandarme a lo más recóndito del mundo donde nunca pueda ser feliz y tu sigas exprimiendo tu estatus y la reputación de papá. 

Aunque no pronuncio nada más, lo arrastro en contra de su voluntad hasta el auto, donde llamo de nuevo a Oeznik, que como siempre era obediente tomo el lugar del piloto y quedito pregunto hacia donde debía conducir. 

--Al aeropuerto.-- En un intento por mandar una señal de auxilio tomo su celular para escribirle un mensaje a Bucky pero antes de que pudiera mandarlo su madre arrebato su celular. Una lucha por el artefacto se desato en la parte trasera del automóvil y entre jaloneos, gritos y forcejeos el celular salió expulsado por la ventana, posiblemente en el asfalto hecho trisas por el impacto o por los otros autos que transitaban por la misma calle. 

Y así persistió durante todo el camino, tratando de huir y siendo frustrado. 

En el aeropuerto había unos cuantos guardias que los estaban resguardando y estaban atentos a cualquier intento por escaparse. Para cuando se subió al jet privado, todo brillo por aguardar un poco de esperanza o energías para seguir luchando. 

--Solo espero que algún día puedas entender todo lo que estoy haciendo por ti Helmut.-- Solo hubo silencio. Ignorada y despreciada por su propio hijo, esa fue la imagen que la señora Zemo guardo de su hijo antes de bajar del jet. En cambio, Oeznik que venia de la cabina de control. 

--Estará bien joven Zemo.-- Lo miro con los ojos hinchados de tanto llorar y aunque no dijo nada, en lo profundo de su ser deseaba que sus palabras fueran ciertas y que en verdad todo saldría bien. Antes de bajar dijo:--Que tenga buen viaje.--Y finalmente la maquinaria se puso en marcha y despego. 

Pudo seguir llorando un par de horas más pero su cuerpo sin energías rápidamente cedió ante el sueño. 

No sabe exactamente cuanto durmió pero el tiempo y la posición repercutieron gravemente en su cuerpo. 

Al descender inmediatamente estaba esperando un coche y sin interesarle mucho en donde estaban o a donde se dirigían porque prefirió desconectarse de la realidad y caer dormido una vez más. 

Un par de horas más tarde al volver a despertar el escenario le era curiosamente familiar. Reconocía ese campo y las granjas aledañas, parecía tan lejano aquel tiempo en el que pasaba las vacaciones cuando era pequeño. 

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