Capitulo 10

64 3 0
                                    

—¿Una charla?—Pregunté nerviosa.

Éstas son ese tipo de situaciones en las que no sabes como comportarte.

Aleje mi vista de su rostro y me concentré en sus botas estilo militar. Aprete las manos en mi regazo y conte a hasta cinco. Antes de volver a levantar la mirada, puse una expresión serena en mi rostro.

—¿No piensas hablar?—Pregunté. No lo observaba directamente, más bien, miraba un punto fijo tras él.

—¿Te has puesto a pensar porque estas aquí Alice?—Mi entrecejo se frunció.

¿Que clase de pregunta era esa?

—Yo se porque estoy aquí. Entre a este lugar por orden de un juzgado.—una sonrisa apareció en mi boca, pero desapareció al ver el gesto burlesco en la cara de Will.

—No me refiero a eso.—hizo una pausa y me miro detenidamente.—Hablo de esta situación.

—He pensado varias razones, pero aún no me convence ninguna.—Solté un bostezo fingido y lo mire aburrida mientras me ponia de pie.—Bueno, si eso es todo, volveré junto a mis amigos. Deben estar preocupados.

Will se acerco a mi y me empujó por el hombro hasta que estuve otra vez sentada.

—Voy a proponerte algo y espero lo aceptes.—Su tono había cambiado. Parecía despreocupado. Volvió a poner su espalda contra la puerta.—Con los muchachos hemos hablado. Están inquietos.—relajadamente tomó uno de los adornos del espejo. Jugó con el en su mano mientras me miraba.—Tenemos una vieja costumbre en este lugar.

Las manos me comenzaron a sudar. Pasé las palmas repetidas veces sobre mis pantalones para secarlas.

—Estas nerviosa Alice.—Eso ni siquiera fue una pregunta, si no mas bien una afirmación.—Verás niña, no acostumbro a esperar tanto para iniciar el juego. Pero debo admitir que tu grosera forma de expresar tus opiniones me causó bastante gracia.

Abrí mis ojos sorprendida.—¿Gracia? Por favor, parecías de todo menos entretenido con mi actitud.—Puse la espalda recta y lo enfrente—¿Además de que juego estas hablando por todos los cielos?

Una media sonrisa apareció en su boca.
—Los nuevos son recibidos y atendidos de la mejor manera por los muchachos y por mi. Debo admitir que llevamos un tiempo sin cumplir con la tradición, pero ¿Porqué no retomarla ahora?

Mordisquee mi labio inferior nerviosa. Will se había aproximado un poco y al estar sentada su altura era el doble de intimidante.

—No comprendo aún cual es el punto de todo esto. Si quieres hacer algo en mi contra ¿Por que no lo haces y ya? En vez de estar discutiendo conmigo.

—Dije que te haría una propuesta.—Se puso de cuclillas frente a mí, quedando a mi altura.—Tienes dos opciones Alices, la primera es aceptar ser la esclava del grupo.—abrí mi boca para protestar, pero me detuvo antes de volver a hablar.—Dejame terminar.—Ordenó con voz demandante.—Con esclava quiero decir que harías algunas tareas por nosotros, no será nada complicado, tu solo debes obedecer por un lapso de tiempo indeterminado. La segunda opción es que no aceptes mi propuesta, pero serías tratada y humillada cada día por cada uno de los muchachos.

Se puso de pie y me miró sonriendo. —Es la tradición, además creo que hemos sido muy buenos contigo. Otros aún no cruzaban la puerta de la cafetería cuando los moliamos a golpes.

Lo mire aturdida. Mis manos ahora temblaban y no podía parar de morder el interior de mi labio inferior. Dios ayudame.

Me puse de pie rápidamente y camine hacia él. Lo tome de la camiseta en dos puños.—¡No puedes hacer algo así!

Lágrimas de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora