Mi padre me quitó el teléfono para que no pudiera decirle a Alex donde iba y en el aeropuerto tuvieron que sedarme porque me negaba a subir al avión. Para cuando conseguí recobrar el conocimiento ya habíamos comenzado el descenso para aterrizar en Berlín.
Fue una pesadilla. En el mismo instante en el que bajé del avión comencé a sufrir un ataque de pánico y ansiedad. No podía respirar, ni siquiera quería hacerlo. Las ganas de cortarme otra vez me consumían, así como al aire de mis pulmones. Llegó un momento que incluso mis piernas se rindieron y tuve que dejarme caer sobre mis rodillas intentando respirar, pero no podía, de verdad que no... luego vinieron las náuseas... no recuerdo cuanto tiempo estuve exactamente tumbado en el suelo del aeropuerto de Berlín vomitando y llorando sin parar, mientras mi padre llamaba a una ambulancia, Dolores intentaba consolarme y absolutamente todo el mundo presente se quedaba atónito.
Me parece que estuve así una semana entera. No me molesté en sacar mis cosas de las cajas y maletas, aún no lo he hecho, no recuerdo siquiera haber comido algo en todo ese tiempo. Tan solo me dedicaba a mirar al techo mientras los últimos meses con Alex se repetían en mi cabeza una y otra vez, como una película de eterno retorno inacabada.
El psiquiatra dijo que sufría una depresión de cajón, era algo normal teniendo en cuenta los antecedentes de mi madre, solo tenía que tomarme las pastillas y todo iría bien... Dios, odiaba a ese estúpido y pretencioso... y las putas pastillas... solo necesitaba una cosa para estar bien, yo lo sabía, mi padre lo sabía, pero en lugar de eso tenía las condenadas pastillas... las jodidas pastillas que me producían lo mismo que fumarme cinco porros, pero nunca me llevaban con Alex.
*
Y aquí estoy ahora, ha pasado más de un mes desde que vivo en Alemania y lo único que ronda por mi mente es cumplir dieciocho años de una vez y poder escaparme con el dinero que tengo ahorrado... pero aún quedan seis meses para eso y comienzo a olvidar poco a poco el rostro de Alex, su voz... pero nunca las cosas que me dijo y como me hacían sentir. Es lo único a lo que puedo aferrarme.
Estoy tumbado en mi cama tan destrozado como siempre, cuando de pronto entra Dolores en mi habitación.
-Samuel... si quieres puedo desempaquetar las cosas si no te encuentras...
-Ya te he dicho que no necesito nada de lo que hay dentro de estas maletas.
-Lo sé, lo sé... -entonces se acerca a mi cama y adopta un tono confidente y con cierto deje de susurro. -En realidad no he venido por eso. Tu padre me ha dicho que, si te llega alguna carta, tiene que verla él primero... esto llegó hace una semana y no sabía qué hacer, pero me parte el corazón verte así y te mereces una despedida. Todo el mundo la merece. -entonces saca de su bolsillo un sobre con mi nombre escrito en una caligrafía que reconozco al instante.
-Gracias... Dios mío... gracias. -no puedo decir nada más, estoy llorando con una mezcla abrumadora de felicidad y tristeza oprimiéndome el pecho.
Hago un esfuerzo por calmarme para comenzar a leer la carta con lágrimas en los ojos y con la triste esperanza de que sea infinita:
"Hola Sami,
No sabes cuánto te echo de menos... estás demasiado lejos ¿Sabes? Cuando supe que te marchabas no podía creérmelo, después de todo lo que acabábamos de pasar te necesitaba más que nunca para recuperarme. Ha sido un mes asqueroso, mi madre se emborracha cada vez más a menudo y ya no sé qué hacer.
Me siento terriblemente solo y no paro de pensar en ti, cada vez que cierro los ojos te veo mirándome con una sonrisa tímida y sonrojándote de la manera más adorable que existe por alguna cochinada que te haya dicho, para después mandarme callar; te veo llorando desesperadamente, acudiendo a mí cuando todo el mundo te daba la espalda... Dios, me faltas muchísimo, aún sigo esperando que esto solo sea una horrible pesadilla de la que voy a despertarme en cualquier momento contigo durmiendo a mi lado despreocupadamente, como tantas otras veces.
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Alex y Yo
RomanceSam es un joven tímido y de carácter triste que se ve obligado a empezar de cero en una ciudad desconocida. Todo parece estar desmoronándose hasta que conoce a Alex, ese chico alegre y bocazas con el que debe sentarse en clase... ****** AVISO IMPORT...