ELIGEME ¦ MeanPlann ¦ Temp. 1

Capítulo XX

90.—Felicidad pasajera

•Plann.

Salí con Mean, por educación tenía que hacerlo. Sé lo que se siente ser ignorado por una relación, no quería que él sintiera lo mismo.

Llegamos a una cafetería frente a un enorme campo, repleto de flores, era un día especial, el cielo se teñia de un lindo color azul claro y el sol iluminaba sin acalorar demasiado.

Mean actuaba de una manera diferente, por alguna razón seguí creyendo que no era el mismo que conocía hace unos meses. Era mucho más animado que de costumbre, atento, muy atento conmigo y a cada instante se detenía un minuto para mirarme. Mean ¿eres el mismo?

—Plann ¿cómo te sientes de vuelta en la empresa? —Preguntó mientras bebía una soda.

—Bien, creo que mucho más cómodo y seguro que antes. Tu padre ha cambiado. —Me detuve... Ojalá pudiera decirle que él también ha cambiado.

—Lo sé. —Se encogió de hombros. —Ya no se si confiar, no sé si se comporta así por interés hacia mí o porque realmente es él.

—Te comprendo. —Le sonreí levemente.—Lo mismo me pasó alguna vez con mi familia. —Solté un suspiro recordando a detalle cada cosa y contándole con confianza...

Tenía diecisiete años, recién salía de la institución con mi novio.
Una llovizna se soltó y nos quedamos bajo el techo de una casa a unas cuantas calles de la institución.

—Plann. —Me tomó del mentón. —Siempre quise hacer esto en un día como hoy. —Se acercó para besarme y correspondí al instante rodeando su cuello.

—Te quiero. —Dijo al separarse pero al mismo tiempo mi padre tocó la bocina del auto, bajando la ventana y haciendome sobresaltar. ¿Qué hacía aquí? ¿Me vió con mi novio?

—Plann suban al auto. —Dijo serio, y supuse que estaría enojado por lo que vió, ambos subimos al auto, mi padre fue amable y llevó a mi novio a su casa, nadie habló en ningún momento hasta que él se fue, se despidió de mí con una reverencia aparentando no ser nada de mi, después en el camino a nuestra vivienda comenzó a hablar.

—Plann, ¿tienes algo que decirme? —Se orilló. —Puedo escucharte.

—No padre, no tengo nada que decir.

—Te he visto. ¿Por qué no me cuentas? —Siguió serio, pero la manera en la que me hablaba no sonaba a regaño.

—Soy gay papá, siempre lo he sido. —Respondí átono y vi como asintió sin mirarme.

—Plann, te apoyo hijo pero me temo que debes dejar tu relación con ese chico. Cuando seas mayor te dejaré que hagas lo que quieras, por ahora no puedo porque ni siquiera sé si la familia de ese chico sabe lo que es.

Me quedé serio, casi mudo por lo que dijo, en ese momento me sentí mal, muy mal por dentro, pero no dije nada en absoluto, solo al llegar a casa fui a mi habitación, durante el día no comí nada y mi familia no me dirigió palabra por dos días enteros...

—¿Eso hizo tu padre? —Mean me miraba con atención. —Me parece que muchas de las cosas que hacen nuestros padres las vemos mal, pero siempre tienen una razón, dudo que tu padre te alejara de ese chico solo porque eres homosexual. —Escuché atento lo que él me contaba. —Conozco a tu padre porque él también es como mi padre. Escucha, sé que es muy extraño que durante los años que mi papá y el tuyo se hicieron colegas, tú y yo no nos encontráramos.

—Yo sé porqué Mean. Me hice independiente desde los diecinueve, creo que es por ello que jamás nos encontramos ¿sabes? No suelo ver a mi familia desde entonces.

—Ahora se resuelven más dudas. —Sonrió y terminamos nuestra comida, yendo a dar un paseo sobre el campo. —Entonces... ¿No has vuelto a ser el mismo con tu familia solo porque tu padre te hizo romper una relación? —Nos detuvimos frente a varias hileras de flores amarillas.

—Es que no lo entenderías. Ese chico era muy especial para mi, teníamos una conexión única, cuando terminamos él se puso muy mal.

—Pero tu familia es tu familia Plann, ellos te dieron la vida, te criaron. No deberías enfadarte, algún día sabrás la verdadera razón por la que tu padre te orilló a hacer eso. —Mean parecía muy acertado en lo que decía, tan seguro. —Tu padre es muy cálido, dudo que se enojara porque eres gay.

Aquel día me sentí mucho más aliviado, había desahogado una parte de mi adolescencia con Mean, y eso también nos volvía más unidos, la confianza aumentó.