En cuanto las clases acabaron corrí a mi habitación. A James y Lou los perdí de vista al sonar el timbre así que decidí estar sola por lo que resta del día.
Saqué mis cosas de la maleta. Guarde todo en el pequeño armario que tenía para mi. No traje fotos o cualquier cosa que me recordara mi casa, así que mi lado de la pared estaba vacío. Cambié mi uniforme por algo más cómodo, y me acomode en mi cama. En esta soledad podía pensar, aún era temprano, y estoy segura que mi compañera tardara en llegar.
Me recoste mirando el techo. Cerré mis ojos e imaginé que estaba en mi habitación, que tenía alguna tarea pendiente, que seguramente llegaría a pedirle a Elizabeth, mi buena amiga Elizabeth. ¿Que pensaran los muchachos de todo esto? No pude hablar con ellos, no pude explicarles.
Imagino los comentarios que circularan en la escuela sobre mi. Pero curiosamente no me importa.
Si este fuese un día normal, estaría enviando mensajes a mis amigos, planeando algo para el fin de semana. Estaría ayudando a mamá con la cena. Una lágrima se deslizo por mi mejilla, la dejé ahí. Debía desahogarme, lo necesitaba.
Tomé la almohada y me acurruque. Extrañaba a mi mamá, incluso quería a papá aquí. Apenas llevaba un día en este lugar y ya quería volver. Hice un puchero involuntario y solté el llanto.
No pasaron ni cinco minutos cuando sentí la puerta abrirse, tomé la cobija y me cubri mientras secaba mi cara con la manga de mi camiseta. Seguramente a mi compañera le parecerá extraño verme con la cara toda roja y los ojos hinchados.
—Hey hola.—Oí la voz de la chica, extrañamente familiar.—Nadie me dijo que tendría compañera nueva.—me descubrí el rostro y mire a Lou darme la espalda, estaba hurgando entre sus cosas.—Es bastante raro sabes, hoy ya conocí a una chica que..—Se volteo y no terminó la frase al verme.—¡Alice!—Dijo al reconocer me.— Vaya no te reconocí, aquí está todo oscuro mujer.—Se acercó al interruptor y encendió la luz.—¿Pero que mierda?.—Dijo al voltearse.—¿Estas bien?.—Pregunto acercando se a mí. Logre asentir mientras pasaba las manos por mi cabello.
—Sí, es solo que..Bueno ya sabes, todo esto me superó por un momento.—Le di una sonrisa triste.
—Es difícil al principio, pero terminas por acostumbrarte.—Me dio una sonrisa cariñosa.—Bueno, vamos, puedes desahogarte. Cuentame tus crímenes y te contare los míos, después de todo, seremos compañeras de cuarto.
—Sí, está bien.—Solté un suspiro, no me haría mal contarle a alguien todo lo que quiero soltar. Extrañamente en mi interior deseaba desahogarme y presentía que Lou no me juzgaría, después de todo amabas estamos en el mismo lío de diferente forma.
—Mi crimen es ser la heroína.—¿La heroína?—Me mira con una sonrisa en su cara.—Chica, si eres la heroína de la historia ¿por qué estás entre los villanos?
—Bueno, la verdad es que estoy aquí, porque defendí a mi madre de un borracho agresivo. Él.. Yo, bueno, él es la pareja de mi madre, o lo era.—La miré esperando que dijera algo, pero al ver que me observaba expectante continúe hablando.—Llegué a mi casa y ellos estaban discutiendo, él le recriminaba que ella aún quería a mi padre. Se volvió loco y la golpeó.—Mis ojos se llenaron de lagrimas.—Tuve que hacer algo, no pude controlarme.—la voz se me quebro un poco al final.
—Está bien, tranquila.—Dijo sobando mi espalda. Dandome ánimos.—lo que no entiendo es, ¿Porque si lo hiciste en defensa de tu madre, estas aquí?
—El hombre está en el hospital, y mi madre no declaró en el primer juicio por miedo.—Ella me miro con la boca abierta.—Pero lo hará.—Dije rápidamente.—Ella declara en el próximo juicio, hasta entonces soy un peligro para la sociedad y estoy aquí por ello.
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Lágrimas de cristal
Teen FictionUna historia apasionante que te envolverá en el encantador misterio del amor entre Will y Alice. Un renegado y una chica condenada a pagar por un crimen no cometido se sumergirán en conflictos y sacrificios para superar la barrera del amor y odio. ...