Capítulo 11 / Capítulo 12

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–¿Estás lista?

La voz de Gina sacó a Jamie del informe que intentaba corregir. No lograba concentrarse en nada durante más de unos pocos minutos, pero ¿quién podría? Alex estaba en el despacho de al lado, quizás intentando decidir si debía ponerle fin a su relación porque había dejado embarazada a su ex. ¿Podía ir peor?

–Sí –murmuró Jamie, recogiendo su bolso–. Necesito algo fuerte.

–¿Hablamos de un hombre o de un buen licor?

Gina sonrió y caminó hacia el pasillo.

–Las dos cosas quizás. ¿Quién sabe?

–Me parece que tienes algo nuevo que contarme.

Gina empujó a Jamie con el hombro.

–Solo si quieres deprimirte igual que yo.

Jamie le ofreció a su amiga una sonrisa tensa y abrió la puerta para ella.

–Qué mal. Venga, suéltalo.

Subieron al ascensor con un montón de gente más de la oficina y Jamie se
limitó a mirarla.

–En el bar.

Tras abrirse paso entre un buen grupo de trajeados que intentaban llegar a la calle, decidieron probar un bar nuevo. Estaba a una manzana de la oficina y mucha gente del trabajo les había hablado de él a lo largo de la semana. Las copas eran baratas, bien cargadas y deliciosas.

–Bueno, cuéntamelo. La anticipación me está matando. Ya sabes que mi
vida tiene muy poco drama.

Gina se peleaba con su larga melena oscura, que volaba por todas partes.

–Es secreto de Estado, ¿vale?

–Por supuesto. Ya sabes que nunca revelaría tus secretos.

Gina abrió la puerta del bar y le sonrió al camarero–. Para dos, por favor.

–Por aquí, señoritas.

El chico joven esbozó una sonrisa deslumbrante ante Gina y luego se giró para llevarlas a su mesa.

Gina movió las cejas con velocidad y tanto ella como Jamie se rieron bajito. El chico podría ser el hermano menor de alguien o incluso un chico al que podrían cuidar como niñeras, ¿interés romántico? Jamás.

Jamie miró la carta de bebidas y la escaneo mientras entraba en materia.

–Veamos... Alex piensa que siento algo por su hermano Mark, mis padres
se van a divorciar y una de las ex de Alex ha aparecido preñada esta semana y dice que el niño es de él.

Gina se quedó con los ojos como platos y la boca abierta. Jamie no pudo evitar reírse ante la expresión de su amiga.

–Ya te dije que el tema era deprimente.

–¡Guau! No puedes estar inventándote algo así.

Meneó la cabeza  despacio y luego bajó la mirada, como si intentara asimilar todo lo que le acababan de contar

–. Lo de la novia embarazada ya es la puntilla. Más vale que no sea la puta Annette. La odio. Lo otro es horrible, pero tus padres hace mucho que no se llevan bien. Mis respetos para tu padre por dejar a tu madre.
Lo siento.

–No, si tienes razón. –Sobre lo de mi padre y sobre Annette. Jamie miró a
la camarera–. Quiero un Jack doble con un toque de coca cola.

–Martini de manzana para mí, por favor. –Gina volvió a centrar su
atención en Jamie–. Y lo de Mark... por favor. No pasa nada, seguro que es algún problema que Alex arrastra de su pasado. Pero lo de la ex preñada, ¡joder!

LA ASISTENTE PERSONAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora