Volví a faltar a clase los dos días siguientes, decidí fingir una gastroenteritis porque Alex me había pillado vomitando ese primer día que no fui a clase, una vez hubimos acabado de comer. La verdadera razón fue que durante la comida me habló de lo que habían hecho en la clase de Alfonso y me hizo volver a recordar lo que ocurrió en su despacho, provocándome náuseas. El tercer día de ausencia me encontraba mucho mejor, ya no me dolía el cuerpo y estar alejado del instituto me ayudó a olvidarme un poco de todo.
Estaba tan bien que incluso me apetecía hacerlo con Alex, me sentía preparado, me obligué a mí mismo a estarlo. Me negaba a que un violador hijo de puta se interpusiera entre nosotros. Sentí un impulso extraño que tal vez fuera un acto de rebeldía contra la depresión que parecía querer cernirse sobre mí y le mandé un mensaje a Alex. Ponía:
"Ya estoy mucho mejor, así que cuando vuelvas del instituto quiero que me hagas tuyo ;)
Te quiero."
No tardó ni un minuto en contestar:
Estaba pensando si ir a última hora o no. Mira que eres malo, vas a hacer que suspenda. Cuando llegue más te vale estar preparado, porque te voy a hacer gritar. Yo también te quiero:)
Me sonrojé al leerlo y pude sonreír por primera vez desde lo que me parecieron décadas.
Alex llegó a casa dando un portazo y se dirigió directamente a la cocina, donde yo le esperaba acabando de preparar la comida. Se acercó a mí por la espalda y, sin molestarse en saludar, comenzó a besar mi cuello con un cuidado extremo, como si pudiera deshacerme con el solo húmedo contacto de sus labios.
-Esto... ¿Hola? -intenté interrumpirle aclarándome la garganta, pero en lugar de separarse se pegó del todo a mi cuerpo, abrazándome por la cintura y dejando que notara su cálido aliento en mi nuca.
- ¿Qué cocinas, gatito? -preguntó en un susurro ronco tan sexy que enseguida sentí como mi corazón empezaba a acelerarse y de pronto hacía demasiado calor... eso era peligroso.
-Eh... lentejas con pimiento... -intenté que no se notara la excitación en mi voz, pero una de sus manos comenzó a ascender en una delicada caricia por el interior de mi camiseta, dejando una sensación electrizante en toda aquella zona del bajo vientre.
- ¿Y cuánto falta para que esté listo? -el susurro se hacía cada vez más gutural, más intenso, más dolorosamente atractivo.
-En unos veinte minutos... -pude escuchar perfectamente como soltaba una pequeña carcajada antes de dirigir sus besos a mi oreja, para acto seguido envolver el lóbulo en un suave e intenso mordisco.
-Eso es una eternidad... ¿No crees?
Intenté contestar cualquier cosa, pero mi mente y mi cuerpo solo dejaron escapar de mi garganta un suave gemido que no hubiese podido contener aunque me pagaran. La forma en la que me tocaba, ya fuera de forma agresiva o con la mayor delicadeza del mundo, me volvía loco, no me podía resistir a él... nunca pude hacerlo.
Seguí sin contestar y su mano, que me acariciaba la zona del ombligo, comenzaba ahora a descender con una lentitud dolorosa hacia el cierre de mi pantalón. Podía sentir perfectamente su erección tras de mí, pero aun así se movía con una calma que nos estaba haciendo perder la cordura a los dos.
Separé las piernas, esperando, disfrutando cada milímetro de mi cuerpo que entraba en contacto con el suyo, que cada vez estaba más cerca, tan cerca que sentía que íbamos a fundirnos en un solo ser en cualquier instante. Su mano ya me había bajado el pantalón hasta las rodillas, pero ahora se dirigía hacia mi pecho con igual parsimonia, haciendo cada vez más imposible aguantar los gemidos de súplica que se acumulaban dentro de mí. Comenzó a jugar con mis pezones, tan despacio que sentía que iba a prenderme fuego en cualquier instante. Y su húmeda lengua no paraba de producirme escalofríos en el cuello y la espalda, poniéndome la piel de gallina a su paso, torturándome con todas esas sensaciones demasiado delicadas y perfectas como para aguantar mucho más sin correrme de puro placer.
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Alex y Yo
RomanceSam es un joven tímido y de carácter triste que se ve obligado a empezar de cero en una ciudad desconocida. Todo parece estar desmoronándose hasta que conoce a Alex, ese chico alegre y bocazas con el que debe sentarse en clase... ****** AVISO IMPORT...