(Sam Smith - Too good at goodbyes)
Primer epílogo: Siempre ella.
El amor sí existe.
Hay sentimientos distintos, confusos, felices, tristes, heridas, sonrisas... pero al fin y al cabo, sí existe. Y existe para todos. Quizá no ahora, quizá no mañana, pero sí algún día.
Quizá no será el más sano, ni el más romántico, ni el más soñado, pero será amor. Será tú amor.
En mi vida, conocí muchos amores.
Con Alana, con Isabella, con Beck y al final con Luna.
Quizá no todos fueron iguales, ni los mejores, pero de alguna forma u otra fueron especiales.
Sobre todo, con Isabella Anderson.
La chica que, con solo pensarla, me hacía sonreír. La chica que, con solo mirarla, sentía esas extrañas mariposas en el estómago. La chica que, por más que intentara alejarme, seguía volviendo a ella como un imán.
Porque en medio de toda la oscuridad de mi familia ella era mi única luz. Mi única esperanza de una vida corriente. Una vida normal.
Siempre fue ella. Antes, ahora y después, fue ella.
Hasta que sucedió. Hasta en mi último momento, la vi a ella. Cuando ya no podía estar más aquí, cuando ya había terminado mi momento aquí, estaba ella frente a mí. Con Luna en los brazos cogida de la mano, los ojos llenos de lágrimas y susurrándome que todo estaría bien.
Y no, mi amor, no estaba bien.
Carla tenía razón, un drogadicto como yo no se merecía algo tan lindo como tú, Luna y nuestro bebé. No los merecía. No podía teneros. Iba a dañarte tanto que en algún momento lo único que ibas a querer era marcharte.
Y no podía dejar que te fueras. No más. No otra vez.
Por eso prefería irme yo. No estaba seguro de poder vivir sin ti, o sabiendo que te había hecho tanto daño esta vez que te habías ido.
Tú estabas bien ahora, ya no ibas a olvidar nada nunca más, no tendrías pesadillas, no tendrías que tomar medicinas... estabas bien, mi amor, al fin lo estabas.
Solo te pido una cosa. Ahora que yo no estoy, cuida a Luna como si fuese el tesoro más preciado para ti. Sé que tienes miedo, sé que crees que serás una madre terrible... pero estoy seguro de que serás la mejor mamá del mundo entero.
Al menos inténtalo por mí. Inténtalo por el bebé que está en camino. Inténtalo por Luna. Inténtalo por lo que alguna vez tuvimos.
Quizá no seas su mamá de sangre, pero eres como una. Estoy seguro de que ella pensará lo mismo luego. Te va a amar como si lo fueras, seguro. Nadie podría no amarte con lo valiente y buena que eres.
No voy a decir que siento irme. Porque no lo hago. Solo es lo que tenía que pasar. Lo que me tenía que pasar.
Lo único que siento es no haber podido volver a decirte cuanto te amo. Cuanto te admiro. Cuantas ganas tengo de decirte lo que sentí y siento por ti nuevamente, Anderson. Dudo que alguna vez, esté donde esté, pueda dejar de amarte.
Te amo más que a nada, mi amor. Lamento que esto haya acabado así y no de una manera feliz. No con un final feliz como a ti te gustaba. Pero sé que algún día estarás feliz nuevamente.
Confío en ti. Confío en que cuidarás de Luna como harás con nuestro bebé.
Espero que puedas encontrar el amor verdadero algún día. Uno que no te haga daño como yo lo hice. Y no te sientas culpable, no mi amor, es tu vida. Y me gustaría que encontraras a esa persona en la que no puedes dejar de pensar, en la que sientas las mismas mariposas que alguna vez sentimos. Quiero que seas feliz. Quiero que estés feliz.
Y cuando estés lista, te esperaré aquí.
Si no lo estás, no vengas.
El final siempre sorprende, aunque esté escrito desde el principio.
RIP.
Iker Henterman.
10-05-21.
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Iker Henterman (En edición)
RomanceUn romance adolescente que no había acabado bien. Una chica con rencor, preguntas y el amor intacto soñaba con olvidar al chico que decía no querer nada más con ella. Un chico con problemas, rodeado de fiestas y chicas que deseaba olvidar sentimien...