–¿Qué tal el nuevo ordenador? –preguntó Alex al día siguiente.Su tono de voz tenía algo, como si no quisiera que Jamie le recriminara nada.
–Es bonito –respondió Jamie, sentándose en el despacho de él para revisar las tareas de la semana. Pasó las páginas de la agenda para sincronizarla con la de él. Debían guardar las distancias y ella le demostraría que eso era lo mejor para los dos.
Alex se sentó frente a su mesa, revisando una carpeta que tenía bajo sus ojos.
–Tenemos que ver un montón de cosas antes de la reunión con los inversores. –Frunció el ceño y apartó una hoja–. Necesito que te asegures de que todo está en orden para que podamos cerrar el trato. Esto es lo que va a convencer a los inversores para que inviertan en el proyecto. –Hizo un gesto hacia las carpetas que había en la mesa; el pretexto que los había reunido.
Contenían un montón de bocetos para un nuevo software que mejoraba los modelos actuales de programas de dictado de voz.
Alguien llamó a la puerta que daba al pasillo.
–Adelante –dijo Alex.
Gina entró, mirándolos a los dos con precaución. Jamie hizo su mejor esfuerzo por parecer tranquila, indiferente, profesional. Gina no paraba de tomarle el pelo, diciéndole que había algo entre ella y Alex. La otra noche, mientras se tomaban una copa, Gina intentó convencer a Jamie de que Alex quería acostarse con ella. Jamie lo negó todo, pero eso no impedía que Gina siguiera comportándose como si fuera a pillarlos con las manos en la masa.Eso nunca iba a ocurrir.
Gina los miró.
–Señor Reid, su cita de las tres ha llegado.
–Gracias, señorita Campbell. –Alex miró a Jamie con una expresión indiferente–. Señorita Connors, envíe esos emails. Si alguno de estos documentos se daña rodarán cabezas.
–Le pasó a Jamie una pila de papeles–. Guárdelos en su despacho hasta la reunión con los inversores.
–Sí, Mr. Reid –dijo Jamie–.¿Quiere que me quede ahora para tomar notas para la reunión?
–No es necesario. –Agitó la mano–. Ya pasará a ordenador todo lo que yo grabe.
Jamie asintió y luego le sonrió a Gina, que no parecía convencida con el intercambio entre Jamie y Alex. Jamie contuvo un suspiro al salir del despacho de Alex.
Se sentó en su mesa y se tomó un par de segundos para revisar su teléfono personal y ver si tenía mensajes de Christine. A medida que la boda se acercaba, Christine se ponía más y más histérica, más y más exigente. Había cinco mensajes de texto y Jamie tan solo había estado veinte minutos en el despacho de Alex. Al menos eso creía, que habían sido veinte minutos. Estaba respondiendo al último cuando una sombra se proyectó sobre su escritorio.
–Perdone, señorita, ¿está Alex Reid?
Guardó el móvil en el bolso, avergonzada como si la hubieran pillado haciendo algo malo. Se le abrió la boca al ver a un hombre que le sonreía. Era la versión exacta de Alex con más años. Reconoció al hermano de Alex, el de la foto que Alex tenía en el salón. Solo que ahora tenía más años. Lo que no entendía era qué había venido a hacer.
–Sí... Sí –tartamudeó–. Está en su despacho. ¿Viene por la cita de las
tres?Ahora no le sorprendía que Alex no la necesitara para esa reunión. Jamie se levantó y le dio la vuelta a la mesa–. Soy Jamie Connors, la asistente personal del señor Reid.
Él le estrechó la mano.
–Yo soy su hermano, Mark.
Jamie asintió.
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LA ASISTENTE PERSONAL
RomanceDe la autora, Lexy Timms, llega una novela romántica de multimillonarios que te hará perder la cabeza; te enamorarás como la primera vez. OJO ESTÁ NOVELA NO ES MÍA AÚN ASÍ APOLLALA POR FAVOR ** The Boss es el primer libro de la serie La Asistente P...